Vale, que sí, que falló Casillas, que no lo suele hacer. Pero es que el equipo, aunque jugó mejor que otras veces, tampoco hizo nada del otro mundo. Salvo Raúl y Salgado, España no pasó de la mediocridad. Su juego en ataque es previsible. Luis apuesta por los extremos (Vicente y Joaquín) y parece dar la razón a Luxemburgo: la cosa no sale bien. Sí, los dos tienen buen regate, pero sus jugadas casi nunca acaban en gol, que es de lo que se trata.
Casillas no debió salir a por aquel balón; lo hizo seguramente pensando en evitar el control del "chiquitín" serbio, pero con su error provocó una situación de peligro donde no la había. Es lo malo de ser portero: era prácticamente su primer balón, y la acción al final puede tener como consecuencia quedar fuera de un mundial. Pero es que el partido, ante una selección tan mediocre como la de Serbia, debería haber estado resuelto mucho antes.
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