“A continuación, detállanse las conclusiones del informe elaborado a consecuencia de la realización de la prueba de LARRANHA el pasado martes 1 de septiembre, en pleno síndrome postvacacional, al sujeto...”
- Oiga, no me diga que al final lo tuvieron que atar a la cama para que no se levantara...
- No, que yo sepa no.
- Ah, es que como dice aquí lo de “sujeto”, yo pensé que... Vale, vale.
“... al sujeto de nombre Estilografic Punto Blog, barón...”
- Disculpe, ¿posee usted semejante título nobiliario o se trata de un mero error del corrector ortográfico?
- Se trata, me temo, de un mero error.
- Ya decía yo.
“... varón, más bien entradito en años con, para ser más exactos, la friolera de...”
- ¡Dios Santo! ¿Se trata de un nuevo error, esta vez del corrector numérico, o tiene usted, en efecto, “la friolera de....”
- Pues sí, qué pasa, tengo “la friolera de...”, pero vamos, tampoco creo yo que sea tan mayor.
- No, no, si yo no digo nada.
“...la friolera de taytantos años, casado...”
- ¡Pobre!, su mujer.
- ¿Pobre por qué?
- No, lo digo por lo de los ronquidos.
- Oiga, yo lo que veo es que no avanzamos con el informe. ¿Podría usted leerlo un poquito más deprisa y sin interrupciones, FcaTFPLC?
- Vaaaale, siiiiiiiigo....
“...casado y con dos hijas....”
- ¡Pobres!
“...dos hijas, sin que se le conozcan antecedentes o consecuentes de carácter roncante en el seno familiar, no porque no los haya, sino sencillamente por no haber sido estudiados ni tenidos en cuenta para la realización de esta prueba.”
- ¡Estaría bueno, que le hicieran venir a mi padre también a ver si ronca!
- ¡Eh! Ahorita ha sido usted el que ha interrumpido.
- Perdón.
“Punto y aparte. Preséntase, el citado barón, (¡y dale!) en la farmacia con gesto contrariado tras haber adquirido, en visita anterior a la citada dependencia, el spray antirronquidos “Por-qué-no-te-ca-llas”, alegando que el revolucionario producto no le ha ocasionado efecto alguno, por lo que se cree el tío listo en el derecho de...”
- ¿Lo de “el tío listo” seguro que también lo pone?”
- Oiga, que yo no me invento nada, sólo me limito a leer las conclusiones del informe, ¿qué se cree?
“.. el tío listo en el derecho de solicitar devolución del importe abonado, esto es, cincuenta y cuatro euros del ala.”
- Quedamos en el primer post en que “ala” era sin hache, ¿verdad?
- Este “ala” sí.
- Pues entonces seguimos...
“Punto y aparte. Ante tamaña desfachatez, la farmacéutica...”
- Esa voy a ser yo.
- Seguro que sí.
- Sigo...
“... la farmacéutica opta por exigirle al sujeto (¡otra vez!) que presente pruebas de lo acontecido, esto es, de que pese a haber utilizado el revolucionario producto, bien aplicadito tanto en boca como en nariz, en este segundo caso en todos los orificios (siempre que éstos sean nasales, se entiende) el tal sujeto (¡...!) continúa roncando a todo roncar como si nada....”
- Oiga, pero todo eso ya lo sabemos. ¿No podría ir al grano?
- Vaaaale., directa al forúnculo que voy.
“Punto y aparte. Como consecuencia...”
- Ahora cuenta que si el ruido de un ronquido suele alcanzar entre los 45 y los 95 dB, y que puede provocar serios trastornos, no sólo para el roncador, esto es, usted, sino para todas aquellas personas que viven a su alrededor, entre las que incluye a la farmacéutica, esto es, servidora, en el caso de que a ésta le correspondiera hacer la guardia. ¿Me lo salto todo?
- Por favor.
- ¡Halehop!
- Luego viene la tontería del canzoncillo y el pijama. Si quiere...
- Sálteselo también, por favor.
- ¡Halelehop!
“... y tal y tal y tal... procediéndose a continuación, y sin más dilación, a la proyección del famoso vídeo que lleva por título “Adiós al verano, Mariano” (no confundir con el anuncio del “Tinto de Verano”), en el que aparece el ínclito líder de la oposición en bañador y náuticos... “
- Me lo salto, me lo salto... Ya termino:
“... quedándose finalmente el sujeto (¡insiste!) dormidito como un bebé en cosa de segundos, pudiéndose determinar de inmediato que sí, que claro que sí, que el presunto roncador ronca como un cerdo, el tío bestia.”
- Bah, eso mismito ya lo había dicho mi señora al principio del post anterior, no sé si se acuerda.
- Sí, ya, pero espere, espere, porque el informe finalmente concluye que:
“... por todo lo cual se viene a autorizar la devolución al sujeto barón (¡toma ya!) del importe en cuestión, cantidad que asciende a un total de cincuenta y cuatro euros del hala.”
- ¡Hala!, ¡ahora lo ha puesto con hache! Bueno, pero de todas formas estará usted contento. ¿no?
- Hombre pues sí. Me parece a mí, como diría nuestro gallardo y olímpico alcalde, que servidor “sale reforzado” del informe.
- Ea, no se hable más. Aquí tiene usted, uno por uno, sus cincuenta y cuatro euros del ala.
- Pues sepa usted que me vienen muy requetebien para afrontar los gastos del inminente inicio del curso escolar, ya lo creo, sobre todo si finalmente a mi hija no le dan hasta abril, y si es que se lo dan, el portátil en el cole, que yo ya contaba con él desde ya. Esta muy bien esto del informe, ¿verdad?
- Sí que está bien, sí. El único problema que tiene es que no lo cubre la Seguridad Social.
- ¿Cómo dice?
- Pues eso, que alguien me está debiendo un dinerito...
- ¿Y se puede saber cuánto....? Calle, calle, no me diga más...
- Sí. Son... cincuenta y cuatro euros del ala.. Exactamente.
- Oiga, no me diga que al final lo tuvieron que atar a la cama para que no se levantara...
- No, que yo sepa no.
- Ah, es que como dice aquí lo de “sujeto”, yo pensé que... Vale, vale.
“... al sujeto de nombre Estilografic Punto Blog, barón...”
- Disculpe, ¿posee usted semejante título nobiliario o se trata de un mero error del corrector ortográfico?
- Se trata, me temo, de un mero error.
- Ya decía yo.
“... varón, más bien entradito en años con, para ser más exactos, la friolera de...”
- ¡Dios Santo! ¿Se trata de un nuevo error, esta vez del corrector numérico, o tiene usted, en efecto, “la friolera de....”
- Pues sí, qué pasa, tengo “la friolera de...”, pero vamos, tampoco creo yo que sea tan mayor.
- No, no, si yo no digo nada.
“...la friolera de taytantos años, casado...”
- ¡Pobre!, su mujer.
- ¿Pobre por qué?
- No, lo digo por lo de los ronquidos.
- Oiga, yo lo que veo es que no avanzamos con el informe. ¿Podría usted leerlo un poquito más deprisa y sin interrupciones, FcaTFPLC?
- Vaaaale, siiiiiiiigo....
“...casado y con dos hijas....”
- ¡Pobres!
“...dos hijas, sin que se le conozcan antecedentes o consecuentes de carácter roncante en el seno familiar, no porque no los haya, sino sencillamente por no haber sido estudiados ni tenidos en cuenta para la realización de esta prueba.”
- ¡Estaría bueno, que le hicieran venir a mi padre también a ver si ronca!
- ¡Eh! Ahorita ha sido usted el que ha interrumpido.
- Perdón.
“Punto y aparte. Preséntase, el citado barón, (¡y dale!) en la farmacia con gesto contrariado tras haber adquirido, en visita anterior a la citada dependencia, el spray antirronquidos “Por-qué-no-te-ca-llas”, alegando que el revolucionario producto no le ha ocasionado efecto alguno, por lo que se cree el tío listo en el derecho de...”
- ¿Lo de “el tío listo” seguro que también lo pone?”
- Oiga, que yo no me invento nada, sólo me limito a leer las conclusiones del informe, ¿qué se cree?
“.. el tío listo en el derecho de solicitar devolución del importe abonado, esto es, cincuenta y cuatro euros del ala.”
- Quedamos en el primer post en que “ala” era sin hache, ¿verdad?
- Este “ala” sí.
- Pues entonces seguimos...
“Punto y aparte. Ante tamaña desfachatez, la farmacéutica...”
- Esa voy a ser yo.
- Seguro que sí.
- Sigo...
“... la farmacéutica opta por exigirle al sujeto (¡otra vez!) que presente pruebas de lo acontecido, esto es, de que pese a haber utilizado el revolucionario producto, bien aplicadito tanto en boca como en nariz, en este segundo caso en todos los orificios (siempre que éstos sean nasales, se entiende) el tal sujeto (¡...!) continúa roncando a todo roncar como si nada....”
- Oiga, pero todo eso ya lo sabemos. ¿No podría ir al grano?
- Vaaaale., directa al forúnculo que voy.
“Punto y aparte. Como consecuencia...”
- Ahora cuenta que si el ruido de un ronquido suele alcanzar entre los 45 y los 95 dB, y que puede provocar serios trastornos, no sólo para el roncador, esto es, usted, sino para todas aquellas personas que viven a su alrededor, entre las que incluye a la farmacéutica, esto es, servidora, en el caso de que a ésta le correspondiera hacer la guardia. ¿Me lo salto todo?
- Por favor.
- ¡Halehop!
- Luego viene la tontería del canzoncillo y el pijama. Si quiere...
- Sálteselo también, por favor.
- ¡Halelehop!
“... y tal y tal y tal... procediéndose a continuación, y sin más dilación, a la proyección del famoso vídeo que lleva por título “Adiós al verano, Mariano” (no confundir con el anuncio del “Tinto de Verano”), en el que aparece el ínclito líder de la oposición en bañador y náuticos... “
- Me lo salto, me lo salto... Ya termino:
“... quedándose finalmente el sujeto (¡insiste!) dormidito como un bebé en cosa de segundos, pudiéndose determinar de inmediato que sí, que claro que sí, que el presunto roncador ronca como un cerdo, el tío bestia.”
- Bah, eso mismito ya lo había dicho mi señora al principio del post anterior, no sé si se acuerda.
- Sí, ya, pero espere, espere, porque el informe finalmente concluye que:
“... por todo lo cual se viene a autorizar la devolución al sujeto barón (¡toma ya!) del importe en cuestión, cantidad que asciende a un total de cincuenta y cuatro euros del hala.”
- ¡Hala!, ¡ahora lo ha puesto con hache! Bueno, pero de todas formas estará usted contento. ¿no?
- Hombre pues sí. Me parece a mí, como diría nuestro gallardo y olímpico alcalde, que servidor “sale reforzado” del informe.
- Ea, no se hable más. Aquí tiene usted, uno por uno, sus cincuenta y cuatro euros del ala.
- Pues sepa usted que me vienen muy requetebien para afrontar los gastos del inminente inicio del curso escolar, ya lo creo, sobre todo si finalmente a mi hija no le dan hasta abril, y si es que se lo dan, el portátil en el cole, que yo ya contaba con él desde ya. Esta muy bien esto del informe, ¿verdad?
- Sí que está bien, sí. El único problema que tiene es que no lo cubre la Seguridad Social.
- ¿Cómo dice?
- Pues eso, que alguien me está debiendo un dinerito...
- ¿Y se puede saber cuánto....? Calle, calle, no me diga más...
- Sí. Son... cincuenta y cuatro euros del ala.. Exactamente.
8 comentarios:
Hoy duermes en el sofá me temo, por seguir roncando y por perder los 54 eurazos del ala-hala...
Eso que yo le avise... lo de los tapones para los oídos es mano de santo, Sr. Estilografic!!!!
Mejor que el Iliston....
Jajajajajaja. Oye... y has probado las tiritas esas para la nariz???
Sino dile a tu mujer, que un buen codazo en la misma boca del estómago sí que es mano de santo XDDD
Los roncadores del mundo nos solidarizamos contigo, como no podía ser de otra manera.
¡ Viva( mos) nosotros!
PObre mujer, no solo tiene un marido que ronca... si no que se ha dejado estafar...
Besicos
Oye, que sepas que ahora mismito estoy despierta por tu culpa. Que no, que no es por tus ronquidos, que hasta aquí no llegan (de momento), lo que pasa es que entre saber cómo acababa lo de la naranjita y el desenlace de tu historia con el sssssspray de las narices (léase "de las narices" no como el apéndice por donde se echaba el dichoso ssssssspray, sino como expresión de jartura) no podía irme a dormir.
Ahora ya sí me voy a la camita, a oir los maravillosos ronquidos de Boss, jajajaja.
Un besazo.
Mariano Zurdo: en el sofá mejor que no, que los de la farmacia están de guardia y se me oye más desde ahí.
David: vaaaale, seguiré tu sabio consejo.
Wen: qué bruta eres. ¿Cómo le voy a dar un codazo a mi mujer, si ya bastante tiene la pobre.. Ah, no, que te refieres a que me lo dé ella a mí...
Jove: vivamos, vivamos por muchos años.
Belén: si es que no puede una ir por ahí casándose con cualquiera, sin preguntar antes ni nada.
Vitru: anda que ya te vale. ¡Vaya nochecita!
¡Anda! Esto es como lo de los presupuestos generales, ¿no?
Que primero nos dan el dinero a las comunidades y luego resulta que debemos otros tantos al Gobierno.
:D
Tú sí que sabes.
Gracias por las risas, apañao.
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