lunes, enero 23, 2006

El Estatut: ¿punto final?

Hecha la salvedad de que el camino hacia la aprobación definitiva del Estatut en realidad no ha hecho más que empezar, sí se puede afirmar que tras el pacto alcanzado entre el Gobierno y CiU se han sentado unas bases sólidas para el proyecto salga adelante, salvo sorpresas de última hora que, en política y tal y como están las cosas, no se deberían descartar.

Ha habido demasiado ruido durante la negociación, demasiada confusión, demasiadas meteduras de pata y demasiadas verdades a medias como para buscar a estas alturas una opinión objetiva sobre el asunto. Trataremos de serlo desde aquí.

En el lado positivo:
la capacidad de negociación, que debe ser siempre una virtud de todo régimen democrático; la valentía del Gobierno a la hora de abordar un problema al que tarde o temprano había que meter mano, y el que el texto, salvo excepciones (PP), deje contentos a casi todos (¿ERC?).

En el lado negativo: las incógnitas que deja abiertas, sobre todo en lo que se refiere al equilibrio con el resto de comunidades; las heridas que también deja abiertas al haber tensado demasiado la cuerda entre todos, y el que el principal partido de la oposición (PP) se haya quedo al margen de la negociación.
Ni positivo ni negativo, sino todo lo contrario: la complicada redacción del preámbulo en lo que respecta a la definición de Cataluña, reflejo de los malabarismos que ha habido que hacer para tratar de contentar a casi todos sin salirse de los márgenes de la Constitución.

Pero el resultado final del proceso iniciado seguramente no sea la aprobación del Estatut, sino que vaya mucho más allá y se trate de un nuevo modelo de Estado en el que las comunidades autónomas gocen cada vez de más competencias sin que ello suponga un desequilibrio territorial.
El camino no va a ser fácil, y se corre el riesgo de que la ya tan maltratada cuerda de la negociación se rompa finalmente a base de tanto tensar y tensar por alguno de sus nudos más frágiles. Ahí reside el peligro del “proyecto Zapatero”, y ahí están también su virtudes. Y todo ello aderezado con la alargada sombra de ETA que, por desgracia, tiene mucho que decir en el éxito o el fracaso de esta aventura.

1 comentario:

Anónimo dijo...

19 enero de 2006:expolio del Archivo de Salamanca