viernes, febrero 19, 2010

Acto tercero.- En busca de la sucesión (o el melón del presidente)


La acción de este tercer acto se va a desarrollar en un lugar extrañísimo e imposible de describir, un lugar llamado.... Bueno, no vamos a desvelar todavía cómo se llama el lugar, que si no le quitamos la gracia a la cosa. Vamos a dejar que sea el propio lector o espectador quien vaya poco a poco cayendo en el asunto, ¡qué nervios! Ah, y un dato importante: ha pasado muuucho tiempo. ¿Cuánto? Quién sabe. Porque, en definitiva, ¿qué es el tiempo?, ¿una medida real?, ¿algo relativo?, ¿una mera entelequia?... Resulta que al levantarse el telón vemos a un Zapatero con apariencia extraña, tampoco vamos a desvelar ya qué tipo de apariencia, que si no la cagamos, pero sí adelantaremos a modo de pista que se le ve como amoratado o azulón, y se ha dejado una melenita muy mona que le tapa las orejas y....chsssss, ya no contamos más... ¡Venga!, que entre de una vez Rajoy, que Zapatero le está esperando.

RAJOY:
(También con apariencia extraña y con su melenita al uso)
Buenos días, Zapatero,
todavía presidente.
¿He llegado yo el primero
o estás ya con mucha gente?

ZAPATERO:
Pasa, pasa, mi querido
jefe de la oposición.
¿Dónde te habías metido?
¡te esperaba hace un montón!

RAJOY:
Es que..., verás: José Mari
me dio las indicaciones,
y me mandó de Safari
con dos pares de cojones.

ZAPATERO:
Oyéndote juraría
que aunque ya no se le vote
algo manda todavía
ese tipo del bigote.

RAJOY:
No veo que el susodicho
decida al fin despedirse
y mira que se lo he dicho:
“si me quieres, venga, irse

ZAPATERO:
Eso dijo Lola Flores
en la boda de Lolita,
pero es que el de las Azores
no se anda con chiquitas.

RAJOY:
Y como le insistas luego
desabrocha su chaqueta,
te levanta firme el dedo
y te hace la peineta.

ZAPATERO:
¡Jopeta!

RAJOY:
Olvidémonos de Ánsar
y vayamos a lo nuestro,
que si no vendrá Esperanza
a pisarme pronto el puesto.
Aquí tienes el dinero,
mi querido Zapatero,
que hace frente al alquiler.
Si no pones ningún “pero”,
lo primero es lo primero:
ya te puedo suceder.

ZAPATERO:
Muy deprisa vas, Mariano,
no me seas abusón,
ya te digo de antemano
que he cambiado de opinión.

RAJOY:
¡Ya me has jodido el invento!
¡Si no lo digo, reviento!
¿Y a que se debe, cojones,
ese cambio de opiniones?

ZAPATERO:
Al final resultó que
fui a Washington D.C.,
desayuné con Obama,
sin quitarme ni el pijama
y me llevaron a un acto
que causome gran impacto.

RAJOY:
¿Y cómo se llama el acto
que causote tanto impacto?

ZAPATERO:
Desayuno de oración.
¡No imaginas qué follón!
Me tocó leer la Biblia...

RAJOY:
Eso sí que me da envidia...

ZAPATERO:
... y una vez metido en lío
pedí firme en mi oración:
que nos veamos, ¡Dios mío!,
libres de la recesión.
Y me dice el Tío Cachondo
(me refiero al mismo Dios):
“Yo contigo es que me mondo,
presidente del montón.
¿Cómo quieres ir tirando
solamente retrasando
la edad de jubilación?”

RAJOY:
En eso tiene razón.

ZAPATERO:
Y yo no abro ya el melón.

RAJOY:
(Alzando la voz con firmeza y decisión)
Pues entonces, caradura,
no me dejas otra opción
que ponerte con razón
una moción de censura.

ZAPATERO:
Espera, espera, no grites,
ni tampoco precipites
tan tremenda decisión.

RAJOY:
¿Tienes algo que añadir?

ZAPATERO:
Escucha qué fue a decir
el Dios Todopoderoso
para librarnos del mal:
“a partir de ahora, mozo,
dejarás de ser humano
y te convertirás, ufano,
en realidad virtual.
Y le añado a éste mi gesto
que lo mismo que tú el resto
de toditos los presentes:
viviréis eternamente,
no os tendréis que jubilar
porque ya no seréis gente...,
¡os convierto en avatar!”.

RAJOY:
¡Qué me decís, Zapatero!
¿Me tomáis el pelo al cero?

ZAPATERO:
(Retirándose la melenita y dejando a la vista sus orejas)
Que no, que no, que está claro,
mira si no qué ha pasado...

RAJOY:
(Sorprendido)
¡Ahora no me quedan dudas
que lo que tienes de punta
ya no sólo son las cejas,
que también se ven picudas
de manera muy conjunta
de repente las orejas!

ZAPATERO:
(Poniéndose estupendo)
Pues Sonsoles ya me ha dicho,
y tal cual yo te lo digo,
que aunque me parezca a un bicho
ella me encuentra atractivo.
Y en tu caso, ya verás,
no te quedarás atrás....

RAJOY:
(Retirándose también la melenita y tocándose sorprendido las orejas)
¡Toma ya! Si hasta yo mismo
también las tengo picudas.
¡Por fin salgo de mis dudas
y de mi mismo ensimismo!

ZAPATERO:
Del Gobierno ejecutivo
ya te puedes olvidar
porque ya no estamos vivos,
somos sólo un avatar.

RAJOY:
¡Jobar!

ZAPATERO:
Y deja ya de dar caña
con que el paro nos devora.
¡Que no estamos en España...!
¡que vivimos en Pandora!

RAJOY:
Te quería preguntar...:
¿todo el mundo es avatar?

ZAPATERO:
Todos somos menos Jaime...

RAJOY:
Di qué Jaime que me calme...

ZAPATERO:
Jaime de Marichalar,
que yo creí que lo era
hasta verlo retirar
del Museo de la Cera.

RAJOY:
¿Y José María Aznar?

ZAPATERO:
Ése sí que es avatar.

RAJOY:
¿Y cómo haremos ahora
para gobernar Pandora?

ZAPATERO:
Aunque la crisis explote
y venga jodido el brote,
vivir aquí es una ganga.
Te apuntas al despelote,
te olvidas del del bigote
y te colocas el tanga.

RAJOY:
Firmemos entonces pacto
que cause tremendo impacto.

ZAPATERO:
Qué pacto ni qué narices
¡Cuántas tonterías dices!
¿No somos pues virtuales?
Colócate genuflexo,
démonos al cibersexo
cual si fuéramos mortales,
que he de confesar, hermanos,
mi pasión por los marianos.

RAJOY:
(Ruborizado)
¡Zapatero presidente!
¿Delante de tanta gente?

ZAPATERO:
¡No me digas que te ataca
el pudor del ñaca-ñaca!
¡Si estamos acostumbrados
a dar peor impresión
en cualquier intervención
en Pleno de Diputados!

RAJOY:
Pues ahora que lo dices
tienes razón, ¡qué narices!
Démonos al desenfreno
igualito que en un Pleno.
Y antes declarar yo quiero
mi pasión por Zapatero.

ZAPATERO:
Así me gusta, Mariano.
¡Vámonos a meter mano!
Y como véote prudente
de que nos mire la gente
pa’no hacer el papelón
que nos bajen el...

TELÓN

ESTILOGRAFIC:
(Apareciendo por delante del telón a modo de despedida, también con su melenita y eso)
Bien, damas y caballeros,
hemos llegado al final
de esta comedia de enredos
en un mundo virtual.

Y aunque haya quien apoya
que no estoy en mis cabales...
¡a ver si nos dan un Goya
en efectos especiales!

martes, febrero 02, 2010

Acto segundo.- En busca de la sucesión (o el melón del presidente)


Sede del Partido Popular en la Calle Génova de Madrid. La acción se sitúa en un amplio pasillo de las citadas dependencias, quedando a la izquierda una puerta cerrada, que vamos a llamar puerta uno. Habrá otra puerta cerrada en el centro, que vamos a llamar puerta dos, en la que cuelga un cartelito con un pedazo de bigote y que, por tanto, se entiende que se trata del servicio de caballeros. Se ve otra puerta, más a la derecha, y también cerrada, que denominaremos puerta tres. Por último, más al fondo y a la derecha del todo, estará la puerta cuatro. Optamos por no poner una puerta más porque, como se trata de una obra en verso, seguro que algún graciosillo nos haría la consabida rima... De la puerta uno sale Mariano Rajoy en dirección a la puerta cuatro que, ya lo adelantamos, conduce a la salida, y por la que precisamente entra José María Aznar corriendo a todo correr como alma que lleva el diablo hacia la puerta dos, y en su loco caminar se tropieza con una estantería muy mona que también hay en el pasillo. O sea, un lío de cojones, pero a ver qué quieres, si estamos en Génova.

RAJOY:
¿Dónde vas, José María,
Presidente de la FAES,
que tiras la estantería
con las prisas que te traes?

JOSÉ MARI:
Voy camino al escusado
que me pilla ya aquí al lado.

RAJOY:
¿Podrás parar un momento
ante mi requerimiento?

JOSE MARI:
Es que voy a hacer de vientre
como buen ex presidente.

RAJOY:
Déjame que te concrete
y entras luego en el retrete.

JOSÉ MARI:
Dime qué quieres, carajo,
que me voy la pata abajo.

RAJOY:
Tú que has sido presidente
porque lo quiso el destino,
conocerás el camino
mejor que cualquiera gente...

JOSE MARI:
Abrevia,
que tengo cita previa.

RAJOY:
Dime pues cómo voy, macho,
en mi coche, no en canoa,
desde éste mi despacho
hasta la misma Moncloa?

JOSE MARI:
Cuando estés en carretera
con cuidado por si llueve
vas despacio y en tercera
hasta la salida nueve.
Luego sigues todo recto
con el gesto circunspecto.
Al llegar a la rotonda
hay un guardia que es la monda,
dile que eres un banquero
y él te lleva a Zapatero.

RAJOY:
¡Qué profusa explicación!
¡Mejor que la del Tomtom!

JOSÉ MARI:
Pues entonces anda y vete
que me meta en el retrete.
Pero antes di, primero:
¿qué te traes con Zapatero?

RAJOY:
No te pienses que hay contienda,
son asuntos de vivienda.
Dejémonos pues de chanzas
que me largo ya mismito
para no acabar a gritos
como me vea Esperanza.

(José Mari se mete al retrete, que no puede más el pobre, y en ese preciso instante, cuando ya Mariano, dirigiéndose hacia la puerta cuatro, hace ademán de irse, aparece Esperanza por la puerta tres)

ESPERANZA:
(impidiendo el paso de Mariano hacia la puerta cuatro)
¡Anda, mira, Marianito!
Te buscaba hace un ratito.

RAJOY:
(por lo bajini y con gesto de disgusto)
¡Maldita sea mi estampa!
¡Me pilló doña Esperanza!
(dirigiéndose a Esperanza y fingiendo semblante alegre)
Buenos días, presidenta
de todos los madrileños,
¿me permites en mi empeño
de llegar hasta la puerta?

ESPERANZA:
¿No me ocultarás, Mariano,
que te encuentro un tanto esquivo,
algún asunto lesivo
que te traigas entre manos?

RAJOY:
¿Quién, yo? Líbreme Dios de tal
acusación y pecado,
lo que pasa es que he quedado
a comer con Cospedal.
(la empuja para poder pasar y alcanza por fin la puerta cuatro)

ESPERANZA:
¡Que aprovechen la viandas!
(bajito, sin que la oiga ya Mariano, que por fin ha salido)
Muy pronto sabréis quién manda
y quién maneja el percal.

(En esto sale José Mari de la puerta dos con cara de satisfacción y se choca bruscamente con Esperanza)

JOSE MARI:
¡Jesús!, qué susto y qué daño!
¡casi que me da un telele!

ESPERANZA:
¡Cierra la puerta del baño
que no veas cómo huele!

JOSE MARI:
Cómo me alegro de verte
Espe de mi corazón,
que hace tiempo quiero hacerte
una gran proposición.

ESPERANZA:
(ilusionada)
Pues ahora es el momento,
que como venga Mariano
y nos pille mano a mano
ya se nos jodió el invento.

JOSE MARI:
Sabes que para mi eres
la mejor de las mujeres.

ESPERANZA:
(Por lo bajini)
Ahora sí que estoy contenta...
¡Ya me veo presidenta!

JOSE MARI:
¿Cómo dices?, no te escucho,
de un oído ando pachucho.

ESPERANZA:
Nada, nada, cosas mías.
Eso es porque te resfrías.

JOSE MARI:
¿Quieres algo de comida?
Dí qué quieres que te pida.

ESPERANZA:
Vamos ya mejor al grano
y me cuentas el secreto
antes que vuelva Mariano,
no te vaya a pedir fruta
y un micrófono indiscreto
crea que dije “hijoputa”.

JOSE MARI:
Allá va pues, corazón,
mi osada proposición...
(José Mari se acerca sobremanera a Esperanza, hasta el punto que los pelillos del bigote de aquél llegan a rozar la punta de la nariz de ésta, le toma la mano y se la acerca a la barriga al tiempo que se desabrocha la chaqueta y le susurra al oído, zalamero, la osada proposición...)
¿...tú te crees que son normales
éstos mis abdominales?
TELÓN