Elena Casero
Editores Policarbonados
Andaba yo escribiendo acerca de la última novela de Elena Casero, “Tribulaciones de un sicario” cuando, de pronto, me sorprende la noticia del fallecimiento de José Luis López Vázquez. Casualidades de la vida o, mejor dicho, de la muerte, porque durante mi lectura de la novela de Elena no pude quitarme ni un solo momento de la cabeza la imagen del, entonces todavía vivo, entrañable actor madrileño.
Con permiso de su autora (que espero me conceda, porque a lo mejor no está en nada de acuerdo) Anselmo de la Rua, protagonista de “Tribulaciones...”, tendrá ya siempre para mí el rostro y la voz de López Vázquez. Algo más joven y con algo más de pelo, como en “El Pisito” o en sus primeras películas, pero con su eterna pinta de “españolito medio” y tipo normal y corriente donde los haya.
“Tribulaciones...” (que es de lo que voy a hablar, aunque aproveche también de paso este post para homenajear al gran actor recientemente fallecido), como novela corta que es, posee la intensidad propia de todo relato o cuento, pero no desdeña tampoco el desarrollo de la trama, característica más propia esta última de la novela larga.
No obstante, se trata sobre todo de una obra de personajes. En ese nivel reside, me parece a mí, su mayor encanto, en ser una historia de personajes, unos más malos y otros más buenos, unos más listos y otros más tontos, unos más simpáticos y otros más antipáticos, unos más entrañables y otros más despreciables, pero todos ellos, y con Anselmo/López Vázquez a la cabeza, tipos sencillos y corrientes con los que fácilmente podríamos identificarnos. Con cierta tendencia, eso sí, a meterse en líos.
Cierto es que bajo toda el tejemaneje que se traen los personajes existe también una compleja trama en la que se mezclan traiciones amorosas, líos de familia, matones de tres al cuarto, herencias, estafas, etc. y en la que al final todas las piezas acaban por encajar a la perfección. Pero, al menos para mí, la escritora y el relato se mueven más a gusto y con mucha más soltura en ese primer nivel, en el de los personajes, que en el segundo, en el de la trama, para cuyo mayor desarrollo la obra hubiera necesitado, sin duda, mucho más espacio.
La relación que se establece, sin ir más lejos, entre Anselmo y Doña Celia ya la hubiera querido para sí cualquier guión del mismísimo Azcona. Desde el delicado uso del “usted” entre los amantes, pasando por la infantil guerra de celos emprendida por la viuda y terminando con los aplausos finales que se llegan a escuchar tras alguna fogosa reconciliación entre ambos, todo en la pareja acaba por resultar entrañable sin perder ese aire decadente y costumbrista que envuelve a toda la historia.
Narrada en primera persona, la autora asume el reto de colocarse en la piel de un personaje masculino concediendo a éste todo el peso del relato. Y la elección resulta satisfactoria entre otras cosas porque De la Rua es un personaje con el suficiente jugo como para llevar sobre sus espaldas todo el desarrollo de la historia. Y cuando sus fuerzas parecen flaquear, ahí está el bueno de Antonio, su Sancho Panza particular, que al menor descuido se calza tacón de aguja y se lanza a repartir besos para echar una mano en lo que haga falta, oiga.
“Tribulaciones…” es una novelita de muy agradable lectura, aderezada en sus justas dosis con chispas de tan buen como sencillo humor, del de toda la vida, y en la que en realidad la autora no pretende inventar nada nuevo, pero sabe tomar en su justa medida ingredientes de aquí y de allá, introducirlos en la coctelera, agitar con garbo y salero, que también hay que saber hacerlo y… ¡voila!, obtener una obrita la mar de resultona.
Historias, en definitiva, de gente corriente y moliente, de toda la vida de Dios, como lo eran los personajes del bueno de José Luis López Vázquez.
Con permiso de su autora (que espero me conceda, porque a lo mejor no está en nada de acuerdo) Anselmo de la Rua, protagonista de “Tribulaciones...”, tendrá ya siempre para mí el rostro y la voz de López Vázquez. Algo más joven y con algo más de pelo, como en “El Pisito” o en sus primeras películas, pero con su eterna pinta de “españolito medio” y tipo normal y corriente donde los haya.
“Tribulaciones...” (que es de lo que voy a hablar, aunque aproveche también de paso este post para homenajear al gran actor recientemente fallecido), como novela corta que es, posee la intensidad propia de todo relato o cuento, pero no desdeña tampoco el desarrollo de la trama, característica más propia esta última de la novela larga.
No obstante, se trata sobre todo de una obra de personajes. En ese nivel reside, me parece a mí, su mayor encanto, en ser una historia de personajes, unos más malos y otros más buenos, unos más listos y otros más tontos, unos más simpáticos y otros más antipáticos, unos más entrañables y otros más despreciables, pero todos ellos, y con Anselmo/López Vázquez a la cabeza, tipos sencillos y corrientes con los que fácilmente podríamos identificarnos. Con cierta tendencia, eso sí, a meterse en líos.
Cierto es que bajo toda el tejemaneje que se traen los personajes existe también una compleja trama en la que se mezclan traiciones amorosas, líos de familia, matones de tres al cuarto, herencias, estafas, etc. y en la que al final todas las piezas acaban por encajar a la perfección. Pero, al menos para mí, la escritora y el relato se mueven más a gusto y con mucha más soltura en ese primer nivel, en el de los personajes, que en el segundo, en el de la trama, para cuyo mayor desarrollo la obra hubiera necesitado, sin duda, mucho más espacio.
La relación que se establece, sin ir más lejos, entre Anselmo y Doña Celia ya la hubiera querido para sí cualquier guión del mismísimo Azcona. Desde el delicado uso del “usted” entre los amantes, pasando por la infantil guerra de celos emprendida por la viuda y terminando con los aplausos finales que se llegan a escuchar tras alguna fogosa reconciliación entre ambos, todo en la pareja acaba por resultar entrañable sin perder ese aire decadente y costumbrista que envuelve a toda la historia.
Narrada en primera persona, la autora asume el reto de colocarse en la piel de un personaje masculino concediendo a éste todo el peso del relato. Y la elección resulta satisfactoria entre otras cosas porque De la Rua es un personaje con el suficiente jugo como para llevar sobre sus espaldas todo el desarrollo de la historia. Y cuando sus fuerzas parecen flaquear, ahí está el bueno de Antonio, su Sancho Panza particular, que al menor descuido se calza tacón de aguja y se lanza a repartir besos para echar una mano en lo que haga falta, oiga.
“Tribulaciones…” es una novelita de muy agradable lectura, aderezada en sus justas dosis con chispas de tan buen como sencillo humor, del de toda la vida, y en la que en realidad la autora no pretende inventar nada nuevo, pero sabe tomar en su justa medida ingredientes de aquí y de allá, introducirlos en la coctelera, agitar con garbo y salero, que también hay que saber hacerlo y… ¡voila!, obtener una obrita la mar de resultona.
Historias, en definitiva, de gente corriente y moliente, de toda la vida de Dios, como lo eran los personajes del bueno de José Luis López Vázquez.
14 comentarios:
Jo Estili, que bien lo entretetejes todo... menudo arte!!
¡Un respeto!, que José Luís López Vazquez hizo también de Hombre lobo (o lobisome) y de mujer, así que de normalito...
También han cascado Levi-strauss y Ayala, pero estos ha habían amortizado la vida más que de sobra.
La nobela promete, en cuanto tenga un minuto me la leo.
La novela es una delicia, como la crítica que acabo de leer. Enhorabuena a los dos.
Saludos muy cordiales desde BCN.
Yo ya tengo la novelita en la cabecera de mi cama (con algunos libros más) y por un momento he estado a punto de no leer tu entrada por miedo a que me desvelaras el final o algo así.
Pero no, no. Te has portado bien y encima me has insuflado más ganas de hincarle los ojos a la novelita de Elena.
:D
Bueno, en cuanto que se me quite este agua que tengo en los ojos, digo algo.
Estili, no sólo te permito que utilices el físico de López Vázquez para mi Anselmo, es más, te lo agradezco porque me lo quedo para siempre.
López Vázquez me parecía un gran actor, inconmensurable en cualquier papel y éste que le acabas de otorgar me ha emocionado. Y no es broma.
Si te tuviera delante de mí, después de subirme en un taburete, te iba a estampar sendos ósculos en sendas mejillas.
Gracias miles y cienes.
Con todo mi cariño
Criticando eres la leche, Estili.
Con lo mal que suena eso de "criticar".
Fdo: Fernando Galindo, , un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo.. de la autora.
Ah pillín, si es que eres todo un tribulador... pues claro que es José Luis López Vázquez!
Besicos
Pero qué criticón que eres.
La novela merece esta fabulosa crítica.
No me habría pasado por la imaginación encajar a López Vázquez en ella pero después de leer tu entrada sé que es la imagen que se me va a quedar.
Enhorabuena al "savoir faire" de ambos.
Un beso.
Estimado Estilográfico, queda usted contratado como criticador oficial de los libros policarbonados. Eso sí, su salario será de cero euros al mes, repartidos en catorce pagas.
Jó, qué suerte, con dos pagas extras y todo.
Wen: es que lo mío es lo de la aguja y el dedal, que me viene de mi abuela.
Joako: pero eran un hombre lobo y una señorita la mar de normalitos, hombre. Pa’mi que en un minuto no te va a dar tiempo, ¿eh?
Jove:
Cédole la enhorabuena
a nuestra querida Elena.
Irre: anda, que si se me llega a escapar que al final resulta que Anselmo descubre que... Vaaaaale, me caaaallo.
Elena: con todo mi cariño también para ti. Espero que no sea la última y que podamos seguir disfrutando de tu escritura. Un beso.
Náufrago Galindo: ¡esto es un atraco! A las tres, pero un atraco.
Belén: ¿entonces no es sólo cosa mía, lo de López Vázquez?
Marisa: anda, que si me llega a dar por decir George Clooney...
Mariano Zurdo: ¿y las vacaciones¿ ¿qué me dices de las vacaciones?
Marisaotravez: ¡Es verdad! En eso no había pensado.
Que he llegao de casualidad y no sé qué me ha gustao mas si tu crítica o el libro de Elena.
Y sí señor, sí, que para siempre ya con el rostro de nuestro entrañable actor.
Me lo he pasado pipa leyendo...a tí y a Elena.
Estoy pensando que, como convencida que me has dejado, voy a adjuntar una fotografía de López Vázquez junto al libro.
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