Zapatero y Rajoy, o Rajoy y Zapatero, como se prefiera, están tensando la cuerda. Y así, ya lo dijimos, no vamos a ninguna parte.
Rajoy parece salir herido del debate sobre el estado de la nación y el PSOE pretende rematarlo. Seguro que no es el momento.
El PP se empeña en radicalizar su postura de identificar el proyecto de Zapatero con el proyecto de ETA. Seguro que exagera.
Negociación implica diálogo y buena cintura, siempre dentro del juego democrático y del estado de derecho. Lo contrario no es negociación, sino rendición, y aquí por desgracia, al menos de momento, nadie ha hablado de rendirse. Si no estamos dispuestos a dialogar, pues no lo estamos y punto. Se acabó el proceso y volvemos a la vía policial. Pero si estamos dispuestos a hacerlo, habrá que sentarse con algún interlocutor y negociar.
Ahora bien, o negociamos de un lado todos los demócratas y del otro todos los que al menos hasta ahora no lo han sido, o la negociación no servirá de nada. Si el PP, que cuenta con el electorado los suficientemente importante como para poder volver a ocupar el Gobierno en cualquier momento, se queda a un lado, la supuesta “paz” que pudiésemos alcanzar no será más que una bomba de relojería que en cualquier comento puede estallarnos en las manos.
No se trata de ganar las próximas elecciones; se trata de la paz, y puede ser ahora o nunca.
Estilografic.art
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