viernes, julio 08, 2005

Gallardón

Mi cabreo, y el de muchos madrileños, contra Gallardón es considerable. El alcalde se ha pasado tres pueblos con las obras en Madrid. Hasta ahora, la esperanza de la candidatura olímpica nos mantenía a muchos en una actitud condescendiente, paciente y resignada. Ahora sería el momento de estallar y arremeter contra Gallardón. Pero no, no lo voy a hacer; hay que reconocer que este hombre es, además de un buen político, todo un caballero. Su intervención ante las salidas de tono de otros miembros de su partido tras la aventura de Singapur es de quitarse el sombrero: “que nadie busque otras responsabilidades porque yo las asumo todas”.

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