Kiiiiiiing, kiiiiing
- ¿Dígame?
- ¿Es la Casa Real?
- Vamos a ver, ¿con “real” se refiere usted a que si la casa a la que supuestamente llama es de verdad verdadera, y no de mentirijillas, o se refiere, en cambio, a que si es hogar o morada de Sus Majestades los Reyes de España, así como de todo el resto de miembros de la familia...
- Sí, sí, a esto último me refiero.
- Bien, pues entonces ha dado usted en el clavo. Esta es la Casa Real. Pero sepa, querido amigo, quien quiera que sea, que no tiene ni pizca de gracia la bromita de cambiar la “r” por la “k” en la onomatopeya del sonido del timbre del teléfono, aludiendo así a la denominación en inglés de Su Majestad el Rey, gracioso, que es usted un gracioso.
- ¿No le ha hecho gracia? Bueno, eso será porque está usted enfadado por lo de la carta.
- ¿Se refiere usted a la carta a la Reina o a la carta a Felipe?
- A la Reina, a la Reina; la otra no es cosa mía, sino de un tal Mariano Zurdo. Luego, si quiere, al final de nuestra conversación, le doy su teléfono y lo llama. Es muy simpático, aunque un pelín republicano, ya se lo adelanto.
- Bien, ¿y qué pasa con la carta a la Reina?
- Pues que como supongo que a ustedes no les habrá hecho ninguna gracia la misiva y se dispondrían ya a llamarme, he preferido adelantarme a los acontecimientos y llamarles yo a ustedes.
- ¿Y eso por qué?
- Verá, resulta que es que yo tengo la tarifa plana con casiyapuntocom, operador no tan conocido como yapuntocom pero casi, casi, e incluye llamadas a fijos y a Casas Reales. ¿Ustedes la tienen?
- Pues no.
- ¿Lo ve? Y si me hubieran llamado ustedes a mi, ello hubiera supuesto un considerable gasto adicional en los presupuestos de la Casa, con la consiguiente repercusión en el maltrecho bolsillo de todos los españoles. Y estará de acuerdo conmigo en que no está el horno para bollos
- De acuerdo estoy...
...
...
- ¿Oiga? Pero por qué se queda ahora callado? ¿Ya no tiene más que decir?
- Es que estoy esperando a que me agradezca usted el gesto.
- ¿Qué gesto? Le recuerdo a usted que por el auricular del teléfono, por moderno y tecnológicamente avanzado que éste sea, no se perciben las muecas que usted pudiera estar realizando a la par que habla.
- No, me refiero al gesto tendente al ahorro presupuestario.
- Ah, vale, pues se lo agradezco.
- No hay de qué, Su Majestad.
- Oiga, a mi no hace falta que me llame Su Majestad. Yo soy sólo un funcionario.
- ¿Pero funcionario a título propio o funcionario consorte?
- No, no, a título propio. Con mis oposiciones aprobadas y todo, que mi trabajo, esfuerzo, dedicación y tiempo me ha costado.
- Bien, pues verá, Su Funcionario, me pongo a su disposición para ser objetivo de las reales iras, furias, enojos e indignaciones.
- ¿Lo dice por la dichosa carta?
- Ajá.
- Pero si no estamos enfadados, hombre. Aquí en Zarzuela ha caído muy bien su iniciativa.
- ¿Ah sí? ¿Y eso?
- Porque, amigo Estilografic Punto Blog, usted es sólo uno más de los muchos que han mordido el anzuelo en el asunto de las declaraciones de la Reina, tal y como esperábamos.
- Oiga, discúlpeme pero no entiendo nada. ¿Qué me está usted contando?
- Me explico: resulta que, como sabrá, nuestra diplomacia está realizado sobrehumanos esfuerzos para que este país acuda a la cumbre del G20 que el próximo 15 de noviembre se celebra, Dios mediante, en Washington, y a la que, hasta la fecha, no hemos sido invitados.
- Lo sé, lo sé.
- Pues el asunto del polémico libro de la Reina se encuadra dentro de esos tremendo esfuerzos, y no deja de ser, por tanto, una maniobra más para que los periódicos, las radios y las televisiones de todo el mundo, - e incluso los blogs, como el suyo - hablen de España y concedan a nuestro país la importancia que merece. ¿Me entiende?
- ¿Me está diciendo entonces que están todos conchabados?
- Sï.
- ¿Todos, todos?
- Todos: la Reina, el Rey, Leticia, Froilán, Ansón, Esteban González Pons, María Teresa Fernández de la Vega, Anasagasti, el equipo al completo de La Noria, Pedro J., Jesús Mariñas... e incluso Jaime Peñafiel, que no sé lo que habrá dicho, pero que seguro que también ha dicho algo.
- Y Pilar Urbano también, claro.
- No, Pilar Urbano no. Ella es la única que no sabe nada, la pobre. Pero como le va tan bien con la venta del libro, ni se queja ni nada. Déjela, déjela que siga disfrutando de la gloria en su ignorancia.
- Vaya, me deja usted realmente perplejo, y nunca mejor dicho, lo de “realmente”. ¡Qué tíos! ¡Qué conchabanza! .Entonces me temo que no hay nada más que hablar. Me alegro de haber contribuido a la causa, y si quiere, como le dije, le facilito el teléfono del tal Mariano Zurdo, el autor de la carta a Felipe.
- No se preocupe, no.
- ¿No lo quiere? Ya le digo que es muy simpático, aunque, claro, un pelín republicano, insisto.
- Es que Mariano Zurdo también está conchabado.
- ¡Noooooooo!
- ¿Dígame?
- ¿Es la Casa Real?
- Vamos a ver, ¿con “real” se refiere usted a que si la casa a la que supuestamente llama es de verdad verdadera, y no de mentirijillas, o se refiere, en cambio, a que si es hogar o morada de Sus Majestades los Reyes de España, así como de todo el resto de miembros de la familia...
- Sí, sí, a esto último me refiero.
- Bien, pues entonces ha dado usted en el clavo. Esta es la Casa Real. Pero sepa, querido amigo, quien quiera que sea, que no tiene ni pizca de gracia la bromita de cambiar la “r” por la “k” en la onomatopeya del sonido del timbre del teléfono, aludiendo así a la denominación en inglés de Su Majestad el Rey, gracioso, que es usted un gracioso.
- ¿No le ha hecho gracia? Bueno, eso será porque está usted enfadado por lo de la carta.
- ¿Se refiere usted a la carta a la Reina o a la carta a Felipe?
- A la Reina, a la Reina; la otra no es cosa mía, sino de un tal Mariano Zurdo. Luego, si quiere, al final de nuestra conversación, le doy su teléfono y lo llama. Es muy simpático, aunque un pelín republicano, ya se lo adelanto.
- Bien, ¿y qué pasa con la carta a la Reina?
- Pues que como supongo que a ustedes no les habrá hecho ninguna gracia la misiva y se dispondrían ya a llamarme, he preferido adelantarme a los acontecimientos y llamarles yo a ustedes.
- ¿Y eso por qué?
- Verá, resulta que es que yo tengo la tarifa plana con casiyapuntocom, operador no tan conocido como yapuntocom pero casi, casi, e incluye llamadas a fijos y a Casas Reales. ¿Ustedes la tienen?
- Pues no.
- ¿Lo ve? Y si me hubieran llamado ustedes a mi, ello hubiera supuesto un considerable gasto adicional en los presupuestos de la Casa, con la consiguiente repercusión en el maltrecho bolsillo de todos los españoles. Y estará de acuerdo conmigo en que no está el horno para bollos
- De acuerdo estoy...
...
...
- ¿Oiga? Pero por qué se queda ahora callado? ¿Ya no tiene más que decir?
- Es que estoy esperando a que me agradezca usted el gesto.
- ¿Qué gesto? Le recuerdo a usted que por el auricular del teléfono, por moderno y tecnológicamente avanzado que éste sea, no se perciben las muecas que usted pudiera estar realizando a la par que habla.
- No, me refiero al gesto tendente al ahorro presupuestario.
- Ah, vale, pues se lo agradezco.
- No hay de qué, Su Majestad.
- Oiga, a mi no hace falta que me llame Su Majestad. Yo soy sólo un funcionario.
- ¿Pero funcionario a título propio o funcionario consorte?
- No, no, a título propio. Con mis oposiciones aprobadas y todo, que mi trabajo, esfuerzo, dedicación y tiempo me ha costado.
- Bien, pues verá, Su Funcionario, me pongo a su disposición para ser objetivo de las reales iras, furias, enojos e indignaciones.
- ¿Lo dice por la dichosa carta?
- Ajá.
- Pero si no estamos enfadados, hombre. Aquí en Zarzuela ha caído muy bien su iniciativa.
- ¿Ah sí? ¿Y eso?
- Porque, amigo Estilografic Punto Blog, usted es sólo uno más de los muchos que han mordido el anzuelo en el asunto de las declaraciones de la Reina, tal y como esperábamos.
- Oiga, discúlpeme pero no entiendo nada. ¿Qué me está usted contando?
- Me explico: resulta que, como sabrá, nuestra diplomacia está realizado sobrehumanos esfuerzos para que este país acuda a la cumbre del G20 que el próximo 15 de noviembre se celebra, Dios mediante, en Washington, y a la que, hasta la fecha, no hemos sido invitados.
- Lo sé, lo sé.
- Pues el asunto del polémico libro de la Reina se encuadra dentro de esos tremendo esfuerzos, y no deja de ser, por tanto, una maniobra más para que los periódicos, las radios y las televisiones de todo el mundo, - e incluso los blogs, como el suyo - hablen de España y concedan a nuestro país la importancia que merece. ¿Me entiende?
- ¿Me está diciendo entonces que están todos conchabados?
- Sï.
- ¿Todos, todos?
- Todos: la Reina, el Rey, Leticia, Froilán, Ansón, Esteban González Pons, María Teresa Fernández de la Vega, Anasagasti, el equipo al completo de La Noria, Pedro J., Jesús Mariñas... e incluso Jaime Peñafiel, que no sé lo que habrá dicho, pero que seguro que también ha dicho algo.
- Y Pilar Urbano también, claro.
- No, Pilar Urbano no. Ella es la única que no sabe nada, la pobre. Pero como le va tan bien con la venta del libro, ni se queja ni nada. Déjela, déjela que siga disfrutando de la gloria en su ignorancia.
- Vaya, me deja usted realmente perplejo, y nunca mejor dicho, lo de “realmente”. ¡Qué tíos! ¡Qué conchabanza! .Entonces me temo que no hay nada más que hablar. Me alegro de haber contribuido a la causa, y si quiere, como le dije, le facilito el teléfono del tal Mariano Zurdo, el autor de la carta a Felipe.
- No se preocupe, no.
- ¿No lo quiere? Ya le digo que es muy simpático, aunque, claro, un pelín republicano, insisto.
- Es que Mariano Zurdo también está conchabado.
- ¡Noooooooo!
14 comentarios:
Ostras, he de reconocer que me he tenido que frotar los ojillos para leer bien... conchabado??????
Pero eso que e lo que e!
Menos mal que Internet es grande y que hay páginas que te explican las cosillas... y mola mucho porque ya lo se (je, empollona que es una jajajajaj)
Y que fuerte no? cortinas de humo en las que participa el Mariano? que cosas...
Besicos
¡Niego la mayor!
Eso sí, he de decir que tengo en la puerta de la librería a dos pedazo de armarios empotrados con un cartel en la cabeza que pone "servicio secreto" que me están mirando muy malamente...
Belén: pues ya lo dice la palabra: “concha”, lo de los moluscos, y “bado” pueeees.... lo de que no se puede aparcar. Ah no, que eso es con “v”.
Mariano Zurdo: ¿la mayor? ¿la mayor es Elena o Cristina, que siempre me hago un lío?
jajjaja Mariano está conchabado con la pequeña entonces? me parto XD
Entonces, ¿yo también he contribuido a la causa?
:)
¡Pues venga esa concha!
La lluvia en Sevilla es una maravilla ( es que como yo no estoy conchabado, no sabía que poner)
Besos a la Reina, la Princesa y las Infantas...y a Marichalar,que está muy solo.
Géminis: lo acabas de terminar de liar, que lo sepas.
Irre: pues sí, tú también eres parte de la concha-banza, qué te habías creído.
Jove: pues conchábate, conchábate, que quien no se conchaba es porque no quiere.
Oye, y qué feo suena el pasado de "conchabar", eh:
Yo me conchababa
tú te conchababas
él se conchababa...
¡qué asquito!
Irre: pues imagínate llamarse una Concha Baba de Caracol. Que alguna habrá, digo yo.
Yo tengo un amigo que una vez corrió Con Chava Jiménez.
Ya no sé ni qué iba a decir.... XDDD
Qué tiene de raro la palabra conchabar??? yo la he había oído muchas veces antes... XDDD
Irre, jajajajajaja.
Mariano zurdo: pues imagínate que el malogrado ciclista hubiese sido hermano de los chicos de Mecano. En vez de Jimenez se hubiera llamado Chaba Cano.
Wen: "conchabar" no sé, pero en el Bar de Concha ponen unos aperitivos que están para morirte.
¡Que rulen las gambas al ajillo, pues!
:D
¿Conchabado no es un grupo de música?... ¿El de "déjate llevaaaaaar, por las sensaciones... ahí estás tú.... túuuuuu?... ¿No?.
Vale, no.
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