Teniendo en cuenta el anuncio, vaticinio o pronóstico de Don Pedro Solbes Mira - ministro de Economía e incluso de Hacienda y vicepresidente segundo del Gobierno, natural de la bella y acogedora localidad alicantina de Pinoso – de que, primero, el déficit público superó con creces en 2008 el límite impuesto por la Unión Europea, esto es, el 3 por ciento del PIB, y, segundo (y ahí viene lo peor), en este año de gracia en que nos encontramos, es decir, el 2009, el déficit va a ser “sustancialmente” mayor..., no sé vosotros, pero yo estoy que no doy pie con bola, de la preocupación y el desasosiego que me afligen.
Y es que lo de la utilización, seguro que la mar de estudiada y bien premeditada, del inquietante adverbio terminado en “mente”, como lo hacen también una buena parte de los adverbios que todos conocemos, lo de terminar en “mente”, me tiene sumido en la últimas horas en la más profunda de las cavilaciones. ¿Qué habrá querido decir en realidad Don Pedro Solbes Mira con eso de que “sustancialmente”? ¿Es preocupante hasta decir basta que un déficit tal de una Administración cual llegue a ser “sustancialmente” peor de un año para otro o son simplemente cosas que suceden en el extravagante y ensimismado universo de la macroeconomía?
Como no podía ser menos, servidor ha acudido lo primerito de todo al diccionario, a ver qué era lo que significaba exactamente “sustancialmente”, valga la redundancia de terminaciones, y comprobar fehacientemente (otro que tal baila) si el dichoso adverbio tuviera alguna acepción oculta, disimulada o misteriosa que conllevar pudiera cualquiera otra segunda interpretación maliciosa que no acabemos de percibir a las primeras de cambio. Y el caso es que el diccionario te remite directamente a la expresión “en sustancia”, y punto y se acabó.
Total, que después de un entretenido y fructífero, pro no decir sustancioso, recorrido de acepción en acepción, comenzando por la esencia o sustancia, pasando por toda suerte de complejos químicos y terminando por el jugo o caldito que se puede extraer de ciertas materias alimenticias, como es el caso de las sabrosas pastillas del Avecrem, chup, chup, que si cuece o que si enriquece..., vengo a determinar finalmente que lo que Don Pedro Solbes nos ha querido decir con la utilización del adverbio de marras es que nos vayamos apretando el cinturón.
Y es que lo de la utilización, seguro que la mar de estudiada y bien premeditada, del inquietante adverbio terminado en “mente”, como lo hacen también una buena parte de los adverbios que todos conocemos, lo de terminar en “mente”, me tiene sumido en la últimas horas en la más profunda de las cavilaciones. ¿Qué habrá querido decir en realidad Don Pedro Solbes Mira con eso de que “sustancialmente”? ¿Es preocupante hasta decir basta que un déficit tal de una Administración cual llegue a ser “sustancialmente” peor de un año para otro o son simplemente cosas que suceden en el extravagante y ensimismado universo de la macroeconomía?
Como no podía ser menos, servidor ha acudido lo primerito de todo al diccionario, a ver qué era lo que significaba exactamente “sustancialmente”, valga la redundancia de terminaciones, y comprobar fehacientemente (otro que tal baila) si el dichoso adverbio tuviera alguna acepción oculta, disimulada o misteriosa que conllevar pudiera cualquiera otra segunda interpretación maliciosa que no acabemos de percibir a las primeras de cambio. Y el caso es que el diccionario te remite directamente a la expresión “en sustancia”, y punto y se acabó.
Total, que después de un entretenido y fructífero, pro no decir sustancioso, recorrido de acepción en acepción, comenzando por la esencia o sustancia, pasando por toda suerte de complejos químicos y terminando por el jugo o caldito que se puede extraer de ciertas materias alimenticias, como es el caso de las sabrosas pastillas del Avecrem, chup, chup, que si cuece o que si enriquece..., vengo a determinar finalmente que lo que Don Pedro Solbes nos ha querido decir con la utilización del adverbio de marras es que nos vayamos apretando el cinturón.
Mayormente.
12 comentarios:
Por si necesitabas más elementos de juicio, te diré que mi carga de trabajo desde el día 4 de enero ha bajado sustancialmente, también.
Y eso sí que me preocupa mayormente.
:S
E insisto: esto no ha hecho más que empezar... y yo, como siga apretándome el cinturón, voy a acabar desapareciendo del mapa. ¡Glubs!
Ni más ni menosmente.
Evidentemente
de ahí lo de los jugos gástricos de la acepción? o no?
La culpa es de todos estos obreros que quieren tener casa y comer a diario, como si fueran gente de orden.
¡ Si el Caudillo levantara la cabeza!
Pues qué quieres que te diga... que ya estoy viendo a mi alrededor gente que se va la paro... :S
Cómo diría mariano...Glubs
Besicos
Curiosamente ( y de momento, toquemos madera ), mi situación laboral ha mejorado este año, mejor sueldo, diferentes condiciones, en gral el cambio ha sido para mejor... y mi jefe ha invertido bastante dinerito en arreglarme cosas de la tienda, asíque no creo que tenga pensado cerrarla.... Ya no sé qué pensar de esto de la crísis la verdad...
Irre: afloja, afloja un poquito mujer. El cinturón digo, no el trabajo.
Mariano zurdo: zurdamente.
Vitru: vitruviamente.
Géminis: gástricamente.
Jove: francamente.
Belén: a mi me está pasando lo mismo, mismamente.
Wen: curiosamente.
Habida cuenta de lo que hay propongo la creación de una ong de gente sin techo y la designación de una pequeña empresa para gestionarla. A lo de la empresa de gestión me apunto yo: en los meses (años) que vienen ese sí será un negocio seguro. Atención que en esta montaña rusa... ¡vaaamos para abajo!. Un saludo.
Pero si te las comes recien salidas de la cajita saben asquerosas. 2+2=5!
salud!
Es evidente que la mente de un terrateniente no suele ser la de un ente complaciente.
Don Pedro Solbes, me quito mi lente para llamarle Pedro Solbente.
Atentamente:
Mga
pues Jimenez Losantos dice que es la soga lo que nos tenemos que apretar...
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