El sábado por la mañana, tempranito, pasé por vez primera por el nuevo túnel de la M-30, ese que va por debajo del río Manzanares. La verdad es que por dentro ha quedado muy bien, hay que reconocérselo a Alberto I, pero casi que importa más cómo vaya a quedar por fuera. A ver si es verdad que por fin vemos un Madrid como una de esas ciudades en la que paseando se pueda disfrutar de su río –pobre Manzanares, cuántos años de sufrimiento y resignación -, que supongo que es de lo que se trataba.
Me costó cogerlo, no se crean. Y entre lo largo que es y que te vas encontrando constantemente luminosos recordándote lo de “a 70, a 70, que te meto”, pues como que se me hizo pelín pesado, y al final me entró un poco el agobio.
Por si no lo conocen todavía – no se a qué esperan, que queda ya muy poco para ir a votar – lo que más llama la atención así de pasada es la cantidad de salidas de emergencia que tiene, que uno piensa en el paisaje exterior y se imagina las orillas del río como campos de madrigueras por los que los conductores-topo asomarían la cabeza en caso de apuro.
Todo un detalle: cuando llegas a la altura del estadio Calderón el túnel te da un respiro y te saca al exterior, como si Jesús Gil antes de abandonarnos hubiera llegado a un acuerdo urbanístico con el alcalde: “no me jodas Albierto, te dejo hacer la obras si me sacas a los conductores al exterior a la altura del estadio, que me vean bien a mi aleti”. Ya lo creo que lo ves. Sales del túnel dispuesto a sacar un córner, y te da el tiempo justo, porque vuelves a bajar.
Lo que no me convence es la señalización, que los carteles son tan pequeños que parece que se los hubieran encargado a un asesor de Miguel Sebastián, que también tienen el don de pasar desapercibidos. Y las obras, claro, que todavía no han terminado del todo. De repente te encuentras un luminoso advirtiéndote “abandone el carril izquierdo”, que la sensación es la misma que cuando te viene el “prisas” detrás dándote las largas, pero no, es que más adelante va a estar cortado por obras.
Me costó cogerlo, no se crean. Y entre lo largo que es y que te vas encontrando constantemente luminosos recordándote lo de “a 70, a 70, que te meto”, pues como que se me hizo pelín pesado, y al final me entró un poco el agobio.
Por si no lo conocen todavía – no se a qué esperan, que queda ya muy poco para ir a votar – lo que más llama la atención así de pasada es la cantidad de salidas de emergencia que tiene, que uno piensa en el paisaje exterior y se imagina las orillas del río como campos de madrigueras por los que los conductores-topo asomarían la cabeza en caso de apuro.
Todo un detalle: cuando llegas a la altura del estadio Calderón el túnel te da un respiro y te saca al exterior, como si Jesús Gil antes de abandonarnos hubiera llegado a un acuerdo urbanístico con el alcalde: “no me jodas Albierto, te dejo hacer la obras si me sacas a los conductores al exterior a la altura del estadio, que me vean bien a mi aleti”. Ya lo creo que lo ves. Sales del túnel dispuesto a sacar un córner, y te da el tiempo justo, porque vuelves a bajar.
Lo que no me convence es la señalización, que los carteles son tan pequeños que parece que se los hubieran encargado a un asesor de Miguel Sebastián, que también tienen el don de pasar desapercibidos. Y las obras, claro, que todavía no han terminado del todo. De repente te encuentras un luminoso advirtiéndote “abandone el carril izquierdo”, que la sensación es la misma que cuando te viene el “prisas” detrás dándote las largas, pero no, es que más adelante va a estar cortado por obras.
La verdad es que he jugado con ventaja, porque el sábado por la mañana, salvo por lo de las ambiguas horas que mezclan al borracho y al madrugador, que decía Sabina, el tráfico en Madrid es muy cómodo. Habrá que volver a probarlo en hora punta. Antes de las elecciones.
11 comentarios:
Los túneles son el rescate de las ciudades, de hecho, todo el tráfico urbano debería ir bajo tierra. A mi me encantan los tuneles urbanos, por esta y otras razones...
Pues a disfrutarlo Madrid! y a votar a Espe y a Gallardón! (risas risas risas) pssssssssss...
saludo!
Yo también pasé por el famoso túnel el sábado. Cuando ví lo de las salidas de emergencia me empecé a agobiar por si pasaba algo, y es que a mí eso de estar tanto rato bajo tierra, no sé, como que me da yuyu.
Me encanta como escribes, por cierto.
Clandestino: ¿no serías tú el que me daba la luces? ¿Borracho o madrugador?
Gracias, tú tampoco lo haces nada mal, ¿eh? (lo de escribir, no lo de conducir).
A mi me hace gracia el tunel de la avenida de Portugal con esos pedazo carteles de prohibido mas de 50km/h y ahi va mi autobusero a 80km....
ja ja ja, menudo recorrido virtual del túnel nos has hecho!!!!
¿Se sale de verdad al Vicente Calderón? No me digas eso, que es que a mí me gusta más el Atleti que el fútbol y me veo votando a Gallardón...
Por suerte tengo unos magníficos parquímetros rodeando mi casa para contrarrestar...
Leñe, por un momento lo he pasado mal...
Mariano: se sale, se sale, te lo juro. Que sólo falta que te pongan la camiseta y salgas de corto. Si se les llega a ir un poco la medida, asomas el morro del coche por el punto de penalty.
A todos: pues nada, si os gusta a votar a Gallardón (los de Madrid) y si no, pues al otro, cómo se llama...
No era yo, pero vamos, fíjate en qué estado iría que ni siquiera me acuerdo la hora que era.
Aupa Atleti, por cierto. Yo siempre me levanto cuando paso al lado del Calderón, aunque vaya conduciendo.
Sebastián, Miguel Sebastián, se llama así. Eso les pasa por contratarme a mí como responsable de la campaña. Es que se me han olvidado algunas cositas... Intenté que fuera Vega, Mariano Vega, pero es que tengo coleta, llevo gafas y soy zurdo; un desastre para la política.
¡Todavía no conozco el tunel de Alberto! Saludos
Jajaja, yo aún no lo he probado, pero es que me da miedito :S
El otro día pasé por el nuevo túnel de Guadarrama y la verdad es que lo han dejado muy bien, pero todo el mundo con el que hablo sobre el de la M30 me dice lo mismo que tú: que hay que ir taaaaan despacio que uno se queda dormido, jaajaj.
Ya te diré qué tal la experiencia cuando lo pruebe...
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