Retomamos hoy nuestra costumbre de celebrar aquí, en riguroso directo, los celebrados y productivos “desayunos con” (informativamente hablando se entiende, lo de celebrados y productivos) con un personaje que, tengo que reconocerlo, ha resultado ser en numerosas ocasiones blanco de las críticas de los sesudos y a veces despiadados analistas políticos de nuestro blog (que aunque no lo parezca haberlos haylos). Pero ello no es “óbice” (hay que ver que ganas tenía de utilizar esta palabreja) para que hoy este hombre se siente aquí con buen talante y dispuesto a la conversación amistosa compartiendo desayuno junto con el extenso y variado equipo de EPB, quienes sumados todos hacemos el número de dos, invitado incluido.
- Buenos días Don Ángel Óbices, digo Aveces, digo Acebes.
- Buenos días, don Estilografic Puto Blog, digo Punto Blog.
- Tomemos un sorbo de nuestro cafés, si le parece, y recobremos las buena maneras que parece tienden a perderse por un insignificante quítame allá esas pajas o lo que viene a ser lo mismo, por causa “baladí” (que también tenía ganas de utilizarla, la palabrita).
- Pues para que mi estancia aquí no acabe siendo tachada de “fútil”, que yo también tengo mis palabrejas selectas, le traigo un comunicado.
- ¿Un comunicado? ¿Se refiere usted a un tan escueto como preciso escrito de su puño y letra, o incluso transformado ya en soporte informático mediante la utilización del correspondiente programa procesador de textos habiendo sido posteriormente impreso o imprimido (que es una duda que me corroe, lo de impreso o imprimido), en el que se dispone a dar a conocer alguna primicia, exclusiva o, lo que viene a ser lo mismo, un scoop periodístico que pudiera hacer temblar los cimientos del partido en cuestión, esto es, el Partido Popular?
- A eso que tan bien ha descrito usted, y que no voy a repetir ahora, me refiero exactamente.
- Vaya, pues si se trata de algo realmente importante, demos un último sorbito a nuestros cafelitos y léalo, sr. Baladí, digo Sr. Óbice
- He comunicado al presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, mi decisión de no continuar al frente de la Secretaría General a partir del próximo Congreso Nacional.
- Oiga, no me irá a leer a continuación, con la boca llenita de magdalenas, por cierto, que quiere agradecer a Mariano Rajoy la confianza que depositó en usted hace la friolera de cuatro años. Bueno, lo de “la friolera” quítelo, que es añadido mío, sr. Impreso.
- Pues sí, eso iba a leer.
- Y luego vendrá, claro, lo del reconocimiento de la labor y lealtad de los militantes, simpatizantes y cargos del partido. Como si lo viera. ¿Verdad, sr. Friolera?
- En efecto, así es.
- Y posteriormente supongo que querrá usted reafirmar su compromiso con los principios éticos y políticos del Partido Popular, ¿no?
- Lo está usted clavando todito, si señor.
- Y me juego el cuello a que por último, Sr. Fútil, se compromete usted a contribuir, esté donde esté, a que el Partido Popular siga siendo un partido fuerte, cohesionado, con las ideas claras y blablablá blablablá...
- Sacto, digo exacto.
- ¡Pues vaya primicia periodística que me ha dado usted!, si
llevo leyendo la noticia en los llamados “medios online” y viéndola y oyéndola en los llamados “medios audiovisuales” todita la mañana y parte de la tarde.- ¡Qué me dice! Pues entonces es que por algún rincón de este post se nos ha quedado algún resquicio que permite que se esté produciendo un desajuste cronológico de tres pares de narices.
- Acebes no entiendo a qué se refiere, Sr Aveces, digo a veces no entiendo a qué se refiere, sr. Resquicio.
- Pues que usted me ha invitado a desayunar, de manera virtual, claro, pero habrase dando cuenta de que en realidad, por razones que a mi me traen al pairo, está colgando el post a eso de las ocho de la tarde nada menos, periodo de tiempo que se corresponde más bien con la hora de la cena, cuando ya todo el mundo, quien más quien menos, sabe algo de lo mío.
- ¡Albricias!, ya lo voy entendiendo, lo del resquicio.
- Y es más. Podría darse el caso de que algún lector, bien por su naturaleza despistada o bien porque es que no tiene otro momento para leer (que ya tendría que darse usted por satisfecho por el simple hecho de que lo leyeran a usted, hombre, sea a la hora que sea) estuviera teniendo noticia de nuestro desayuno a las tantas de la madrugada. Fíjese qué cosas.
- Hay que ver qué lío me está usted armando, sr. Albricias.
- Pues todavía hay más. ¿Qué me dice de quien lea esto mañana, o incluso pasado mañana?
- Qué quiere que le diga, que estoy pensando que casi mejor que no lo escriba, por lo que pudiera pasar.
- Imposible. Está todo escrito ya. Y es más, seguro que alguien ya nos ha leído. No hay marcha atrás, amigo.
- Pues créame que lo siento. Acabemos pues con esta farsa, sr. Marchatrás, poniendo punto final al dichoso post.
- Nada arreglará con ello. Lo escrito escrito está, amigo, y para la posteridad queda. Sólo se me ocurre una solución.
- Soy todo oídos, sr. Posteridad.
- Cortar la conexión.
- ¿Qué conexión?
- La conexión telefónica, de manera que nadie que pueda acceder a internet.
- ¿
Conexión telefónica? Ahora lo entiendo todo, Usted y Zaplana, Zaplana y usted..., ¡menudos dos pájaros...!