¡Vaya por Dios con la dichosa crisis! No acaba uno de sobreponerse a los disgustos. Nadie se imagina hasta qué punto resultan duras y difíciles de sobrellevar para un hombre hecho y derecho, pero que un día fue muchacho adolescente con granos en la cara provenientes de la obstrucción del conducto secretor de las glándulas sebáceas, esto es, con espinillas, y también con incipientes filamentos cilíndricos de nacencia y crecimiento en los porillos de la piel situada a medio camino entre nariz y boca, es decir, con bigotillo, digo que hasta qué punto resultan duras y difíciles de sobrellevar circunstancias y contrariedades como las que día a día vienen sucediendo.
Y lo que es peor, es que aunque cueste creerlo, tiempo más atrás ese arriba referido púber adolescente resultó ser también infante descerebrado portador de prenda de vestir ajustada a la cintura, y más bien subidilla, que por su parte más baja no acababa de tapar la prominente región llamada rodilla que une el muslo del zagalillo en cuestión con la parte más inferior de la extremidad, conformada está última por tibia y peroné (aparte del tantas veces ignorada astrágalo, ya en las proximidades del piececillo). Del pantalón corto estoy hablando.
Y hete aquí, y vamos a lo que vamos, que tal primer infante y después púber (pongamos las cosas en su debido orden y no al revés) fue en aquellas lejanas pero no olvidadas etapas o fases del crecimiento del ser humano en cuestión, tanto en la una como en la otra, un asiduo y perseverante (a ver quién no) devorador de aquellos sabrosos refrescos o sorbetes de los más variados sabores, formas y colores que, una vez alcanzado cierto grado de congelación, pasaban a denominarse con el popular sobrenombre de helados.
Pues mira tu por dónde que, y ahora sí que sí que voy a lo que iba, a la triste noticia que no podemos pasar por alto así como así, la planta de Frigo en Cataluña echa el cierre, una víctima más de la galopante crisis. Y uno, además de solidarizarse con los trabajadores afectados, se siente también un poco víctima como consumidor que lo fue en su día de tan ricos y sabrosos productos congelados. Todo un símbolo de la infancia.
Y es que no puedo dejar de pensar en si algún día no muy lejano los frigopie (con olor y sabor a fresa, no te vayas a confundir de aromas), drácula (con su regusto a cola y fresa y un punto de vainilla), calipo-po (el helado que te quita el hipo.-po), super twister (en el que la lengua se enreda que es un no parar) o popeye lemonissimo (con su zumito de limón goteando barbilla abajo), ente otras muchas delicatessen, no serán más que historia triste y pasada o, en el mejor de los casos, parte del decorado y atrezzo de los últimos capítulos del Cuéntame, como en su día lo fueron los añorados caramelos sacis o los inolvidables chicles bazooka.
Y tú, mi querido y admirado lector o lectora, si también has sido o fuiste en su día (o incluso continúas siéndolo o sintiéndote como tal) primero infante o infanta descerebrado o descerebrada, para posteriormente convertirte debido a los inevitables devenires de la madre naturaleza en muchacho o muchacha adolescente portador de las dichosas espinillas y el también molesto bigotillo (sobre todo, lo del bigotillo, en el hipotético caso de que fueras o sigas siendo de naturaleza más masculina que femenina), dime tú con toda franqueza en cualesquiera de los casos...:
¿Cuál era tu producto Frigo preferido, golosón, que eres un golosón?
Y lo que es peor, es que aunque cueste creerlo, tiempo más atrás ese arriba referido púber adolescente resultó ser también infante descerebrado portador de prenda de vestir ajustada a la cintura, y más bien subidilla, que por su parte más baja no acababa de tapar la prominente región llamada rodilla que une el muslo del zagalillo en cuestión con la parte más inferior de la extremidad, conformada está última por tibia y peroné (aparte del tantas veces ignorada astrágalo, ya en las proximidades del piececillo). Del pantalón corto estoy hablando.
Y hete aquí, y vamos a lo que vamos, que tal primer infante y después púber (pongamos las cosas en su debido orden y no al revés) fue en aquellas lejanas pero no olvidadas etapas o fases del crecimiento del ser humano en cuestión, tanto en la una como en la otra, un asiduo y perseverante (a ver quién no) devorador de aquellos sabrosos refrescos o sorbetes de los más variados sabores, formas y colores que, una vez alcanzado cierto grado de congelación, pasaban a denominarse con el popular sobrenombre de helados.
Pues mira tu por dónde que, y ahora sí que sí que voy a lo que iba, a la triste noticia que no podemos pasar por alto así como así, la planta de Frigo en Cataluña echa el cierre, una víctima más de la galopante crisis. Y uno, además de solidarizarse con los trabajadores afectados, se siente también un poco víctima como consumidor que lo fue en su día de tan ricos y sabrosos productos congelados. Todo un símbolo de la infancia.
Y es que no puedo dejar de pensar en si algún día no muy lejano los frigopie (con olor y sabor a fresa, no te vayas a confundir de aromas), drácula (con su regusto a cola y fresa y un punto de vainilla), calipo-po (el helado que te quita el hipo.-po), super twister (en el que la lengua se enreda que es un no parar) o popeye lemonissimo (con su zumito de limón goteando barbilla abajo), ente otras muchas delicatessen, no serán más que historia triste y pasada o, en el mejor de los casos, parte del decorado y atrezzo de los últimos capítulos del Cuéntame, como en su día lo fueron los añorados caramelos sacis o los inolvidables chicles bazooka.
Y tú, mi querido y admirado lector o lectora, si también has sido o fuiste en su día (o incluso continúas siéndolo o sintiéndote como tal) primero infante o infanta descerebrado o descerebrada, para posteriormente convertirte debido a los inevitables devenires de la madre naturaleza en muchacho o muchacha adolescente portador de las dichosas espinillas y el también molesto bigotillo (sobre todo, lo del bigotillo, en el hipotético caso de que fueras o sigas siendo de naturaleza más masculina que femenina), dime tú con toda franqueza en cualesquiera de los casos...:
¿Cuál era tu producto Frigo preferido, golosón, que eres un golosón?
21 comentarios:
¡Pastillas de leche de burra!
De entre los más modernos, me gustaba el Frigodedo, aunque yo siempre he sido muy fiel a los helados de chocolate, la verdad.
:)
Yo no tenía bigote, pero si unas incipientes tetitas que molestaban lo impensable si las chafaban y mis amigos,si, esos de los granos y del bogotito se dedicaban a aplastar para ver comome ponía malita del dolor...
Y una que es verderona por naturaleza, siempre he pensado que los helados tenian un aquel sexual, mi preferido?
El Frigodedo! jajajajajaja
Besicos
Ahora venden unas parecidas, joako, pero las ponen en pulseras muy monas. Claro, como tú no tienes infantas, sino infantes...
Irre: sabía yo que el frigodedo iba a causar furor.
Belén: ten amigos para eso. Mira que te veía venir yo a ti con el susodicho.
A mi es que los helados nunca me han gustado... Alguna vez cada x años me da el punto y me compro uno, pero vamos... que en contestación a tu pregunta, ninguno.
Jo, me estoy empezando a asustar con estas cosas de la crisis, eh?
Han cerrado una factoría, no todas, seguirá habiendo helados de la marca Frigo, no temais por vuestros recuerdos infantiles.
Wen: acabamos de dar con la principal responsable de la crisis de la industria heladera, me temo.
Joako: eso espero, eso espero.
irre, belén, el frigodedo no existe, nunca existió.. y si no me creeis, buscadlo en google.. no existe en ninguna parte una foto del frigodedo
yo soy de conos de vainilla, porque era púber pero nunca descerebrada (ni con bigote, jajaja)
Geminitas.......... igual es porque no se llama frigodedo sino frigopie XDDDDDDDDDDDDDDDDD
Y sí que está, hay cientos, para muestra un botón:
http://ardiendoaunclavo.files.wordpress.com/2008/06/frigopie.jpg
Yo es que era más de Colajet...
Aportemos algo de luz al cierre factoril de la susodicha marca de productos dulces ultracongelados.
La fábrica en cuestión está situada en el Poblenou, un antiguo barrio obrero de Barcelona, que el alcalde se ha empeñado en remodelar aprovechando las antiguas naves para construir (adivina qué) costosos rascacielos de oficinas y viviendas. Todos los talleres y fábricas de la zona están condenados al exilio. Entre ellos aquel en el que trabajaba el que ahora escribe, situado justo detrás de la fábrica de Frigo, y que el ayuntamiento reordenó para continuar con su ambicioso (y desastroso) proyecto 22@. Poco importa que los vecinos se enfrenten apoyando a la histórica leyenda fabril del Poblenou ya que el dinero de las recalificaciones pesa mucho más. Y de la nave de Frigo se puede sacar mucho ya que es bien grande y está situada en una zona inmejorable.
En fin. Las deslocalizaciones están a la orden del día.
Añoro el perfume a calippo que inundaba el aire de alrededor de la fábrica. Se podía sentir a calles de distancia.
Wen: que no, que una cosa era el Frigodedo y otra, muuuuy distinta, el Frigopie.
El primero era el típico helado de agua con sabor a fresa y el segundo, una especie de crema fría de color rosa y con sabor a no sé qué (porque nunca lo probé).
:)
Ni punto de comparación, vamos.
Géminis: ¿me vas a decir que lo del frigodedo es sólo una leyenda urbana? Te confieso que yo lo dudé, y por eso sólo hablo del frigopie. Pongo al equipo de investigación de Estilografic Punto Blog a trabajar en el tema a la voz de ya.
Wen: tras tu aclaración, pongo al equipo de investigación de EPB a descansar a la voz de ya.
Mariano zurdo; claro, es que el colajet es el helado de la jet.
Iván; gracias por tu aportación: Quedas invitado a un calippo.
Irre: vuelvo a poner al equipo de investigación de EPB a trabajar a la voz de ya.
Los que somos de Frigopie, no abandonamos nunca la Fe Verdadera...hasta que un buen día nos encontramos con Haagen Dasz, claro está.
wen, creo que son dos cosas distintas, y eso dice irre también, pero no existen fotos del frigodedo..
estili, investiga, ya verás
A ver, realizada la investigación concluyo:
Que efectivamente el frigopie y el frigodedo son helados diferentes.
Que efectivamente existen poquísimas o ninguna imagen suyas en la red.
Pero yo, he encontrado una :
http://carcajadasdeldestino.blogspot.com/2008/04/frigodedo-halladoya-soy-un-triunfador.html
Jove: Haagen Dasz, sí señor, famosísimo delantero sueco que militó en el Barça de Cruyff y al que se le acusaba de ser desesperadamente frío en el campo y excesivamente caliente en sus correrías nocturnas junto a un tal Romario. Me acuerdo.
Géminis: los he puesto a trabajar. Gracias.
Wen: los pongo a descansar. Gracias.
Yo he comido frigodedos, jo....
No me gustan los pies :(
Y si, si, Estil, si es que ya nos empezamos a conocer jajajaaj
Besicos
jaja wen no vale aprovecharse de la labor de investigación de otro!!
(lo mismo te digo estili) :P
Todavía me acuerdo de la cancioncilla del anuncio publicitario de televisión del frigodedo, concluia con un "frigodedo,ven,ven" (el "ven ven" con un tono de voz muy grave), y mientras aparecia un frigodedo de goma que doblaba el dedo con el gesto que se le hace a alguién para que de acerque. ¡De que cosas se acuerda uno!
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