Día 5
De Palermo (Sicilia) a Túnez (184 millas náuticas)
Salida de Palermo: 18:00 horas
Llegada prevista a Túnez: 07:00 horas
Estado de la mar: ¡pececillos!, que no me salía la palabra en el anterior post. Está llenita de pececillos.
Navegación Turística: Mejor casi que se acueeeesten y descaaaansen, que total, insisto, por la noche no se ve un pijo y por la mañana hay algunos que tiene unos ojitos que vamos..., que no se puede estar toda la noche de juerga.
Cuando uno es de naturaleza asustadiza, como servidor, sólo hay una manera de que se te quite del todo el miedo a que el dichoso barco se vaya tarde o temprano a pique: poner los temblorosos pies en tierra firme, es decir, disfrutar de las excursiones olvidándose al menos momentáneamente de posibles naufragios, y centrando uno su atención en tranquilos y acogedores lugares tan típicamente italianos como Nápoles y Palermo, ciudades de fama reconocida y que todo el mundo identificará con... ¡no!, ¡horror! ... ¡la mafia!
La primera impresión de Nápoles no es muy positiva que digamos. ¿Ha habido una guerra? La ciudad esta llenita de obras y todas sin terminar. Gennaro, nuestro guía napolitano, trata de justificarse: “es que aquí excavas un poco y rapidito te salen las ruinas romanas que te obligan a parar”.
Tras hacernos un rápido recorrido turístico por las principales obras, soterramientos y exhumaciones - que es un no parar - de la otrora bella y elegante ciudad de Nápoles, el cachondo de Gennaro nos concede tiempo libre (a nosotros y a él), no sin antes advertirnos de que nadie se le despiste que el barco se larga puntual, y de que si tenemos alguna urgencia – no, no es cosa de orines o defecaciones, sino de situaciones de verdadera emergencia o “pericolo” – le busquemos en la céntrica taberna “Il Limonchelo”, propiedad de “un buono amico”, donde podremos disfrutar, además, de este típico licor italiano.
El tipo nos dice también que nos zampemos para comer una pizza napolitana, y rapidito, en el ristorante de su “compare Giuseppe”, y que aprovechemos para visitar sin falta el café Gambrinus, donde degustaremos “il migliore caffè del mondo”, y no “esa agua sucia que toman los spagnoli”, va y añade, el jodío.
Tras escucharse en el grupo alguna que otra disimulada acusación de “mafioso” dirigida al “buono” de Gennaro, procedemos a seguir las indicaciones efectuadas, y tras ingerir a todo correr la pizza sugerida en el ristorante de Giusseppe damos con nuestros huesos en el café Gambrinus para degustar el aludido “migliore caffè del mondo”.
- Buenas, quería tres cafés. Per favore.
- Che classe di caffè vuole, signore?
- Pueees, a ver, ¿cuántos tipos de café tienen aquí, que ya luego le digo?
- Settanta e due, signore. A saber: caffè espresso, caffè macchiato, caffè schiumato, caffè lungo, cappiccino, caffé decaffeinato, cafféllatte,...
- Estoooo. ¿Puede acercarse alguien a Il Limonchelo a buscar a Gennarooooo? O si no, mire, póngame tres cappuccini deliziosi, y no se hable más. Grazie.
- Prego.
Nos tomamos el café, que hay que reconocer que está delicioso, y hala, a buscar al tal Gennaro a Il Limonchelo y pitando para el barco, que al menor descuido nos quedamos en tierra.
- Scusi signore, documentazione.
- ¿Cómo dice?
- Que nos muestre la sua documentazione. Siamo Polizie. Carabinieri, ya sabe.
- Ya. Aquí tienen mi pasaporte o passaporto, sí.
- ¿Y dónde van ustedes tan deprisa como almas que lleva il diavolo?
- Pues a Il Limonchelo vamos, en busca de Gennaro, dónde si no.
- Gennaro? chi è Gennaro?
- Un tipo con pinta de mafioso que se dedica, según tengo entendido, que a mi no me la da, a trapichear con el limonchelo, y que...
- ¿Ha dicho usted “mafioso”?
- Sí, eso he dicho. Veo que entiende usted perfectamente el español.
- ¿Y “trapichear”?, ¿ha dicho trapichear?
- Eso es. Eso he dicho. Lleva usted dos de dos.
- ¿Y ha dicho también, por último, “limonchelo” o, lo que viene a ser lo mismo, bebida espiritosa con cierto regusto a limón, o limone, obtenida por destilación y con alta graduación de alcohol?
- Ole, ole y ole. Ha acertado las tres.
- Usted está metido en algo gordo, signore.
- ¿Quién, yo?
- Sí, usted y toda esta gente que le acompaña. ¿Quiénes son?
- Somos la familia al completo. La familia Stilografic.
- La familia, ya. Y usted será, no me diga más, il Padrino o il capo, claro.
- Bueno, si usted lo quiere llamar así, simbólicamente sí.
- ¿Y se puede saber qué negocios se traen con el tal Gennaro, el tipo del limonchelo?
- Pues es que nos tiene que llevar al barco.
- O sea, que tienen ustedes nada menos que un barco. No sólo no se preocupan de pasar desapercibidos y esconder el dinero, sino que además hacen “ostentazione” de él.
- No, no, oiga, que el barco no es nuestro, es que estamos de vacaciones y...
- Sí, sí, eso dicen todos.¿Y a dónde se dirige, el barco?
- Pues si no recuerdo mal, nuestro próximo destino es Sicilia.
- Ajá, Sicilia, donde supongo que habrán pensado ustedes refugiarse en la bella y acogedora localidad de Corleone, cuna de la mafia, como hace Al Pacino en El Padrino después de cometer uno de sus muchos asesinatos, ¿no, pillines?
- Oiga, le aseguro que no sé de que me habla. ¿No estará usted insinuando que somos...?
- Mafiosi, sí, son ustedes unos mafiosi, signore Stilografic, ¿o debería llamarle signore Corleone?
- Oiga, que yo no me llamo así. Que somos spagnoli.
- ¡Al cuartelillo que van tutti!
- Pero...,oiga...., ¡Gennaaarooooooooo!
De Palermo (Sicilia) a Túnez (184 millas náuticas)
Salida de Palermo: 18:00 horas
Llegada prevista a Túnez: 07:00 horas
Estado de la mar: ¡pececillos!, que no me salía la palabra en el anterior post. Está llenita de pececillos.
Navegación Turística: Mejor casi que se acueeeesten y descaaaansen, que total, insisto, por la noche no se ve un pijo y por la mañana hay algunos que tiene unos ojitos que vamos..., que no se puede estar toda la noche de juerga.
Cuando uno es de naturaleza asustadiza, como servidor, sólo hay una manera de que se te quite del todo el miedo a que el dichoso barco se vaya tarde o temprano a pique: poner los temblorosos pies en tierra firme, es decir, disfrutar de las excursiones olvidándose al menos momentáneamente de posibles naufragios, y centrando uno su atención en tranquilos y acogedores lugares tan típicamente italianos como Nápoles y Palermo, ciudades de fama reconocida y que todo el mundo identificará con... ¡no!, ¡horror! ... ¡la mafia!
La primera impresión de Nápoles no es muy positiva que digamos. ¿Ha habido una guerra? La ciudad esta llenita de obras y todas sin terminar. Gennaro, nuestro guía napolitano, trata de justificarse: “es que aquí excavas un poco y rapidito te salen las ruinas romanas que te obligan a parar”.
Tras hacernos un rápido recorrido turístico por las principales obras, soterramientos y exhumaciones - que es un no parar - de la otrora bella y elegante ciudad de Nápoles, el cachondo de Gennaro nos concede tiempo libre (a nosotros y a él), no sin antes advertirnos de que nadie se le despiste que el barco se larga puntual, y de que si tenemos alguna urgencia – no, no es cosa de orines o defecaciones, sino de situaciones de verdadera emergencia o “pericolo” – le busquemos en la céntrica taberna “Il Limonchelo”, propiedad de “un buono amico”, donde podremos disfrutar, además, de este típico licor italiano.
El tipo nos dice también que nos zampemos para comer una pizza napolitana, y rapidito, en el ristorante de su “compare Giuseppe”, y que aprovechemos para visitar sin falta el café Gambrinus, donde degustaremos “il migliore caffè del mondo”, y no “esa agua sucia que toman los spagnoli”, va y añade, el jodío.
Tras escucharse en el grupo alguna que otra disimulada acusación de “mafioso” dirigida al “buono” de Gennaro, procedemos a seguir las indicaciones efectuadas, y tras ingerir a todo correr la pizza sugerida en el ristorante de Giusseppe damos con nuestros huesos en el café Gambrinus para degustar el aludido “migliore caffè del mondo”.
- Buenas, quería tres cafés. Per favore.
- Che classe di caffè vuole, signore?
- Pueees, a ver, ¿cuántos tipos de café tienen aquí, que ya luego le digo?
- Settanta e due, signore. A saber: caffè espresso, caffè macchiato, caffè schiumato, caffè lungo, cappiccino, caffé decaffeinato, cafféllatte,...
- Estoooo. ¿Puede acercarse alguien a Il Limonchelo a buscar a Gennarooooo? O si no, mire, póngame tres cappuccini deliziosi, y no se hable más. Grazie.
- Prego.
Nos tomamos el café, que hay que reconocer que está delicioso, y hala, a buscar al tal Gennaro a Il Limonchelo y pitando para el barco, que al menor descuido nos quedamos en tierra.
- Scusi signore, documentazione.
- ¿Cómo dice?
- Que nos muestre la sua documentazione. Siamo Polizie. Carabinieri, ya sabe.
- Ya. Aquí tienen mi pasaporte o passaporto, sí.
- ¿Y dónde van ustedes tan deprisa como almas que lleva il diavolo?
- Pues a Il Limonchelo vamos, en busca de Gennaro, dónde si no.
- Gennaro? chi è Gennaro?
- Un tipo con pinta de mafioso que se dedica, según tengo entendido, que a mi no me la da, a trapichear con el limonchelo, y que...
- ¿Ha dicho usted “mafioso”?
- Sí, eso he dicho. Veo que entiende usted perfectamente el español.
- ¿Y “trapichear”?, ¿ha dicho trapichear?
- Eso es. Eso he dicho. Lleva usted dos de dos.
- ¿Y ha dicho también, por último, “limonchelo” o, lo que viene a ser lo mismo, bebida espiritosa con cierto regusto a limón, o limone, obtenida por destilación y con alta graduación de alcohol?
- Ole, ole y ole. Ha acertado las tres.
- Usted está metido en algo gordo, signore.
- ¿Quién, yo?
- Sí, usted y toda esta gente que le acompaña. ¿Quiénes son?
- Somos la familia al completo. La familia Stilografic.
- La familia, ya. Y usted será, no me diga más, il Padrino o il capo, claro.
- Bueno, si usted lo quiere llamar así, simbólicamente sí.
- ¿Y se puede saber qué negocios se traen con el tal Gennaro, el tipo del limonchelo?
- Pues es que nos tiene que llevar al barco.
- O sea, que tienen ustedes nada menos que un barco. No sólo no se preocupan de pasar desapercibidos y esconder el dinero, sino que además hacen “ostentazione” de él.
- No, no, oiga, que el barco no es nuestro, es que estamos de vacaciones y...
- Sí, sí, eso dicen todos.¿Y a dónde se dirige, el barco?
- Pues si no recuerdo mal, nuestro próximo destino es Sicilia.
- Ajá, Sicilia, donde supongo que habrán pensado ustedes refugiarse en la bella y acogedora localidad de Corleone, cuna de la mafia, como hace Al Pacino en El Padrino después de cometer uno de sus muchos asesinatos, ¿no, pillines?
- Oiga, le aseguro que no sé de que me habla. ¿No estará usted insinuando que somos...?
- Mafiosi, sí, son ustedes unos mafiosi, signore Stilografic, ¿o debería llamarle signore Corleone?
- Oiga, que yo no me llamo así. Que somos spagnoli.
- ¡Al cuartelillo que van tutti!
- Pero...,oiga...., ¡Gennaaarooooooooo!
12 comentarios:
En Napoles lo que hay es Camorra, la Mafia está en sicilia. Señor estilografic documentese mejor.
Un tocapelotas.
Se conoce como “mafia” también a toda organización criminal organizada, incluso rusa o spagnola, pero especialmente si tiene su origen en Italia, aunque la mafia propiamente dicha lo tenga en la isla de Sicilia (Cosa Nostra). Y, en efecto, a la mafia napolitana se la denomina Camorra. No me sea usted camorrista, signore joako.
Es eso una amenaza signore stilografico, mire que podemos ir contra "la sua familia", y tuto per no expresare la sua idea bene in el post.
Il capo de tutti capi
Signore joako: le haré una oferta que no podrá rechazar o un'offerta che non può rifiutare(eso me sale, al menos, en el traduttore)
Ah, y post no se dice post, sino "articolo".
Jejejejejejejeje, creo que cuando acabes esta crónico me la voy a imprimir al completo para leerla cuando ande un poco chof porque es que me parto de la risa XDDDDDDD
El próximo capítulo es desde la trena? Es verdad eso de que te dejan ahacer una llamada? En la carcel tb sirven pizza para comer??
Ainsss, me puede la curiosidad !!
Wen: no me des ideas, no me des ideas, que no tengo ni idea de cómo voy a salir de aquí.
¡A que te meto una cabeza de caballo entre las sabanas de tu cama!
jajajjaa venga, venga, chicos, a darse un besito en los morros y dejar de discutir XD
joako: ta, ta, ta, ta, ta,ta..., o lo que viene a ser lo mismo, que la has espichao.
Geminis: tus intentos de conciliación,o conciliazione,han llegado tarde, me temo. Me lo acabo de cargar.
no era conciliación.. el beso en los morros no es el beso de la muerte? jeje
pobre joako por cierto..
¡jope, qué susto! ¡Si en este blog hay hasta tiros y todo!
Psssst, Stili, ahora que nadie nos oye: soborna a los carabinieri, que estos son aún peor que la mismísima mafia. Hazmecaso.
Besitos
Jodo Estil,mira que eres inocente querido mio, con la camorra no se juega, y menos al monopoly...
Y no estás acostumbrado a las obras viviendo como vives en madrid? ;)
Besicos
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