Casi siempre que termino de ver una peli de Almodóvar tengo la misma sensación: que el manchego (no el queso, que-eso son palabras mayores, sino el director) ha perdido una vez más la oportunidad de hacer la obra maestra que parece llevar años buscando. A la espera de “Los abrazos rotos”, el domingo vi de nuevo “Volver”, esta vez en la tele y ya con la frente marchita, para darle una segunda oportunidad, a ver si en el cine se me había escapado algo. Pero creo que no, la penúltima de Almodóvar me sigue pareciendo una peli irregular, con muy buenos momentos, eso sí, pero al final de todo muy normalita, lo que decía al principio.
Y la vi también porque después ponían “La concejala antropófaga”, el reciente corto de Almodóvar del que tanto se está hablando y que en todas partes califican de desternillante, transgresor, atrevido, políticamente incorrecto..., escrito a la medida de la actriz cómica Carmen Machi, de la que también se habla muy requetebién en todos los mentideros (curiosa expresión ésta, la de los mentideros, no me digáis que no).
Que tenía yo curiosidad, vamos. Así que una vez acomodados en el sofá tras la dura jornada dominical, a eso de las 23:45 horas PM, cuando ya la Maura ha dado la cara en “Volver” y le pregunta a la oscarizada Pe lo de “oye, tú no te habrás puesto tetas”, voy y le digo yo - conociéndome como me conozco - a la señora de Estilografic: “Oye, si ves que me duermo me das un toque, que quiero ver el corto” (que nadie vaya a entremezclar los diálogos y los destinatarios de cada una de las frases aludidas, por favor).
Una vez apercibido de que pese a estar en el sofá físicamente acompañado encontrábame yo en realidad espiritualmente más sólo que la una, es decir, que la señora de Estilografic ya se había entregado dulcemente a los brazos de Morfeo mucho antes de la impertinente preguntita de la Maura, me dispuse a disfrutar de “La concejala que jala”. Y ya adelanto que después de la experiencia.... si lo llego a saber, me voy antes a la cama.
No sé si será por mi aversión a (casi) todo lo televisivo - en especial a series, concursos y talksous o como se llamen los programitas de presentador(a) mono(a) con tarjetita en mano en los que la gente tiende a pelearse -, pero el caso es que Carmen Machi, que yo no digo que sea mala actriz, no acaba nunca de hacerme demasiada gracia. Me aburrí como una ostra en la ceremonia de los Goya que presentó, aunque he de decir en su descargo que una gala de ese tipo no la levantarían ni mis admirados Faemino y Cansado, creo yo. De Aída no opino porque no la veo, pero lo poco que intuyo de ella me cansa enseguida, la verdad. De su trabajo en el teatro, en cambio, hablan maravillas, en especial de su papel en "La tortuga de Darwin", de Juan Mayorga. Ahí le concedo el beneficio de la duda porque no la he visto, y además es que he leído muy buenas críticas.
El monólogo me pareció aburrido y no me hizo, la verdad, ni pizca de gracia. Transgresor y políticamente incorrecto sí, puede que sí lo sea, pero eso no significa que sea ni bueno ni gracioso. Mira que uno es de risa fácil, y con el Almodóvar más cómico me he descojonciado lo mío, pero esta vez no, qué quieres que te diga. Resumiendo, diríamos que los tres ingredientes del corto son sexo, drogas y la doble moral de los políticos, así como una pretendida vuelta a los orígenes de "Pepi, Luci..." Lo cierto es que ese primer Almodóvar a mí tampoco me hacia demasiada gracia, pero en aquella época, bueno, tenía su aquél, aunque sólo fuera por sacar los pies del plato. Por ejemplo, a lo mejor en los ochenta sí, pero desde luego que visto desde hoy, a mí la broma de la cocaína no me hace ninguna gracia, y lo mismo me sucede con las fantasías sexuales de la concejala, la verdad, por mucho que ésta sea de derechas. Me suena todo a lo de “caca, culo, pedo, pis”.
Y la vi también porque después ponían “La concejala antropófaga”, el reciente corto de Almodóvar del que tanto se está hablando y que en todas partes califican de desternillante, transgresor, atrevido, políticamente incorrecto..., escrito a la medida de la actriz cómica Carmen Machi, de la que también se habla muy requetebién en todos los mentideros (curiosa expresión ésta, la de los mentideros, no me digáis que no).
Que tenía yo curiosidad, vamos. Así que una vez acomodados en el sofá tras la dura jornada dominical, a eso de las 23:45 horas PM, cuando ya la Maura ha dado la cara en “Volver” y le pregunta a la oscarizada Pe lo de “oye, tú no te habrás puesto tetas”, voy y le digo yo - conociéndome como me conozco - a la señora de Estilografic: “Oye, si ves que me duermo me das un toque, que quiero ver el corto” (que nadie vaya a entremezclar los diálogos y los destinatarios de cada una de las frases aludidas, por favor).
Una vez apercibido de que pese a estar en el sofá físicamente acompañado encontrábame yo en realidad espiritualmente más sólo que la una, es decir, que la señora de Estilografic ya se había entregado dulcemente a los brazos de Morfeo mucho antes de la impertinente preguntita de la Maura, me dispuse a disfrutar de “La concejala que jala”. Y ya adelanto que después de la experiencia.... si lo llego a saber, me voy antes a la cama.
No sé si será por mi aversión a (casi) todo lo televisivo - en especial a series, concursos y talksous o como se llamen los programitas de presentador(a) mono(a) con tarjetita en mano en los que la gente tiende a pelearse -, pero el caso es que Carmen Machi, que yo no digo que sea mala actriz, no acaba nunca de hacerme demasiada gracia. Me aburrí como una ostra en la ceremonia de los Goya que presentó, aunque he de decir en su descargo que una gala de ese tipo no la levantarían ni mis admirados Faemino y Cansado, creo yo. De Aída no opino porque no la veo, pero lo poco que intuyo de ella me cansa enseguida, la verdad. De su trabajo en el teatro, en cambio, hablan maravillas, en especial de su papel en "La tortuga de Darwin", de Juan Mayorga. Ahí le concedo el beneficio de la duda porque no la he visto, y además es que he leído muy buenas críticas.
El monólogo me pareció aburrido y no me hizo, la verdad, ni pizca de gracia. Transgresor y políticamente incorrecto sí, puede que sí lo sea, pero eso no significa que sea ni bueno ni gracioso. Mira que uno es de risa fácil, y con el Almodóvar más cómico me he descojonciado lo mío, pero esta vez no, qué quieres que te diga. Resumiendo, diríamos que los tres ingredientes del corto son sexo, drogas y la doble moral de los políticos, así como una pretendida vuelta a los orígenes de "Pepi, Luci..." Lo cierto es que ese primer Almodóvar a mí tampoco me hacia demasiada gracia, pero en aquella época, bueno, tenía su aquél, aunque sólo fuera por sacar los pies del plato. Por ejemplo, a lo mejor en los ochenta sí, pero desde luego que visto desde hoy, a mí la broma de la cocaína no me hace ninguna gracia, y lo mismo me sucede con las fantasías sexuales de la concejala, la verdad, por mucho que ésta sea de derechas. Me suena todo a lo de “caca, culo, pedo, pis”.
En fin, que aunque a quienes no lo hayan visto les habré quitado las ganas, como se trata sólo de una opinión personal y nada profesional, os olvidáis de lo leído, hacedme el favor, y aquí os dejo el corto, que es corto como su propio nombre indica, eso sí, y se puede ver en un ratito. Luego me contáis....