Ocho candidaturas para Brokeback Mountain, la película de Ang Lee, en la carrera hacia los Oscars. Brokeback Mountain podrá ser catalogada como película gay, o como historia de amor, incluso como peli de vaqueros; pero lo que en definitiva ofrece esta maravilla que nos narra Lee es, una vez más en la filmografía del director taiwanes, la historia de una contención, de un sentimiento – en este caso el amor, el amor y la pasión entre dos hombres, vaya - que lucha por salir a flote.
Es algo que no sorprenderá al espectador que conozca la variada y valiente filmografía de quien dicen que es el director de cine oriental más internacional, porque se trata de un tema, junto con el de las relaciones familiares, recurrente en casi toda su obra y que Lee ha sabido reflejar como nadie en otras películas rodeado de ambientes bien distintos, como es el caso de "Sentido y sensibilidad" (en clave británica) o de "Tigre y dragón" (en clave china).
Por paradójico que pueda parecer, en esa capacidad de narrar un sentimiento tan universal es en donde se esconde precisamente la característica “más china” del cine de Ang Lee: la fuerza y grandiosidad del sentimiento contenido, una idea básica de la filosofía oriental. No nos olvidemos de una historia más de Lee que, aunque no lo parezca, tiene también mucho que ver con lo hasta aquí dicho; se trata de "Hulk" (La Masa), que no es otra cosa que la representación de la fiera que todos llevamos dentro y que lucha por salir al exterior.
Es algo que no sorprenderá al espectador que conozca la variada y valiente filmografía de quien dicen que es el director de cine oriental más internacional, porque se trata de un tema, junto con el de las relaciones familiares, recurrente en casi toda su obra y que Lee ha sabido reflejar como nadie en otras películas rodeado de ambientes bien distintos, como es el caso de "Sentido y sensibilidad" (en clave británica) o de "Tigre y dragón" (en clave china).
Por paradójico que pueda parecer, en esa capacidad de narrar un sentimiento tan universal es en donde se esconde precisamente la característica “más china” del cine de Ang Lee: la fuerza y grandiosidad del sentimiento contenido, una idea básica de la filosofía oriental. No nos olvidemos de una historia más de Lee que, aunque no lo parezca, tiene también mucho que ver con lo hasta aquí dicho; se trata de "Hulk" (La Masa), que no es otra cosa que la representación de la fiera que todos llevamos dentro y que lucha por salir al exterior.
El título original en chino de la ya oscarizada película de Lee ("Tigre y dragón") era, en este sentido, mucho más acertado que su simplificada traducción al castellano. Era algo así como “tigre agazapado, dragón escondido”. El poder de estos dos animales, dos símbolos de la cultura china, aparece contenido, a la espera de estallar, y en ello reside precisamente la grandeza del sentimiento, en su “encarcelamiento”. Hay una expresión china muy popular y arraigada en la cultura oriental: Se trata de algo así como "guardar la cara", y entre los chinos constituye toda una regla de comportamiento ejemplar. Su significado se resume en una buena dosis de autocontrol y, en definitiva, en no expresar y en dominar los sentimientos.
Aquí, entre vaqueros, es el amor el que aparece agazapado, escondido y sin dar la cara, pues los impedimentos sociales que rodean a los dos protagonistas no dejan que estalle libremente el sentimiento, algo que sólo se consigue, y con una fuerza incontenible, en ese terreno vedado que es la bella montaña Brokeback. Hábilmente, y una vez más, parece que Lee nos ha engañado: no se trata de una historia de homosexuales, ni de amor, ni de vaqueros; se trata de puro cine chino. Y del bueno.