Esta mañana a primera hora, antes que a los periódicos incluso, me he ido al blog de Mariano Zurdo. Suelo entrar en él a diario, pero la verdad es que no tan tempranito, y menos teniendo en cuenta que hoy tenía especial interés en ver qué decía la prensa sobre un tal Ronaldo, de nombre Cristiano, por quien un tal Pérez, de nombre Florentino, va a abonar a un tal United, de nombre Manchester, la módica cantidad de 96 millones de castañas, de nombre euracos, que se dice pronto. Pero el caso es que ha sido encender el ordenador y es como si una voz procedente no sé si de la placa base, la memoria RAM o la tarjeta de sonido, más bien de la tarjeta de sonido, me llamara: Estilograaaaafic, Estilograaaaafic, veeeete al blog de Mariaaaaano.
Y nada, que allí me he ido para encontrarme con este entradita que habla del primer aniversario de La Clandestina - famosa librería sita en la calle de la Palma número 49, enfrente de la Escuela de Oficios -, tras cuya lectura me he quedado, y todo por no hacer caso a la advertencia que Mariano Zurdo pone al principio, con cara no sé si de Mimosín, de Norit el borreguito o del perrito de Scottex, pero enternecido a la par que sensible en cualquier caso.
Y eso sucede porque la entradita de marras destila por todos y cada uno de sus poros/párrafos sensibilidad, honestidad e ilusión a tutiplén, lo que me lleva a recomendarte, mi querido Mariano Zurdo, que te sometas desde ya y sin más dilación a un tratamiento antitranspirante con Peusek o cualquiera otro de los muchos y variados productos que existen hoy en día en el mercado farmacéutico e incluso parafarmacéutico (a mi es que siempre me ha ido bien el Peusek), porque los humanos tenemos en los pies 600 glándulas sudoríparas por centímetro cuadrado, y el famoso producto corrige como Dios ese desagradable exceso de sudoración o emanación de las dichosas glándulas y poros, nosesiyalosabes.
Pero sucede también, y eso ya no sé si tiene tan fácil remedio, mi querido MZ, que la percepción, al menos en mi caso, de ese triple componente de tu sudoración se debe a que de alguna manera también me siento desde fuera parte integrante, aunque sea modesta y lejanamente, de ese ilusionante proyecto que habéis conseguido hacer realidad vosotros los clandestinos, porque desde este blog, como desde muchos otros, siempre he tratado de dejaros durante este año una ventanita abierta por la que poder entrar y salir de La Clandestina cómodamente. Siento, eso sí, no haber podido acompañaros más en persona durante este año pese a vivir en Madrid, pero a veces se hace difícil encontrarle más huequitos libres al día a día, ya sabéis.
Yo de pequeño quería ser escritor. Bueno, vale, también portero del Real Madrid, pero creo que hubiera podido compaginar una cosa con la otra, porque lo de portero, sobre todo si el equipo contrario es flojillo y el tuyo de los buenos, como es el caso, deja tiempo para que se vaya el Santo al cielo y pensar en lo que luego vas a escribir. Al final como portero, no te creas, llegué a hacer una pretemporada en el antiguo Castilla, pero lo de escritor lo dejé aparcado en algún rinconcito del cajón de “asuntos pendientes”, como un sueño que se quedó dormido, y tiré por profesiones parecidas pero que no eran exactamente lo mismo. Así, primero me hice profesor de Lengua y Literatura, es decir, hablaba de lo que otros escribían, y después me pasé al periodismo, en donde, si no literatura, si que podía al menos conseguir algo que añoraba: publicar.
Recuerdo que en los comienzos como periodista, haciendo mis prácticas en la edición de El País de Barcelona, la mayor ilusión de todos los becarios era ésa, ver cómo el texto que habías dejado la noche antes preparado aparecía publicado al día siguiente con tu firma. Y si finalmente no llevaba la firma, porque a veces se quedaba recortado en un simple breve y sólo tú sabías quien era el verdadero autor de las cuatro míseras líneas de columna, aquello ya era recompensa suficiente. Muchas noches, después del cierre del periódico, y cuando habíamos escrito algo de los que estábamos medianamente satisfechos, los tres o cuatro becarios apurábamos tomando algo hasta las 12 de la noche. Después nos íbamos al VIPS para comprar la primera edición del periódico y ser los primeros en comprobar cómo había quedado nuestro texto una vez sometido a las dichosas tijeras de edición. “Hoy has triunfado, MV”, me decían los demás cuando era mi texto el que salía (lo de MV porque la mayor parte de las veces sólo aparecían las iniciales en vez del nombre completo).
Luego llegó Internet y la aparición y desarrollo de los blogs, que conseguían hacer todo eso de publicar mucho más fácil y al alcance de todo el mundo, pero el encanto de ver tu trabajo publicado en papel, no me digas por qué, sigue siendo algo distinto.
Y resulta que con el paso de los años ahí seguía dormido, acurrucadito en el cajón de los “asuntos pendientes”, el viejo sueño de ser escritor que de una u otra manera había ido dejando constancia de su presencia con sus ronquidos a modo de artículos periodísticos, relatos, cuentos o poesías de un solo lector (yo mismo) o más tarde, artículos de este blog. Entonces llegaron los clandestinos con su famosa frase de “escribe coño” e hicieron que el viejo sueño dejara de roncar y despertara de una vez. Para mí, la aparición de La Clandestina fue, entre otras cosas, precisamente eso: el empujoncito que a veces necesitamos para arrancar o despertar un sueño que tenemos aparcado y que no nos atrevemos a sacar a pasear. Y me puse a escribir y en ello estoy.
La Clandestina también ha sido, no quisiera dejarlo pasar, la plataforma para que una curiosa interrelación entre lo que un día bauticé medio en broma medio en serio como “entes blogosféricos” y que comenzó como algo virtual, se convirtiera en una historia real, con personajes de carne y hueso. Una historia protagonizada por un montón de gente que leéis este blog y a los que he tenido oportunidad en muchos casos de ir conociendo en persona, a los que no sé si llamaros amigos o qué, pero a los que algo muy especial me une, no sabría decir qué. Quizás sea eso: El Espíritu de La Clandestina.
P.D: Un beso y muchas felicidades a Mariano, Carlos y Shara. Y a Marisa, la famosa cuarta patita.
Y nada, que allí me he ido para encontrarme con este entradita que habla del primer aniversario de La Clandestina - famosa librería sita en la calle de la Palma número 49, enfrente de la Escuela de Oficios -, tras cuya lectura me he quedado, y todo por no hacer caso a la advertencia que Mariano Zurdo pone al principio, con cara no sé si de Mimosín, de Norit el borreguito o del perrito de Scottex, pero enternecido a la par que sensible en cualquier caso.
Y eso sucede porque la entradita de marras destila por todos y cada uno de sus poros/párrafos sensibilidad, honestidad e ilusión a tutiplén, lo que me lleva a recomendarte, mi querido Mariano Zurdo, que te sometas desde ya y sin más dilación a un tratamiento antitranspirante con Peusek o cualquiera otro de los muchos y variados productos que existen hoy en día en el mercado farmacéutico e incluso parafarmacéutico (a mi es que siempre me ha ido bien el Peusek), porque los humanos tenemos en los pies 600 glándulas sudoríparas por centímetro cuadrado, y el famoso producto corrige como Dios ese desagradable exceso de sudoración o emanación de las dichosas glándulas y poros, nosesiyalosabes.
Pero sucede también, y eso ya no sé si tiene tan fácil remedio, mi querido MZ, que la percepción, al menos en mi caso, de ese triple componente de tu sudoración se debe a que de alguna manera también me siento desde fuera parte integrante, aunque sea modesta y lejanamente, de ese ilusionante proyecto que habéis conseguido hacer realidad vosotros los clandestinos, porque desde este blog, como desde muchos otros, siempre he tratado de dejaros durante este año una ventanita abierta por la que poder entrar y salir de La Clandestina cómodamente. Siento, eso sí, no haber podido acompañaros más en persona durante este año pese a vivir en Madrid, pero a veces se hace difícil encontrarle más huequitos libres al día a día, ya sabéis.
Yo de pequeño quería ser escritor. Bueno, vale, también portero del Real Madrid, pero creo que hubiera podido compaginar una cosa con la otra, porque lo de portero, sobre todo si el equipo contrario es flojillo y el tuyo de los buenos, como es el caso, deja tiempo para que se vaya el Santo al cielo y pensar en lo que luego vas a escribir. Al final como portero, no te creas, llegué a hacer una pretemporada en el antiguo Castilla, pero lo de escritor lo dejé aparcado en algún rinconcito del cajón de “asuntos pendientes”, como un sueño que se quedó dormido, y tiré por profesiones parecidas pero que no eran exactamente lo mismo. Así, primero me hice profesor de Lengua y Literatura, es decir, hablaba de lo que otros escribían, y después me pasé al periodismo, en donde, si no literatura, si que podía al menos conseguir algo que añoraba: publicar.
Recuerdo que en los comienzos como periodista, haciendo mis prácticas en la edición de El País de Barcelona, la mayor ilusión de todos los becarios era ésa, ver cómo el texto que habías dejado la noche antes preparado aparecía publicado al día siguiente con tu firma. Y si finalmente no llevaba la firma, porque a veces se quedaba recortado en un simple breve y sólo tú sabías quien era el verdadero autor de las cuatro míseras líneas de columna, aquello ya era recompensa suficiente. Muchas noches, después del cierre del periódico, y cuando habíamos escrito algo de los que estábamos medianamente satisfechos, los tres o cuatro becarios apurábamos tomando algo hasta las 12 de la noche. Después nos íbamos al VIPS para comprar la primera edición del periódico y ser los primeros en comprobar cómo había quedado nuestro texto una vez sometido a las dichosas tijeras de edición. “Hoy has triunfado, MV”, me decían los demás cuando era mi texto el que salía (lo de MV porque la mayor parte de las veces sólo aparecían las iniciales en vez del nombre completo).
Luego llegó Internet y la aparición y desarrollo de los blogs, que conseguían hacer todo eso de publicar mucho más fácil y al alcance de todo el mundo, pero el encanto de ver tu trabajo publicado en papel, no me digas por qué, sigue siendo algo distinto.
Y resulta que con el paso de los años ahí seguía dormido, acurrucadito en el cajón de los “asuntos pendientes”, el viejo sueño de ser escritor que de una u otra manera había ido dejando constancia de su presencia con sus ronquidos a modo de artículos periodísticos, relatos, cuentos o poesías de un solo lector (yo mismo) o más tarde, artículos de este blog. Entonces llegaron los clandestinos con su famosa frase de “escribe coño” e hicieron que el viejo sueño dejara de roncar y despertara de una vez. Para mí, la aparición de La Clandestina fue, entre otras cosas, precisamente eso: el empujoncito que a veces necesitamos para arrancar o despertar un sueño que tenemos aparcado y que no nos atrevemos a sacar a pasear. Y me puse a escribir y en ello estoy.
La Clandestina también ha sido, no quisiera dejarlo pasar, la plataforma para que una curiosa interrelación entre lo que un día bauticé medio en broma medio en serio como “entes blogosféricos” y que comenzó como algo virtual, se convirtiera en una historia real, con personajes de carne y hueso. Una historia protagonizada por un montón de gente que leéis este blog y a los que he tenido oportunidad en muchos casos de ir conociendo en persona, a los que no sé si llamaros amigos o qué, pero a los que algo muy especial me une, no sabría decir qué. Quizás sea eso: El Espíritu de La Clandestina.
P.D: Un beso y muchas felicidades a Mariano, Carlos y Shara. Y a Marisa, la famosa cuarta patita.
16 comentarios:
Emocionado me hallo y como siga así estaré sudando por todos los poros de mis pies, perdón quería decir de mi piel, hasta los restos.
Si encima hemos contribuido con nuestro sueño a que despertarais alguno al vuestro, pues tanto mejor.
Un abrazo enorme
Jo Mariano, qué emotivo.... Yo este año, por lo que me pusiste en el libro que me firmaste, he decidido mandarle al otro Mariano un par de relatillos. Aunque solo sea para colaborar un poco más, o simplemente algo. Tb me siento unida de un modos especial y bonito a muchos de vosotros y eso, en parte es culpa de La Clandestina y de sus dueños, claro.
Un abrazo con cariño :)
Aquí un ente blogosférico a punto de supurar gotitas por los lagrimales (que no por los pies).
Bueno, que tienes razón, leches. Que los clandestinos contagian ilusión hasta por los poros de la pantalla.
Y que se merecen cumplir muchísimos años más.
Y nosotros que lo podamos compartir.
[y que Peusek es como suena "pie seco" en catalán. Porsinolosabías.]
;)
Jo, Estili, no sé qué decir. Sólo que este escalofrío que acabo de sentir no es por el puñetero aire acondicionado de este zulo en el que me encuentro....Gracias, gracias a ti, porque sin ti y mucho@s otr@s, esto sería imposible. Muchos besos.
Pues yo noto por la cara como unas gotillas que me gotean lentamente desde los ojos.
Pero no me atrevo a ponerme Peusek
Será el espíritu, lo más seguro, y eso es lo que me hace levitar.
Sueños cumplidos gracias a tres soñadores.
Un beso. Nos vemos en La Clandestina
Cuac-cuac, Estili, cuac-cuac...
Sin abandonar los tomatitos tómate un tiempo para escribir.
Y gracias por la mención.
Un beso.
Mariano Zurdo: otro producto que va muy bien también es la crema byly. Ah, y gracias. Que os he dicho felicidades pero no gracias.
Wen: tú manda, tú manda, que si es capaz de leerse mis post ese tío lo lee todo. Y además es que, te lo he dicho más veces, yo creo que tú tienes una frescura escribiendo que ya quisiéramos muchos. En el buen sentido de la palabra, lo de la frescura, ¿eh?
Irre blogosférica: puesnolosabía. Yo pensé que era un acrónimo de la Política de la Unión Europea (esto en inglés, EU) sobre Sudores que Exhalan Kaka (no el penúltimo fichaje del Madrid, sino como sinónimo de guarrería)
Mexi: ten cuidadito con el aire acondicionado, que a mi ya me ha tenido un día en cama. Te digo lo que a Mariano,que os he dicho felicidades pero no gracias.
Elena: a mi es que me va a dar miedo verte mañana, porque te imagino girando la cabeza en mitad de la Clandestina, levitando y haciendo el pino puente, de lo poseída que estás tú ya del espíritu. Felicidades a ti también.
Marisa. ¿Cómo que cuac? ¡Tú misma! (era un chiste que contaban Faemino y Cansado. Era algo así como unos que se iban a comer un pato y llegaban al estanque y todos lo patos cuá, cuá, cuá, cua. Enganchaban a uno del cuello y decían ¿cómo que cuá? ¡Tú mismo!)
¡Qué asquito! (Lo de la UE, digo)
que yo voy el sábado! un ratito, que luego tengo cena, pero he liado a la de la cena para que me acompañe jeje
yo he visto el principio del post... me he puesto a leerlo... de verdad lo juro por lo más sagrado.. (espero que nadie se acuerde que no soy creyente... :P) pero entonces ha llamado la vecina del 4º... que es que se iba a duchar y se le había roto el chisme ese que aguanta la ducha... y claro que si le podía echar una mano... una mano para aguantarle el telefono de la ducha...
Así que me espero a que salga la peli del post, Sr. Estilografic... y ya me la bajo por la mula!
Oye, yo también quiero tener ese espíritu... y algo por dentro me está llevando a escribir, pero no me atrevo decírselo a los clandestinos :)
besicos
- Viva la clandestinidad!
- Viva!
- Viva la cultura!
- Viva!
- Vivan los novios!
- Vivan!
- Visca el Barça!
- Visca!
- Vivan el sexo, drogas y el rock'n'roll!
- Vivan!
Este comentario ya lo he dejado en el blog de Irre, pero es que con este calor no doy para más ( 38.6º a las 12:33 y ya no he tenido cojones para volver a mirar el termómetro)
- Viva la cerveza fría!
- Viva!
( Coño! Pues aún he tenido un destello de talento)
¡Qué emoción!, ¡snif! un año ya y yo tam solo he ido cuatro veces, no tengo perdón de dios, ¡Hay que leer mas coño!!!
NOTICIÓN DEL DÍA:
¡¡¡Tres tomatitos verdecitos y canijitos cual canicas penden de una de mis tomateras!!!
:D
ya, ya, irre, tú tendrás tomates, pero yo tengo el último libro de Elena Casero, chincha!! :P
enhorabuena de todas maneras! de aquí a dedicarte a la agricultura no queda na.
¡Anda! ¡Mira quien aparece por aquí! ¡Geminitas!
:D
Pues no sabes la ilusión que hace, nena.
Y en cuanto al libro, psss. Cualquier día de estos le hago otro encarguito a La Clandestina.
:)
Publicar un comentario