viernes, junio 06, 2008

Lennon será siempre el mejor “beatle”

Siempre se van los mejores, decimos. La tendencia que tenemos a idealizar con asombrosa facilidad a la gente que desaparece podría llevarnos a la conclusión – a veces acertada, a veces no – de que los seres humanos vamos en la vida de mal en peor, y que quienes más tiempo sobreviven más probabilidades tienen de ser cada vez peores personas en cualquiera de las facetas que desempeñan. Lo que resulta evidente es que cuanto más vivimos más posibilidades tenemos de cometer errores o fechorías, aunque también, por qué no, de hacer cosas positivas.

Sucede más bien que, en la mayor parte de los casos, esa “ausencia de realidad” que lleva consigo la desaparición o muerte de alguien provoca en los que nos quedamos aquí un derroche de imaginación que nos hace idealizar al personaje desaparecido y a convertirlo, en muchos casos, en el héroe que bien pudo ser más que en quien en realidad fue, añadiéndole siempre una fuerte y muy literaria dosis de fascinación.

La reflexión me viene después de haber leído estos días dos interesantes artículos (aquí y aquí) aparecidos en prensa sobre sendos personajes del siglo XX que han sido sobradamente mitificados: se trata del candidato demócrata a la Casa Blanca Robert Kennedy, asesinado en junio de 1968, y del ciudadano chino conocido como Tank man, el hombre que se planto frente a los tanques del ejército chino en junio de 1989, en plena revuelta de Tiananmen.

Era obligada estos días, cuarenta años después, la comparación de la figura de Robert Kennedy con la de Obama. La propia Hillary Clinton ha aludido – de manera desafortunada y en plena campaña - a la muerte del hermano del que fuera presidente de los EE UU. Cinco años después del asesinato de JFK, Robert acababa de ganar las primarias habiendo defendido un país sin discriminaciones raciales ni de clases, así como el fin de la guerra de Vietnam, cuando un tipo le disparó a quemarropa y acabó con el nuevo sueño americano.

Kennedy pasó a la historia como el político “hippy”, pacifista, revolucionario, defensor de los jóvenes, los pobres, los negros y los oprimidos, pero a lo mejor hoy se le sigue viendo así precisamente porque nunca llegó a ver cumplido su sueño de ser presidente. Quién sabe.

La historia del “hombre tanque”, que el otro día recordaba también Def en su blog, tiene mucho en común con la de Kennedy en el sentido de todo lo que en ella dejamos al albur de la imaginación. El tipo de las bolsas que parece venir de hacer la compra y se para desafiante en mitad del camino de los tanques del ejército chino fue elegido por la revista Time como uno de los cien personajes más influyentes del siglo XX, pero sobre el personaje siguen sobrevolando aún hoy demasiadas incógnitas, hasta el punto de hacerlo, si cabe, más fascinante todavía.

En las imágenes que se grabaron se puede ver cómo el “rebelde desconocido” acaba subiéndose al tanque y habla con el conductor. Se especula sobre si le dijo algo como “dejen de matar a mi gente”, pero quién sabe. También se especula sobre su paradero, sobre si fue finalmente ejecutado o si escapó y vive hoy en el exilio o tratando de pasar desapercibido entre millones y millones de chinos en el planeta. Pero lo cierto es que hoy sigue siendo todo un símbolo de la lucha contra la opresión y de la defensa de las libertades en todo el mundo.

Impresiona ya de por sí la fuerza que trasmiten ambas historias, pero su verdadera magia reside en realidad en aquello que pudo ser pero que nunca llegó a ser; en definitiva, en el poder de la imaginación, que también es capaz de parar guerras y detener tanques. Y de mucho más.

9 comentarios:

Irreverens dijo...

No tengo tiempo de ver los vínculos, pero iré entrando despaciiiito en cada uno de ellos.

De todos modos, tienes razón en lo de que hay una gran dosis de "mitificación" en la imagen que nos queda de los que se fueron jóvenes o en un momento decisivo de la historia.

Me han encantado esta entrada, Estili.

Que tengas un feliz fin de semana.

Ah, y no dejes de ver "mi" vídeo. Yo no puedo evitar que se me salten las lágrimas de tanto reírme cada vez que lo veo.
(Bueno, también es cierto que soy de risa fácil, pero vaya...)

belenmadrid dijo...

lo del hombre de los tanques me recuerda a la historia de la francesa de mayo del 69 que sale subida a hombros con una bandera en una foto muy famosa también y que confesó que subió a hombros de su amigo porque no soportaba los zapatos.. casi mejor no saber quién era el hombre no?

Belén dijo...

Totalmente de acuerdo estil... a veces el mito se crea de las ganas que tenemos de tenerlo...

Y lo malo es que Obama igual no gana las elecciones, demasiado cool para un americano de Ohio...

Besicos

JOAKO dijo...

Gran posts estili, estoy de acuerdo con casi todo lo que expones, pero (siempre hay un pero despues de un halago, que poco original soy)mi naturaleza esceptica me impide "adorar" mitos, aunque no por eso dejo de admirarlos, aunque me encanta esa manera ilusionante e idealista que tienen muchos frente a la vida y sus problemas, me dan mucha envidia, pero nada, me sale el esceptico y destruye mitos sin piedad. Soy lector de biografias y efectivamente los mitos mueren jovenes casi todos y su aura de lo que pudo ser y no fue es muy potente, pero yo ahí siempre contrapongo el efecto Nobel, ese que dice que despues del Nobel ningún premiado logra nada más, es decir, el mito ¿hubiera realmente llegado a ser lo que es si continua vivo?, un ejemplo,os habeis fijado bien en la manera de actuar de James Dean, creeis que hubiera sobrevivido a la siguiente generación de actores con semejante sobreactuación.También en una ocasión me topé con una bio del Ché que con datos muy bien documentados exponia unos comportamientos abiertamente homofobos por su parte, amén de su "gusto" por participar directamente en los pelotones de fusilamiento. Pero mi personalidad es más jodida que la de los iconoclastas, puesto que si no soy capaz de salvar a las personas detras de los mitos, estos me parecen imprescindibles para que la sociedad y su pensamiento tenga ejemplos, referentes de cosas y personas que "nos salvan", que consiguen decirnos que aunque somos unos miserables que nos tiramos pedos en el sofa de nuestras casas, pertenecemos a una raza capaz de dar algunos individuos "totalmente puros".

Anónimo dijo...

La idealización es necesaria, y tan real como la propia existencia de cualquiera de estos personajes que llegan a alcanzar una dimensión mundial.
La idealización es otra mirada del mundo, que no tiene por qué ser falsa ni equivocada, es simplemnte ponerse en otro plano de la misma "realidad".

Yo creo que a los americanos les vendría bien un gran cambio de aires con Obama

Besos

Mariano Zurdo dijo...

¿Te puedo decir una cosita?
Me encantan tus entradas de humor y risas mil, pero me fascinan estas entradas en las que la mano de periodista adquiere una fluidez brutal.
Escribe un periódico (todo entero tú) y al menos ya tienes a un lector fiel (aunque sólo sea para criticarte).
Besitos/azos.

magofez dijo...

Yo pienso que la grandeza de los Beatles era su conjunto, es decir, todos eran algo menos por separado. Me cuesta asegurar cual era el mejor, porque cuando se separaron todos fueron menos.

Con respecto a Obama y Hillary, digo lo de siempre, los políticos dan asco, blanco, negros, chinos, de derechas, de izquierdas o del subsuelo. Al final se juntan y los dos a decir lo mismo, psss

Salud,

estilografic.blog dijo...

Gracias Irre. No olvides hacerlo despaciiito, que luego pasa lo que pasa.

Géminis: parte de su magia y de su grandeza reside sin duda en no saber quién es.

Belén: pronto saldremos de dudas sobre si Obama es puro marketing o hay un gran politico detrás.

Joako: es que muchas veces sucede que lo de menos es que sean verdad o mentira. Lo realmente importante es que sirvan para algo.

Mita: me parece muy acertado tu comentario. No todo tiene que ser real en el sentido más estricto del término.

Mariano: tu me puedes decir todo lo que quieras, menos burradas. Gracias.

Wilde: en efecto, con los Beatles se dio algo irrepetible que probablemente estaba por encima de cada uno de ellos.

Irreverens dijo...

¿Qué pasa?