jueves, diciembre 01, 2005

El futbolín y la lavadora


"Le llevaba a comer a un bar donde había un futbolín, le subía en una banqueta y, entre gol y gol, conseguía darle la papilla. Claro, no iba a estar echando duros dos horas a la maquinita. Así que cogía un cartón y lo encajaba en las porterías para que las bolas no se colaran. La lavadora era magnífica. Metía un balón, la ponía a centrifugar y el niño se quedaba alelado. Yo aprovechaba y le daba una cucharada".

La que habla es la madre de Iker Casillas sobre lo mal que comía su hijo de pequeño en un reportaje de El País a propósito de la renovación del portero blanco. Las “intimidades” que cuentan los padres de Iker sobre su infancia no tienen desperdicio.

La renovación de Casillas es el reconocimiento a su brillante trayectoria con tan solo 24 años. Casillas ha sido posiblemente un portero sobrevalorado en sus comienzos, al que, unas veces por lesiones y otras veces por la presión de los aficionados, se le han concedido oportunidades que otros nunca hubieran tenido. Ha sido un tipo afortunado, es cierto, pero también lo es que cuando todavía era un portero por hacer poseía unas cualidades (agilidad, reflejos, serenidad en el uno contra uno...) que apuntaban hacia un número uno.

Un número uno que hoy Casillas ya sí que es, puesto que mantiene esas cualidades y además ha ganado en experiencia y sobre todo en peso, no en kilos, sino en importancia en el equipo y presencia en el campo, algo fundamental en un portero de primer nivel. Quizás tenga que seguir trabajando sus salidas en balones colgados, pero ésa es una debilidad que pocos porteros consiguen superar del todo.

Curiosamente, El País dedica hoy otro reportaje a otro fenomenal portero que ha tenido una trayectoria muy diferente a la de Casillas. Se trata de Palop. Siempre a la sombra de otros o superado por las lesiones, a sus 32 años puede haberle llegado en el Sevilla su gran oportunidad. Y ojo, que aunque le faltan partidos es portero de selección.

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