Nunca he sido yo persona de autógrafos. De pedirlos, digo, que de darlos no sé si lo seré, pues no he tenido todavía oportunidad de comprobarlo. Creo yo que se debe a cierta capacidad que debo tener para la empatía (em, no sim). Empatía es saber ponerse en la piel de otro. ¿Lo ves como sí la tengo? En un acto reflejo me he sabido poner en el lugar del lector que, sin tener diccionario a mano, desconocía el significado de la palabra en sus justos términos.
Quiero decir que entiendo las reticencias del personaje en cuestión, al que presumo harto de soportar a desconocidos que no paran de acercarse bolígrafo en mano y que no le dejan ni dar un paso al frente en condiciones. ¡Chiquillada! Eso me hace pensármelo dos veces antes de proceder a darle la plasta, yo también.
Mi colección de autógrafos se reduce a tres rúbricas. Impresionante, ¿no? La primera es de Luis Eduardo Aute, durante un recital que dio en la Universidad allá por el año mil novecientos y taitantos. Lo guardo como oro en paño en la funda del disco de vinilo “Fuga”, que era el que sonaba por entonces. Se ve que mi capacidad de empatía estaba todavía por desarrollar en mi época universitaria.
Quiero decir que entiendo las reticencias del personaje en cuestión, al que presumo harto de soportar a desconocidos que no paran de acercarse bolígrafo en mano y que no le dejan ni dar un paso al frente en condiciones. ¡Chiquillada! Eso me hace pensármelo dos veces antes de proceder a darle la plasta, yo también.
Mi colección de autógrafos se reduce a tres rúbricas. Impresionante, ¿no? La primera es de Luis Eduardo Aute, durante un recital que dio en la Universidad allá por el año mil novecientos y taitantos. Lo guardo como oro en paño en la funda del disco de vinilo “Fuga”, que era el que sonaba por entonces. Se ve que mi capacidad de empatía estaba todavía por desarrollar en mi época universitaria.
Otro es de Gabriel García Márquez, que nos lo estampó a mi mujer y a mí en la contraportada de “Doce cuentos peregrinos” en Sevilla, durante la Expo 92, con to er caló der mundo, que se ve que las altas temperaturas deben afectar lo suyo a la capacidad en cuestión.
El tercero lo conseguí el viernes, después de sostener una dura pugna bajo los tableros con mi capacidad de empatía, que no me dejaba acercarme al personaje, o mejor dicho, al pedazo de personaje.
- Por ahí viene estilografic como disimulando, que se me va a acercar de un momento a otro para pedirme un autógrafo, el muy plasta. A todo esto, qué lejos queda el suelo, leches.
Habrase dado cuenta el avispado lector que gracias a mi capacidad de empatía me he puesto por un momento en la piel de Pau Gasol, nada menos, pero ya me he vuelto a salir y vuelvo a ser estilografic, el plasta. Y no veas qué alivio ver el suelo de nuevo tan cerca. Pues sí. Hice el esfuerzo y se lo pedí, recurriendo al viejo truco:
- Pau, ¿tienes un momentito? Anda chiquitín, échame un firma para mis hijas, que se van a poner muy contentas.
- Ya viene otro con el cuento de las hijas; luego irá con el autógrafo a presumir en el trabajo y delante de los amigotes – piensa Pau. Cosa que yo sé porque me he vuelto a poner en su lugar, y qué chiquitito que es estilografic, oye.
- Mira, fírmame aquí, en mi libreta multiusos.
- ¿Libreta multiusos? –alucina Gasol en colores. Pensamiento al que yo accedo, como podéis imaginar, porque por momentos no puedo remediar el ponerme en su lugar; lo de la empatía, ya sabes.
- Si; sirve para tomar notas en ruedas de prensa, apuntar ideas que surgen en momentos insospechados y que posteriormente acaban convirtiéndose en el germen de un nuevo post o u relatillo breve, tomar nota de la lista de la compra.... Mira, aquí, al lado de la lista de la compra, que ya la he hecho. Ciento diez euros, por cierto, que me han soplado en el Carrefour por cuatro tonterías, que es que la vida se está poniendo por las nubes; bueno, qué te voy a contar yo a ti, de las nubes.
- Ah, mira, pues sí que debe tener hijas este tío, porque compra San Jacobos – piensa ahora Pau (y sé yo gracias una vez más a mi capacidad de empatía) al distinguir en mi lista ya tachada, en último lugar, el nombre de las delicias de bechamel, jamón y queso de La Cocinera que, en efecto, compro para disfrute fritanguero de mis criaturas.
Pues así fue exactamente cómo Pau estampó su firma, ese pedazo de número cuatro, en mi libreta multiusos. Que si llego yo a saber, por cierto, que iba a fallar tantos tiros libres en la final frente a Rusia y que me iba a hacer sufrir tanto, se lo pido a Kirilenko, ese pedazo de ruso con cara de abuelita.
¡A ver!, ponte tú en mi lugar, si no.
P.D: ¡Enhorabuena y ánimo, subcampeones!
16 comentarios:
Fíjate que yo tampoco soy de autógrafos, de hecho te gano, porque solo tengo uno, el de Carlos Goñi. Pienso que son garabatos sin ningún valor, de alguien que no te conoce. Otra cosa sería si entre pedidor y autografiador (jajajaja, existirán esas palabras?) hubiese alguna clase de afecto. Entonces ya no existiría el pedidor, sino que el autografiador lo haría de motu propio y con gusto y sería la leche.
¡Qué lástima lo de ayer!, pero enhorabuena por tu autógrafo.
Pues fíjate yo tengo el de Reyes y es el único en mi vida que ha pedío... se lo pedí por dos motivos:
1- sabía que a mi hermano le haría mucha ilusión y
2- él me lo puso fácil, fue muy amable y encantador conmigo y me animé.
Le atendí y como estábamos solos pues al final me animé. Me dijo: como se llama tu hermano? le dije que daniel.. y me dijo: entonces un abrazo mejor que un beso, no? riendo... le dije que si y me puso: Para Dani, un brazo fuerte... firma + número.
La única vez en mi vida... y eso que he comido a 30 cm de almodovar, he paseado al lado de Viggo Mortensen, he coincidido en una puerta de embarque con Michael Douglas... y un lago etc. Pero paso, yo es que paso del rollo de los autógrafos.
Yo creo que nunca pediría un autógrafo a nadie. Soy así de sosa o es que simplemente no me gusta molestar...
Porque empatía sí tengo.
:-)
Vitruvia, Wen y Viguetana: os entiendo a las tres. Que me pongo en vuestro lugar, vamos.
Yo no tengo autógrafos porque nunca me ha llamado la atención. Algún libro dedicados sí que tengo: uno de Juan Cruz y dos de Benjamín Prado.
Eso sí, empático soy un rato...
Mariano: y simpático, y simpático...
yo de adolescente me pirraba por los autógrafos. creo que en algún lugar debo tener mi colección. ahora no les encuentro ningún atractivo, qué poco romántica es la madurez...
Como buen Mariano, veo que te gusta el basket.
Yo te vi en la tele, hasta te entrevistó el Willy ese. Tú eres Mariano, no? Rajoy, no?
Yo como Wen, tampoco tengo ningún autógrafo.
Estilografic, eso no me lo dices a mí en la cara y en la calle... ¡Vamos hombre!
Mariano: es que no sé por qué tienes que ir hablando tan mal de mi en tu blog. Que también es casualidad, para un día que no me ducho y que voy entonando a mi manera el “With or without you” por el metro, voy y me topo contigo.
See the stone set in your eyes See the thorn twist in your side. I wait for youuuu.....
Jo, esa canción me encanta... Además me trae recuerdos bonitos...
Personalmente no es que me encanten U2, pero hay que reconocer la calidad, no?
Pues yo no tenog ningno :( jejeje
Fíjate yo siempre habría dicho que lo tuyo era 0,0, es decir Sin, Simpatía ;-))
Buen día empático, digo empático-simpático.
Estili: no sé si viste la canción que he colgado en el panel derecho de mi blog esta mañana tras leer la entrada de Mariano, el Zurdo... Para cuando puedas escucharla.
:-)
Aunque ya te lo he agradecido en tu blog, mil gracias otra vez, Viguetana. Al final te voy a pedir un autógrafo, venciendo mi empatía, claro.
One step beyoooond!
Pero qué empático eres, por dios.
Jamás de los jamases he pedido un autógrafo. Siempre me he preguntado para qué coño quiero yo la firma de nadie. Pero bueno
Jo, me ha entrado un hambre con lo del Sanjacobo que ti cagas....
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