martes, abril 29, 2008

Ocupado

- Hola buenos días. Por favor, ¿se puede poner Estilografic Punto Blog?
- Pues no, lo lamento. Aaaaaay.
- ¿Ý por qué dice “ay”?
- Pues porque lo lamento, ya se lo he dicho.
- ¿Y por qué no se puede poner?
- Porque está ocupado, el hombre.
- ¿Quiere decir usted que han tomado posesión de él o lo han invadido, al pobre?
- Bueno, no exactamente, aunque sí algo parecido.
- Es que hay numerosas acepciones del verbo “ocupar” en el diccionario, ¿sabe?
- Pues no, no lo sabía.
- ¿Sabia usted que en femenino “ocupada” significa también “embarazada” y que sería un adjetivo que podría aplicársele, por ejemplo, a nuestra flamante ministra de Defensa?
- Doblemente.
- ¿Cómo dice?
- Digo que doblemente. Ocupada por lo ajetreada que anda, todo el día de viaje de aquí para allá, y ocupada dado su avanzado estado de gestación.
- Efectivamente. Veo que me ha comprendido lo que le quiero decir. ¿Y cuál es entonces la acepción de “ocupado” que mejor se adaptaría a la situación que vive Estilografic?
- Mire, dejémoslo en liadillo que no tengo mucho tiempo. Pero, ¿quién le llama?
- Un lector
- ¿Y qué desea?
- Que escriba. Deseo que escriba. Que es que hace días que no lo hace, el tío.
- Ya, pues ya le digo, es que está ocupado.
- ¿Quiere decir usted que han tomado posesión de él o...
- Quiero decir que está liadillo, y punto.
- Oiga, ¿y usted quién es entonces?
- ¿Quién yo? Estilografic Punto Blog.
- ¡Hombre Estilografic! ¿cómo está?
- Ocupado. Ya se lo he dicho.

lunes, abril 21, 2008

El "meiquinof" de cómo se hizo lo del pececillo (o el Superagente 86)

Escribir el recién terminado relato del pececillo desaparecido ha sido para mi una experiencia totalmente novedosa y enriquecedora, tengo que confesarlo. Ponerte a trabajar en una historia por entregas, cuyos capítulos se van publicando día tras día y en tiempo real, sin que sea posible ya el repaso, la marcha atrás, el cambiar el principio, el modificar o introducir nuevos datos antes de darle el OK definitivo a la totalidad de la historia, hacen de ello una aventura fascinante, sobre todo por la incertidumbre del resultado, como en los buenos partidos de fútbol.

Un momentito, por favor, que me suena el móvil...

- ¿Estilografic?
- Sí.
- ¿No me diga que se va a poner ahora a hablarnos de cómo demonios ha escrito el relato del pececillo, después de habernos estado dando la murga con la dichosa historia un día sí y otro también....
- Hombre, va a ser sólo un post más...
- Ah, vale. Pues vaya a lo concreto, termine rapidito y pase ya a otro tema, hombre.
- Vale, lo tendré en cuenta. Por ciento, ¿quién llama?... Oh, ha colgado.

Ya estoy aquí otra vez. ¿Qué estaba diciendo? Ah, si, lo del fútbol, que no sabes cómo va a terminar la cosa. Hombre, siempre está el truco de escribirlo primero todo (el lector qué sabe, el pobre), repasarlo tranquilamente, darle el toque definitivo, y ya después ir publicándolo por capítulos como si se hubiera ido escribiendo poco a poco y día a día. Pero no ha sido éste el caso, lo prometo.

La mayor dificultad de la experiencia yo diría que está en lo de las puertas. Las puertas que se te van cerrando a medida que escribes. Uno se llega a sentir como el Superagente 86. A medida que avanzas en la historia te sucede lo que le sucedía al bueno de Maxwell Smart al comienzo de cada capítulo, en lo que los entendidos llaman opening, si no me equivoco. Que se te van cerrando las puertas a tus espaldas....

Perdón, que vuelve a sonarme el móvil...

- ¿Estilografic?
- El mismo. ¿Quién es?
- El mismo también. El mismo de antes, digo.
- Ah, ¿Y que quiere usted ahora?
- Pues que no sé qué se piensa, la verdad. ¿Qué edad media le calcula usted a los lectores de su blog?
- No sé... ¿contándome a mi o sin contarme?
- Sin, por supuesto.
- ¿alrededor de los 30 puede ser entonces?
- Puede ser, pero en cualquier caso tenga usted en cuenta que la mayoría de ellos no tendrá ni pajolera idea de quién es el tal Superagente 86, y mucho menos de qué es lo que le pasa al comienzo de los capítulos, en el dichoso “opening”, como usted lo llama. Así que haga el favor de explicar con todo detalle la imagen de las puertas utilizada en su argumentación o de lo contrario mejor cállese, o cuéntelo de otra forma más... actual, diríamos.
- Creo que tiene usted razón. Procedo entonces a poner el vídeo, si me disculpa.



Ahora sí que sí, yo creo que queda más o menos claro. Tú vas escribiendo y aportando datos, y lo que sucede es que a medida que avanza la historia te vas haciendo prisionero de los datos por ti aportados, de los que ya no puedes escapar. No hay marcha atrás y hay que tirar p’alante como sea. Eso reduce las opciones pero también, ay amigo, agudiza el ingenio y la imaginación hasta más no poder.

Otra cosa que se estarán preguntando los lectores es que cómo es posible que a un tipo tan sencillo y normal como lo es Estilografic, padre de familia responsable, se le ocurran unas historia tan absurdas, poco serias y disparatadas como la de... Perdón, otro vez el móvil.

- ¿Sí?
- Que me pregunto yo, que soy el de antes, que cómo es posible que a un tipo tan sencillo y normal como lo es Estilografic, padre de familia responsable, se le ocurran unas historia tan absurdas, poco serias y disparatadas como la de... el pececillo desaparecido.
- Pues si deja usted de llamar cada dos por tres (igual a seis) a lo mejor lo cuento y todo.
- Vale, espero entonces. Adiós.

...como la del pececillo desaparecido, iba a decir. Pues la historia tiene variadas fuentes de inspiración que a continuación paso a detallar:

Fuente1: Una vez, hace ya tiempo, mi hermano me dejo al cuidado de sus peces durante un viaje de una semana. Incomprensiblemente uno de los animales desapareció sin dejar rastro, y aún estoy dándole vueltas y mas vueltas a cómo pudo ocurrir.

Fuente 2: Mi hija tiene ahora en casa una pecera con dos pececillos, uno de ellos un cometa.

Fuente 3: Los sábados por la mañana acostumbro a pasar el aspirador en casa, y cuando paso con él cerca de los peces siempre se me ocurre la desagradable idea de que pasaría si, en un despiste, acercara sin querer la boca del tubo de succión al agua de la pecera.

Fuente 4: Hay un fantástico sketch de LA PANTERA ROSA (lo pongo todo con mayúsculas al tiempo que me pongo en pie porque para mi decir Pantera Rosa son palabras mayores) en el que el animalillo va chupando y chupando todo lo que se pone a su alcance con una aspirador hasta que al final se succiona a sí misma...

- ¡Diga!
- ¿Y el vídeo?
- ¿Qué video?
- El de la pantera rosa.
- Es que no lo he encontrado.
- ¡Pues vaya falta de rigor y profesionalidad!

Ni caso.Y luego está la posibilidad de ir introduciendo datos referidos a la actualidad que le dan al relato más cercanía con el presente, y que ten sirven también de inspiración, como es el caso del robo de las canciones de Loquillo, lo del dúo que hace en su último disco con Johny Halliday, el rockero francés que da nombre (o casi) al detective de la historia, la votación para la elección de presidente del Congreso o el nombramiento de los nuevos ministros.

- ¡Qué pasa ahora!
- Y no se olvide de la eliminación del Geta a manos del Bayern, que eso si que dolió.
- Cierto, que se me olvidaba. ¿Algo más desea usted?
- No, de momento no, pero todo se andará.
- Pues gracias.
- De nada.

Y quería también hablar –si me deja el tipo del teléfono - de las fuentes de documentación. Hay ver cómo ha cambiado el asunto en este sentido, con esto del internet. Tú antes te ponías a escribir un relato y perdías muchísimo tiempo documentándote. Ahora, en cambio, pones en el gugel “aspiradores” y te salen todas las marcar y modelos posibles. Yo de hecho iba a introducir en la historia mi modelo de aspiradora real, una Bosch muy apañadita que tengo, pero me salió en gugel lo de la Rowenta y me pareció que el nombre daba mucho más juego, sobre todo por sus posibilidades alfanuméricas: Rowenta, Rowentynuno, Rowentaydos...

Y que decir de la famosísima guiquipedia, de gran ayuda para la búsqueda de fórmulas matemáticas y leyes físicas que uno tenga a bien, por qué no, introducir en medio del relato para explicar con un ejemplo vete tú a saber qué cosa, manejándolas luego a tu gusto con más o menos gracia o mayor o menor fortuna. Oye, que todo es posible y hay gente muy rarita por ahí.

Y esto último lo digo ya, lo de las formulitas, como todos habrá adivinado, con el móvil recién apagado.

jueves, abril 17, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. VII y último)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: Gracias a la admirable disposición y eficacia de la encargada del establecimiento especializado en venta de peces La Maskota Ke Flota (LMKF), conocemos los lectores que el vago detective Holiday pretende engañar al bueno de Estilografic comprándole un pez nuevo, similar al perdido, y una nueva aspiradora, similar también a la damnificada, para posteriormente darle el cambiazo. La idea es hacerle creer a Estilografic que Holiday ha resuelto él solito el caso del pececillo desaparecido y ha arreglado además el aparato estropeado, cobrándole después el muy bribón nada menos que 3.000 euros del ala por los servicios prestados. Pero no se saldrá con la suya, no.

Cap. I, Cap. II, Cap. III, Cap. IV, Cap. V y Cap. VI. Píchese despaciiiito, ya no lo digo más.

Agencia de detectives ACME y Asociados, jueves 17 de abril, 13:00 PM

Toc, toc.
- Adelante, adelante Estilografic, que no sé si se ha dado cuenta usted, pero la puerta ya está abierta y está golpeando sobre mi cabeza.
- Huy, disculpe señorita, es que estaba mirando para otro lado y...
- Vale, vale, no se preocupe, estoy acostumbrada a ello. Recuerde que esta historia ya comenzó así.
- En efecto, me acuerdo. Así fue como nos conocimos hace ya la friolera de.... siete posts, con éste.
- ¡Hay que ver cómo pasa el tiempo! Y pensar que esto ya se acaba... ¡qué penita!.
- Qué le vamos a hacer, mujer. Nada es para siempre.
- Y dígame... ¿Qué le trae hoy por aquí?
- Verá, su jefe me llamó el otro día y me citó aquí porque al parecer tiene ya prácticamente resuelto el caso. Me dijo que le trajera además mi aspiradora rota en cuyo interior, supongo, insiste en pensar que se halla el pececillo.
- Pues se metió en su despacho hace ya más de tres horas y no ha vuelto a salir, lo cual me empieza a parecer de lo más extraño, si le digo la verdad.
- Ya me ha extrañado a mi también, siendo las horas que son, no habérmelo encontrado en El Giraldillo dando buena cuenta de una fritura variada acompañada de sus respectivas cañitas.
- Yo es que estoy preocupadísima. Pero hasta el punto de no saber ni dónde meterme.
- De todas formas, yo venía más que nada a decirle que todo ha terminado.
- ¿Cómo dice? No me asuste más. ¿Todo, todo?
- Todito. Sí.
- ¿Y mis planes de futuro? ¿Y la celebración nupcial que tengo a la vista? ¡Madre mía qué disgusto!, ¡los invitados!, ¡el menú!, ¡la lista de boda!, ¡la peluquería!...
- No mujer, no se alarme. Con “todo” me refiero al “casocuatro”. A lo del pececillo. Que al final lo he encontrado, vaya.
- Uf, que susto me ha dado usted. ¿Y cómo lo ha encontrado?
- Resulta que una amiga de mi hija que es un poco trasto – no mi hija, sino su amiga – estuvo el día de la desaparición en casa merendando y encaprichose del dichoso pececillo, de manera que ni corta ni perezosa llenó de agua la botellita de Colacao energy que gustoso le ofrecí para merendar - una vez ingerido su líquido original, eso sí – e introdujo el pececillo dentro del envase para después largarse con él sin decir ni pío.
- Vamos, que al final más que una desaparición se ha tratado de un robo en toda regla.
- Bueno, más bien de una travesura infantil, diría yo. La muchacha finalmente se arrepintió de su acción y ayer mismo llamó a mi hija para confesarle su fechoría.
- Vaya con la niña.
- Lo importante es que el pez ya está de vuelta en casa más contento que unas castañuelas, y que además el padre de la niña se ha ofrecido, gustosamente y como compensación a la travesura, a arreglarme la aspiradora, ya que – no se lo pierda – es técnico en electrodomésticos y Máster CCC en Fuerzas de Succión. Así que su jefe puede dar carpetazo definitivo al llamado “casocuatro”. Se lo dice de mi parte.
- Pues no sabe cuánto me alegro, porque si le soy sincera le veía ya un pelín liado, al Sr. Holiday, con este caso; no sé yo si lo iba a resolver tan fácilmente. ¿Dónde se habrá metido este hombre?
- ¿Por qué no abrimos de una vez la puerta de su despacho y salimos de dudas?
- Creo que va a ser lo mejor... ¿Señor Holiday...? ¿Señor Holiday...?
- Oiga señorita, aquí no hay nadie. Mire, sobre la mesa hay una pecera con un pececillo dentro, igualito igualito que el mío.
- ¡Qué mono!
- Y en el suelo una aspiradora. ¿La ve?
- ¿Igualita igualita que la suya?
- Lo parece... pero no. Huy, huy, huy... no sé qué me da, que me estoy temiendo lo peor...
- Explíquese Estilografic. ¿Dónde narices está mi jefe?
- Me parece, señorita, que su jefe va a tomarse, ahora sí que sí, unos cuantos día libres.
- Disculpe, pero no entiendo nada.
- Sospecho que Holiday quería engañarme dándome el cambiazo con el pececillo y la aspiradora, pero ha cometido un grave error.
- ¿Qué error?
- Se ha confundido de aparato, y en lugar de la Rowenta ha adquirido la Rowentaynueve, que de apariencia es muy similar, pero que posee una potencia de succión muchísimo mayor, dónde va a parar, hasta el punto de poder resultar peligrosa.
- ¿Y?
- Pues que sin duda al intentar manipularla para, ya digo, engañarme sin piedad, su querido jefe ha sido víctima de la acción de una doble fuerza.
- No me estará diciendo que...
- Se lo estoy diciendo, sí: Holiday permanece atrapadito en el interior de la aspiradora. Y bien empleado que le está.
- ¡La Virgen del Carmen!
- Ah, y no se le vaya a ocurrir a usted abrir la aspiradora.
- ¿Por qué?
- ¡Cómo que por qué! Porque destruiría las pruebas.
- ¿Qué pruebas?
- Las pruebas del "casosiete", el que acaba de abrirse: El extraño y sorprendente caso del detective desaparecido.
- ¿Y entonces qué vamos a hacer?
- Usted no sé, pero yo largarme a mi casa y llevarme conmigo el pececillo nuevo para que les haga compañía a los míos. Adiós muy buenas.
- ¡Oiga, Estilografic! ¡No me deje así! ¿Qué hago?
- Echarle agua de vez en cuando por el tubo de succión, que al menos esté fresquito, el muy bribón.

(dis is di end)

martes, abril 15, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. VI)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: El ínclito detective Johnny Holiday, el de los días libres, no acaba de resolver el caso del pececillo desaparecido. Tras enterarse de que Zapatero ya ha nombrado a su Gobierno, Holiday da carpetazo (¡POM!) al llamado “casoseis”, que consistía precisamente en averiguar la formación del nuevo Ejecutivo socialista, lo cual le deja más tiempo para dedicarse a la búsqueda del animal. Estilografic informa a Holiday de que por echar agua dentro de la aspiradora por si el pez estuviera allí, se le ha estropeado la Rowenta. Dando prácticamente al pez por muerto, Holiday sugiere la posibilidad de comprar otro pececillo y santaspascuas, ante lo cual, Estilografic rompe a llorar desconsoladamente.

Cap. I, Cap. II, Cap. III, Cap. IV y Cap. V (este último sin rima) Ah, y despacito, despacito...

Establecimiento La Maskota Ke Flota. Miércoles 16 de abril. 11:00 AM.

- Buenos días, señorita.
- Buenos días, caballero
- Verá, soy el afamado detective Johnny Holiday.
- Ah sí, el del relato de Estilografic, también conocido por su acusada tendencia a tomarse días libres.
- El mismo. Y con su recibimiento, señorita, no hace usted otra cosa que reafirmarme en mi condición de “afamado”.
- Y en lo de los días libres supongo que también , porque si no no sé que hace usted por aquí.
- Pues ahí se equivoca usted, señorita, que aunque no lo parezca hoy estoy trabajando.
- Dígame entonces en qué puede ayudarle, Sr. Holiday. Rapidito.
- Verá, buscaba un pez.
- Ya lo sé. El de Estilografic. El del llamado “casocuatro”.
- Bueno ya, pero aparte de eso, buscaba un pez para comprarlo yo aquí y ahora.
- ¿Un cometa, no?
- Efectivamente, un cometa. La veo a usted muy despierta y al corriente de todo, señorita.
- Es que soy la encargada. Y trabajar en La Maskota ke Flota no es moco de pavo. La selección de personal es rigurosísima, no se vaya usted a pensar lo contrario. Aquí la disciplina, el orden y la eficacia están por encima de todo. Además, es que sigo a diario sus aventuras y desventuras en el blog de Estilografic.
- Ah.
- Sepa, por cierto, que se le ve a usted muy gracioso, aunque, eso sí, algo tontoelhaba, no nos vamos a engañar.
- Procuraré corregirme en mi comportamiento en adelante, señorita. Imaginará usted, entonces, despierta lectora, qué es lo que servidor pretende.
- Con todo detalle lo imagino.
- A verlo.
- Se dispone usted a comprar un pez cometa lo más parecido posible al pececillo perdido por Estilografic al módico precio de un par de euros como mucho, ¿verdad?
- Hasta ahí, todo correcto.
- Posteriormente, y ya por un precio no tan módico, se va a hacer usted con una aspiradora modelo Rowenta 7535 Clean Control, similar a la que se le ha estropeado a Estilografic, ¿no es cierto?
- Afirmativo, señorita.
- A continuación, va a citar al bueno de Estilografic en su despacho mañana....
- No señorita, mañana no...
- Perdón, pasado, pasado mañana, que mañana es su día libre. Decía que va a citar a Estilografic y le va a decir que acuda a su despacho acompañado de su aspiradora estropeada, y que ya tiene prácticamente el caso resuelto. ¿Voy bien?
- Va usted estupendamente.
- Por último, planea usted decirle a Estilografic, cuando éste se presente en su despacho con la aspiradora, que se dispone a manipular el aparato en algún lugar en el que él no pueda verlo, aduciendo motivos de seguridad. Y entonces, aprovechando el despiste del cliente, pega usted el cambiazo y... ¡voilá!, vuelve usted con el pez vivito y coleando supuestamente rescatado del interior del aparato y además con la aspiradora arreglada, como si nada hubiera sucedido.
- Y lo que es más importante, señorita, le arreo al Estilografic una factura de 3.000 euros en concepto de resolución del “casocuatro” (hallazgo del pez más arreglo de la aspiradora), habiéndome gastado yo sólo un par de euros en el dichoso pececillo y como mucho unos 100 euros más en la Rowenta, también dichosa.
- Eso mismo le iba a decir yo ahora, que no me ha dejado terminar. El plan es perfecto, y lo felicito por ello, afamado detective Holiday.
- Mas afamado que nunca, a partir de la resolución de este caso.
- Bien , pues aquí tiene su pez.
- Una última cosa, señorita. ¿Sabe usted dónde venden aspiradoras?
- Dos calles más abajo.
- Está usted en todo, hay que ver qué disposición y qué determinación, las suyas.
- Pues ahora me va a disculpar, que tengo que darle un toque de atención al personal, que se me despista.
- Adelante, adelante. Cumpla usted con su obligación.
- ¡Capitán!, ¡mande firmes!
- Caray, que carácter.

(Tu bi continued a litel mor)

lunes, abril 14, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. V)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: El detective Johnny Holiday, al que se le conoce ya no sólo por su tendencia a tomarse días libres, sino también por su afición a hacer rimas graciosillas y soeces, no avanza en el caso del pececillo desaparecido. Lo último que se le ha ocurrido es mandar a Estilografic que rellene su aspiradora de agua aprovechando una doble fuerza, la de la gravedad y de la propia potencia del aparato (una Rowenta 7535 Clean Control) por si el animal pudiera encontrarse dentro del artilugio.

Cap. I, Cap. II, Cap. III, Cap. IV (despacito, ¿eh?)

Despacho del detective Johnny Holiday. Lunes 14 de abril. 13:00 horas PM.

- Mal día nos espera hoy para lo nuestro, amigo Estilografic.
- VayaporDios. ¿Y eso?
- Tengo nuevo caso a la vista, y esta vez importantísimo.
- El caso........¿seis?
- Je, je, veo que se lo pensó usted por si acaso, ¡eh?. Pues sí, el llamado “casoseis”, así, sin rimas ni nada.
- ¿Y de qué se trata?
- Nada más y nada menos que de averiguar, amigo Estilografic, la composición del nuevo Gobierno socialista surgido tras las pasadas elecciones del 9 de marzo.
- ¿Ah sí? Pues me temo que Zapatero se le ha adelantado a usted, Señor Holiday.
- ¿Cómo dice?
- Que según tengo entendido, a estas horas los nuevos ministros ya están prometiendo sus cargos ante el Rey, y lo que es más, esta tarde celebran ya el primer Consejo de Ministros.
- ¿Pues sabe qué le digo?, que mucho mejor, porque así tendremos más tiempo para avanzar y dar de una vez por todas carpetazo al dichoso “casocuatro”, que si no se lo damos nosotros los que van a acabar dándoselo son los sufridos lectores de éste su blog.
- Mire, ¿sabe qué le digo yo?, que por primera vez desde que nos conocemos estoy en algo de acuerdo al cien por cien con usted.
- Pero antes póngame al día, mi querido Estilografic, de cómo es entonces el nuevo Ejecutivo, a ver si servidor iba bien encaminado en sus pesquisas.
- Mejor pinche usted aquí, lo ve, y no perdemos tiempo en contarlos, que son nada más y nada menos que diecisiete ministerios con sus respectivos ministros y ministras. Más ministras que ministros, por cierto.
- Esta bien, pincharé, pero antes adelánteme usted, hombre, los datos más importantes y llamativos de los nombramientos, ¿no ve que mordiéndome las uñas estoy?
- El desembarco de Sebastián en Industria es, sin duda, de lo más destacado.
- ¿Sebastián el cangrejo de La Sirenita? ¡Qué obsesión la suya con el mundo marino!
- No hombre no. Sebastián el que fuera rival de Gallardón en las últimas municipales.
- ¿Y qué más es, a su juicio, digno de mención?
- Que Chacón va a Defensa, y que Magdalena se mantiene.
- Qué tías. ¿Algo más que destacar?
- Sí. El nombramiento de la jovencísima Bibiana al frente del nuevo Ministerio de Igualdad.
- ¿Bibiana la popular “chica Almodóvar”?
- ¿Es que no oyó usted que dije “jovencísima”? La almodovariana Bibiana debe andar ya por los.... Pues como usted y yo, más o menos.
- ¡Qué dice! Hable por usted, que yo, aquí donde me ve, soy bien jovencito.
- Pues no lo aparenta usted, qué quiere que le diga. ¿Cuál es su edad?, si me permite la indiscreción.
- No más de cuatro post tengo de vida. Cinco con éste, para ser exactos. Yo antes es que ni existía. Y poquitos que me quedan ya, además.
- Vaya, ahí me ha pillado usted. Pero dejémonos de rollos y vayamos a lo nuestro.
- Ah sí, el “casocuatro”. Procedo primero a dar carpetazo al “casoseis” y ya estoy con usted.

¡POM!

- Ya estoy con usted. ¿Hizo lo de la aspiradora que le dije?
- Qué remedio.
- ¿Y cuál fue el resultado?
- Hubo dos resultados. ¿A cuál se refiere?
- Detálleme los dos, si no es mucha molestia.
- El resultado uno fue el derramamiento del agua sobre el parqué del salón, supongo que debido a que una de las dos fuerzas que deberían haber entrado en juego falló. O quizás las dos.
- Pues también es mala suerte, oiga, no sabe cuánto lo siento. El tal Newton no se había equivocado antes, que yo sepa. ¿Y el resultado dos?
- Estropeóseme la Rowenta.
- Vaya por Dios. Si es que ya no hacen las aspiradores como antes. Ni piensan en los peces ni nada. Vamos a abrir entonces, si le parece, una nueva línea de investigación. Dígame, amigo Estilografic, ¿qué tipo de pez es el desaparecido?
- Pues normalito, de los de agua de toda la vida.
- Ya, ya, pero ¿sabe usted el nombre de la especie y, lo que es más importante, su precio en el mercado?
- Creo que es un cometa, y su precio, no más de un par de euros.
- ¿Y dónde lo compró?
- En el establecimiento La Maskota ke Flota, tienda especializada en la venta de peces, como su nombre indica. Oiga, ¿no estará usted tramando comprarme otro y santaspascuas?
-Bueno, se trata de una posibilidad.
- Pues quítese esa idea de la cabeza, hombre. ¡Ese pez es un ser vivo, y tiene un valor sentimental!
- Bueno, eso de que es un ser vivo, al menos ahora mismo, es algo discutible. Y en cuanto al valor sentimental... Pero bueno. ¿Ya está usted otra vez llorando?
- Es que dice usted las cosas de una manera...
- Ande, ande, no sea usted tontín, que a lo mejor se lleva usted una alegría y le llaman de Moncloa en los próximos días para formar parte de algún equipo ministerial.
- Sí hombre, no sé de qué ministerio va a ser.
- Pues del de Agricultura y Medio Ambiente, lógicamente (que ahora incluye Pesca y Medio Marino, ¡así de fino!).

(tu bi continued a litel)

viernes, abril 11, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. IV)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: Estilografic comienza a estar hasta las narices de que el detective que se encarga del caso de su pez desaparecido, Johnny Holiday (llamado así por su tendencia a tomarse días libres), no avance en la investigación. El tal Holiday piensa ahora que Estilografic pudiera haberse “tragado” al pececillo con la aspiradora. Qué ocurrencia.

Pínchese aquí para leer el Cap.I; aquí para el Cap.II, y aquí para el Cap. III. Despaciiiito, pínchese despaciiiito.

- Bueno amigo Estilografic, vamos allá con lo nuestro que hoy no tengo mucho tiempo. Me ha surgido un nuevo e importante caso a resolver.
- ¿El casocinco
- ¡..........te la hinco! Je, je, disculpe, pero no he podido resistirlo. Se trata de una broma que hacíamos en el colegio...
- Sí, sí, ya sé. Yo también lo hacía, lo de las rimas. ¿Y se puede saber en qué consiste ese importante caso que ahora tiene entre manos?
- Se trata nada menos que de averiguar por dónde narices escapósele el esférico al bueno de Abbondanzieri, también conocido como “Pato”, en el segundo gol de Bayern frente al Getafe.
- No me hable, no me hable. ¡Hay que ver qué injusto es el fútbol!
- Como la vida misma, amigo mío, como la vida misma. Bien, pues vayamos con lo suyo.
- Vayamos pues.
- Nos habíamos quedado en la descripción de su técnica a la hora de pasar la aspiradora. Pero existe un dato preliminar a tener muy pero que muy en cuenta. ¿Qué tipo de aspiradora tiene usted?
- La Rowenta RO 7535 Clean Control , creo que se llama.
- Si, ¿pero se trata de una aspiradora tradicional o por el contrario resulta ser un modelo ecológico?
- Ahí me pilla usted en fuera de juego.
- Verá, resulta que, por motivos que se me escapan, existen dos tipos de aspiradoras en el mercado: los tradicionales, que llevan bolsa; y los ecológicos, que no la llevan. En el caso de los primeros, la bolsa lo que hace es recoger el polvo aspirado, y no sólo el polvo, sino también cualesquiera otros objetos, incluso animales, que pudieran yacer abandonados y a la buena de Dios por los diferentes y escondidos rincones de la vivienda o zona aspirada. En cuanto a los segundos, los ecológicos, también conocidos como “lossinbolsa”, en lugar de la dichosa bolsita lo que tienen es un depósito de agua donde se queda el polvo, evitando que éste, el polvo, vuelva al ambiente.
- Qué curioso, pero..., ¿dónde quiere ir a parar?
- Pues que si nos encontramos en el caso de los segundos, es decir, si su aspirador fuera ecológico o de “losisnbolsa” el problema del pececillo desaparecido ya no lo es tanto, porque el dichoso bicho, en el hipotético caso de se hallara dentro del aspirador, ya estaría como pez en el agua, nunca mejor dicho, nadando a todo nadar en el depósito ecológico, y podría haber permanecido ahí todo este tiempo con vida e incluso podría seguir en el interior de la aspiradora durante días y nada le sucedería.
- Yo creo que lleva bolsa.
- Pues, ¡ay amigo!, si su aspiradora es con bolsa...
- ¿Qué habría que hacer entonces?
- Se lo detallo ya mismo: se apropia usted de una jarra de agua de un litro de capacidad aproximadamente, y la llena usted hasta arriba del mencionado elemento, teniendo cuidado, eso sí, de no derramar gota del susodicho sobre el parqué del salón de su vivienda, que luego se levanta y se queda hecho una penita y yo no quiero hacerme responsable. ¿Hasta ahí me sigue?
- Hasta ahí sí.
- Pues bien, A continuación coge usted la aspiradora, la tal Rowenta, y presiona el botón de encendido/apagado, o lo que viene a ser lo mismo, de on/of, que es que suele venir así, en inglés, en los aparatos electrodomésticos, para proceder a poner el marcha el artilugio. ¿Me sigue todavía?
- Le sigo todavía, sí.
- Me alegro. El siguiente paso será coger la jarra con la mano derecha si es usted diestro, o con la izquierda si es siniestro (en el buen sentido, lo de siniestro) y verter el agua en el interior de la aspiradora a través del tubo de succión, de manera que el preciado líquido se vea impulsado hacia el interior del aparato por una doble fuerza, que a continuación paso a explicarle más detalladamente, la doble fuerza, si me sigue siguiendo. ¿Me sigue siguiendo?
- Por supuesto, le sigo siguiendo, y no pierdo detalle.
- Fantástico. La primera de las fuerzas, que vanos a denominar “fuerza 1”, viene determinada por la famosísima ley de gravitación universal de Newton, que establece que la fuerza que ejerce una partícula puntual con masa m1 sobre otra con masa m2 es directamente proporcional al producto de las masas, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa:

donde u12 es el vector unitario que va de la partícula 1 a la 2, y donde G es la constante de gravitación universal, siendo su valor 6,67 × 10–11 Nm2/kg2. ¿Estamos?
- Psche.
- A ver. Resulta que esta ley establece que mientras más grandes sean las masas de sus cuerpos, mayor será la fuerza con que se atraigan, y que a mayor distancia de separación menor será la fuerza de atracción. Por consiguiente, la fuerza de atracción entre dos cuerpos como el que ejerce la Tierra sobre los cuerpos que están dentro de su rango de acción, es la causa de que los cuerpos que se sueltan a cualquier altura caigan al suelo. Yo creo que está bien clarito, ¿no?
- Como el agua. Como el agua que tengo que derramar dentro de la aspiradora, digo.
- Bien, pues vamos ahora con la llamada “fuerza 2”. Este depende en gran medida de la potencia del aspirador que usted haya adquirido en el mercado. Sabrá usted cuál es la potencia de su aspirador, ¿no?
- 2.000 w.
- No está mal. Pues sumando la fuerza de la gravedad a los 2.000 w. mencionados, el agua cae dentro seguro.
- Oiga, ¿y no sería más fácil, digo yo, coger la aspiradora, abrirla, mirar lo que hay dentro de la bolsa y si allí estuviera pez y este se mantuviera con vida, Dios lo quiera así, devolverlo a su pecera y a lo que es su rutinaria vida diaria?
- ¡Ni se le ocurra abril la aspiradora, por Dios!
- ¿Y eso por qué?
- Porque destruiría usted las pruebas.
- ¿Las pruebas de qué?
- Pues del caso, las pruebas del caso. Y ahora me va a disculpar que....
- ¿No me irá a decir que hemos terminado y que no vuelva hasta pasado mañana porque mañana es su día libre?
- No, no. Es que tengo que ocuparme de mi nuevo caso.
- ¿El casocinco?
- ¡.............te la hinco!, je, je.

(tu bi continued egein and egein and egein)

jueves, abril 10, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. III)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: a Estilografic se le ha perdido un pececillo y busca para recuperarlo la ayuda de Johnny Holiday, un detective que hace llamarse así por su tendencia a cogerse días libres. El detective le da a entender a Estilografic que tiene entre manos casos más importantes que el suyo, a saber, el de la desaparición de las canciones de Loquillo, el de la identidad de los diputados socialistas que no votaron a Bono o el del farol de la mismísima Esperanza Aguirre. En esas están cuando Holiday se larga a tomar pescaíto al “Giraldillo”.

(Pínchese aquí despacito para leer el Cap. I y más despacito todavía aquí para leer el Cap. II. Si con el resumen ya fuera suficiente, no hace falta pinchar en ningún sitio.)

Despacho del famoso detective Johnny Holiday. Jueves 10 de abril. 16:00 PM, es decir, en plena hora de la siesta.

Encuéntrase Estilografic Punto Blog al principio de este post (bueno, al principio y al final, porque es que no se va a mover, el hombre) en el despacho del detective Johnny Holiday esperando la llegada de éste, quien, evidentemente, se halla ausente. Procedentes de la habitación contigua escúchanse tan tremendos como estruendosos sonidos de naturaleza respiratoria y origen indeterminando, dándose la probabilidad más que probable, valga la redundancia, de que tales ruidos pudieran surgir de la mismísima garganta del titular del despacho que nos sirve de escenario, esto es, el tal Holiday, quien estaría, siempre según tal suposición, echando una siestecita, ronca que te ronca, en la ya mencionada dependencia contigua.

Sobre la mesa del despacho, además de un marco de discutible atractivo y diseño conteniendo un retrato, primer plano, de la afamada Carla Bruni, hállase también una grasienta carpeta marrón en la que, escrita con bolígrafo rojo fosforito, se alcanza a distinguir la leyenda “CASOCUATRO”.

“¡El mío!”, exclama Estilografic sin el menor atisbo de duda.

- En efecto, el suyo. ¿no iría a abrir la carpeta?
- No, no. Estaba sólo... esperándole.
- Ya, disculpe, pero es que tenía algún trabrajillo pendiente que resolver en la habitación de al lado, pero ya estoy con usted.
- Bien, pues empecemos, que el tiempo en este despacho se pasa muy rapidito.
- Cuénteme usted entonces, y nos ahorramos todo tipo de preámbulos, que si qué tal le va la vida, que si como estas las niñas, que si hay que ver qué tiempecito..., cuénteme digo lo acontecido la mañana de los hechos con todo lujo de detalles.
- Verá, pasar pasar, lo único que pasó de importancia es que despareció uno de los dos peces que habitan en la modesta pero sin embargo graciosa y acogedora pecera que tenemos en casa, en la habitación de mis hijas.
- Y dice usted que tiene dos peces.
- Tenía. Ahora solo tengo uno.
- Ya, ya, me refiero a antes de los desafortunados hechos.
- Sí, entonces tenía dos.
- ¿Y no habrá notado usted, por casualidad, un tan alarmante como repentino aumento de peso en el otro pez, en el que le queda?
- ¿No estará usted insinuando que...?
- Yo no insinúo nada, pero de entrada no hay que descartar ninguna posibilidad. Insisto, ¿está gordito?
- Yo creo que no, que estoy en mi peso, kilo más o kilo menos.
- No, me refiero al pez, al que queda.
- Ah, pues no. Yo creo que está igual que siempre.
- Bien. Dígame exactamente qué estaba haciendo en el momento de la desaparición.
- Pues nadar. Lo que hacen todos lo peces, a ver qué otra alternativa les queda.
- No hombre. Ahora sí que me refería a usted. Reláteme si no le importa, punto por punto, todo lo sucedido el día de autos.
- Verá, a eso de las ocho y cuarto de la mañana se despertó mi hija pequeña y, como suele hacer los días que no hay cole, vínose como un rayo a meterse en la cama de los padres, que es que no hay forma de dormir un poco más los domingos, oiga.
- Siga, siga...
- A continuación, como media hora más tarde, despertose también la mayor, y vínose también a la cama, con lo cual, teniendo en cuenta que yacíamos cuatro personas en una cama pensada para el descanso de dos, decidimos levantarnos a desayunar. Qué remedio.
- Ahórrese si quiere el contenido del desayuno. ¿Qué hicieron después?
- La digestión, claro.
- Ya, ya, pero aparte de la digestión...
- Pues recoger un poco la casa y limpiar.
- ¿Limpiar? ¿Qué limpiaron exactamente?
- Pues ahí nos solemos repartir el trabajo, oiga. Mi mujer se suele encargar de los baños y yo paso el aspirador...
- ¿Ha dicho usted “as-pi-ra-dor?
- Sí, eso he dicho. Todo junto, sin guiones, pero eso he dicho.
- ¿Me quiere describir de la forma más precisa posible de qué manera pasa usted el aspirador?
- Pues como todo el mundo, digo yo. Oprimo la boquilla de succión contra el parqué del inmueble al tiempo que la hago deslizarse suavemente, procurando hacer un barrido preciso y homogéneo por toda la habitación y aprovechando el cómodo movimiento que provocan los ruedines habilitados en el cuerpo del artilugio para desplazar éste a medida que voy avanzando.
- Impresionante su descripción. Pero dígame, ¿en algún momento succiona usted, o ha succionado, algún objeto de manera no intencionada?
- Pueeees..... Bueno sí. Como debajo de la cama lo paso sin mirar primero, una vez lleveme un calcetín y en otra ocasión un calzoncillo o prenda íntima masculina.
- Huy, huy, huy...
- ¿No estará usted insinuando ahora la posibilidad de que...?
- ¿Levanta usted a menudo del suelo, bien sea de manera voluntaria o bien por despiste, la aludida boquilla de succión de manera que esta pudiera haberse introducido, sin que usted se hubiera dado cuenta, en el recipiente de cristal que constituye la confortable residencia de su añorada mascota acuática?
- Pueeees....
- Pero no. No me conteste ahora. Hágalo en su próxima cita que tendrá que acordar con mi secretaria, a la vuelta de mis merecidas vacaciones.

(tu bi continued egein and egein)

miércoles, abril 09, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. II)

RESUMEN DE LO PUBLICADO: Pues nada, hasta ahora poca cosa. Que a Estilografic Punto Blog se le ha perdido un pececillo y acude desesperado a pedir ayuda al famoso detective privado Johnny Holiday, conocido por su acusada tendencia a tomarse días libres ( el detective, no Estilografic). De ahí su apellido (el del detective, no el de Estilografic).

Pínchese aquí despacito para leer el Cap. I


Despacho del detective Johnny Holiday, miércoles 9 de abril, 12:30 PM (a media hora justita del aperitivo)...

- Bien amigo Estilografic, mi querida secretaria me pone...
- Perdón, ¿cómo dice?
- ... que me pone al corriente de su caso en líneas generales, lo del pececillo perdido y eso. Venga, desembuche de una vez ya los detalles y dese prisita, que con tanto día libre que me veo en la obligación de tomar, se me acumula el trabajo pendiente de los tres importantísimos casos que entre manos tengo a día de hoy.
- ¿Más importantes que el mío, que se trata de un pobre animal que se encuentra en paradero desconocido y quién sabe si con vida teniendo en cuenta todo el tiempo transcurrido desde su desaparición?
- Hombre, dónde va a parar, ¿o es que se cree usted que el mundo se acaba en los acristalados y cochambrosos cristales de su pecera?
- ¿Y de qué asuntos tan importantes se trata, si puede saberse?
- Pues mire, el llamado “casouno” es el asunto del robo de las canciones de Loquillo, ya sin Trogloditas.
- Ah sí, eso ya lo sé.
- ¡No me diga que sabe usted quién robó las canciones!
- No, no. Digo que ya sé que está usted con ese caso. Ayer su secretaria me puso...
- Perdón. ¿Cómo dice usted ahora?
- ... que me puso al corriente de lo de Loquillo.
- Ah vale. Pasemos entonces al llamado “casodos”. Trátase del turbio asunto de los dos diputados.
- ¿Corruptos?
- No que yo sepa al menos. Me refiero a la oculta identidad de los dos diputados del PSOE que no votaron a Bono como presidente del Congreso, que egque hay que ver como son, egtos socialigtas, que diría el bueno de Pepe. No sabrá usted algo al respecto, ¿verdad?
- ¡Yo qué voy a saber!
- Pues yo tampoco. Pero no lo dude, en breve lo sabré.
- Vaya, pues sí que tiene usted casos importantes entre manos, oiga. ¿Y qué me dice del “casotres”?
- ¿Cómo narices se ha enterado usted de que lo llamo así? ¡Si se trata de información confidencial!... No habrá sido mi secretaria, que le ha puesto...
- No, no. Se trata de pura intuición. El primero, “casouno”; el segundo, “casodos”; y el tercero, pues eso, “casotres”. Así de sencillo.
- Pues sí, el llamado “casotres” resulta ser además el más complicado, y consiste en dilucidar si de una puñetera vez Esperanza se va a presentar o no al Congreso del PP como alternativa a Rajoy, o si por el contrario se está tirando un farol, la presidenta, de no te menees. Usted que es tan listo y tan intuitivo, ¿no sabrá nada al respecto?
- Yo de eso es que ni idea.
- Bien, pues vayamos entonces de una vez con lo suyo...¡Huy, pero si son mas de la una! Me temo que me va a tener que perdonar, pero es que estamos ya en la hora del aperitivo, fíjese cómo pasa el tiempo, y aquí abajo, en “El Giraldillo”, sirven un pescaíto la mar de bueno que está para chuparse los dedos... Pero, ¿qué le pasa ahora? ¿Por qué llora, hombre?
- ¡Por Dios!, tocome usted la fibra con lo del pescaíto. ¡Qué poca delicadeza!
- Discúlpeme hombre, no caí en lo desagradable de la situación, pero es que está de muerte...Oh, disculpe otra vez, por lo de “muerte”.
- No me irá usted ahora a dejar así, con el disgusto que tengo y con el pez en quién sabe qué paradero, para decirme con toda la tranquilidad del mundo que vuelva mañana, ¿no?
- No, no, por Dios, no se alarme...
- Bien, sigamos entonces...
- Pasado. Vuelva usted pasado mañana, que mañana tengo el día libre.

(tu bi continued egein)

lunes, abril 07, 2008

El extraño y sorprendente caso del pececillo desaparecido (Cap. I)

Agencia de detectives ACME y Asociados, lunes 7 de abril, 11:00 horas AM.

Toco, toc.
- Adelante, adelante, que no sé si se ha dado cuenta usted, pero la puerta ya está abierta y está golpeando sobre mi cabeza.
- Huy, disculpe señorita, es que estaba mirando para otro lado y...
- Vale, vale, no se preocupe, estoy acostumbrada a ello. Incluso tengo ya el correspondiente chichón de manera permanente.¿Qué desea?
- Venía a ver si son ustedes capaces de ayudarme a resolver un extraño y sorprendente caso.
- ¿Es usted cliente?
- Hombre pues depende; si se refiere usted a cuando salgo los fines de semana armado de paciencia de compras con la familia con dirección a uno de los muchos centros comerciales que abundan en la comunidad de Madrid, sí, en esos momentos me convierto en cliente. Incluso si a lo que usted hace alusión es a cuando a mediodía en días laborables me dispongo a almorzar en el restaurante que queda cerca de la oficina, le diré que también, que desde el momento en que tomo asiento y pido el menú del día al camarero ya soy considerado como cliente; y si, por último, se refiere usted en cambio al instante en que, aproximadamente cada dos meses, acudo puntual a mi cita con el peluquero para dar mayor lustre y mejor presentación a mis rebeldes cabellos que comienzan a rizarse de manera que no hay manera de peinarlos con las prisas matutinas, pues también, también en esos momentos soy cliente, oiga.
- No, no, vamos a ver, yo me refería a que si es usted cliente nuestro, a que si ha venido más veces.
- Ah, pues eso no lo sé. Últimamente voy a tantos sitios y hablo con tanta gente que ya no sé dónde he estado y dónde no.
- A ver, dígame nombre y apellidos, le busco la ficha y terminamos antes.
- ¿Qué me va usted a buscar, dice?
- La ficha, la ficha de cliente. Nombre y apellidos, por favor.
- Estilografic Punto Blog.
- ¿Así como suena? ¡Qué extraño!
- Pues anda que “ACME y Asociados”, no sé que será peor.
- ... pues por Punto Blog no me viene nada. ¿Seguro que son esos sus apellidos?
- Segurísimo, Punto por parte de padre y Blog por parte de madre. De toda la vida de Dios.
- No sé, no sé... Pues no, no me aparece. ¿Y no será, digo yo, que tiene usted un blog que se llama precisamente así, Estilografic Punto Blog, y ha adoptado usted ese nombre por hacerse el graciosillo o, qué se yo, por tratar de ser más original que nadie en la blogosfera sin conseguir ni lo primero ni lo segundo, permítame que se lo diga?
- Pues oiga, ahora que lo dice a lo mejor ha sido así. Hay que ver qué lista es usted.
- No olvide que está usted en una agencia de detectives. Aquí lo sabemos todo.
- ¿Ah sí? Y quién va a ganar esta alocada liga que parece que nadie quiera ganar, dígame usted?
- Bueno, casi todo. Además, yo soy sólo la secretaria. Lo que usted quiera tendrá que tratarlo con el señor Johnny Holiday, maestro de detectives donde los haya.
- ¿Johnny Hallyday? ¿El famoso rockero francés que colabora con el mismísimo Loquillo, ya sin Trogloditas, en su último disco?
- ¿Ve? Loquillo sí que es cliente nuestro, que precisamente le han robado las canciones de ése su último disco y se las andamos buscando. Pero no. He dicho Holiday, no Hallyday.
- ¿Es de procedencia anglosajona su jefe?
- Que va. De Utrera, creo que es. Pero se hace llamar así por su marcada tendencia a tomarse días libres.
- Bien, pues entonces le expondré a él mi caso. Es muy pero que muy urgente.
- ¿Y por qué es tan urgente, si puede saberse?
- Porque resulta que en casa nos ha desaparecido un pececillo de la pecera. Y urge recuperarlo lo ante posible, no vaya a ser que, allá donde esté, se encuentre fuera del líquido elemento y se nos ahogue, el pobre, pues supongo que sabrá usted, teniendo en cuenta lo lista e inteligente que ha demostrado ser a lo largo de lo que llevamos de post, que a los pececillos fuera del agua les cuesta lo suyo respirar a pleno pulmón, entre otras cosas porque no lo hacen por los pulmones precisamente, sino por las branquias.
- Pues lo siento por su pez, por usted y por las branquias de aquél, pero el caso va a tener que esperar hasta mañana.
- ¿Y eso? ¿Por qué no puedo hablar ahora mismito con su jefe?
- Me temo que hoy va a ser imposible. Es su día libre.

(tu bí continued)

viernes, abril 04, 2008

A la rica fruta

Estos días me he visto reflejado en los periódicos. Resulta que se acaba de publicar un estudio denominado “Los españoles ante la fruta 2008: hábitos y actitudes”, y al leerlo no me ha quedado otra que decirme a mi mismo: ¡anda mira, Estilografic Punto Blog! Pues eso, que me he visto reflejado.

Concluye el citado estudio, en líneas generales, que los españoles comemos menos fruta de la recomendada, así que a un servidor, como español y como comedor de menos fruta de la remendada, no le queda más remedio que darse por aludido. Pero es que aún hay más: el estudio mete el dedo en la llaga y afirma que los hombres, sobre todo los hombres, solo comen frutas fáciles de pelar y durante la comida, ante lo cual a uno, como hombre y como degustador de frutas fáciles de pelar sólo durante la comida, no le queda otra que proceder a entonar el mea culpa, con perdón por lo de “mea”, y volver a darse por aludido, con perdón por lo de “darse”.

Tratando de justificar la escasa presencia de fruta en mi dieta diaria, ocurrióseme a mi una vez hace tiempo decir en público aquello de: “a mí es que me gusta la fruta verde”. Oye, pues tal afirmación pesa sobre mi como una losa desde entonces y para el resto de mis días, me temo. Colgando que llevo el sambenito. Reconozco no obstante que la expresión no fue del todo acertada, porque claro, afirmar así como suena que te gusta la fruta verde puede dar a entender que te zampas plátanos, sandías, melones y chirimoyas, - estas dos últimas sin rima -, así como cualesquiera otras frutas que se te pongan delante, en cuanto asoman entre las ramas del árbol o tallos de la planta que les proporciona su tan necesaria como corta y fugaz existencia. Y no hombre no, no es eso.

Que el plátano está más duro que un piedra, pásaselo al bueno de Estilografic, que le gustan así, enteritos; que al higo no hay quien le hinque el diente, que se lo coma el tal Estilografic; que el melón parece más bien un pepino, para Estilografic, que seguro que da buena cuenta de él.... ¡Ya está bien!. A ver si queda clarito de una vez: a Estilografic ni le gustan todas las frutas por el hecho de estar verdes, ni tampoco se las come, las que le gustan, en el caso de que corran serio peligro de fractura tanto su maxilar superior, esto es, el de arriba, como el inferior, esto es también, el de más abajo.

A Estilografic le gusta más bien poco la fruta. Sí, lo confieso con dolor y pesar. Y le gusta poco, no te lo pierdas, sobre todo porque le pone de los nervios tener que estar quitando pepitas y huesecillos todo el rato, porque le da no sé qué mancharse la manos mientras come y, en definitiva, porque resulta ser un poco bastante tiquismiquis, que diría su madre. Qué pasa, ¿es que no puede venir uno con defectos de fábrica?

Eso sí, el leer el informe y sus conclusiones me ha servido para hacer propósito de enmienda y empezar a comer a partir de ya, en cuantito termine este post, al menos un par de piezas de fruta al día, iniciando así una nueva dieta alimenticia sana y equilibrada para recuperar el tiempo y los años perdidos.

A buenas horas, frutas verdes, digo mangos, digo mangas.

Mangas verdes.