Riiiiiing, riiiiiing
- ¿Sí?
- Buenos días, querrrría hablarrr con Estilografic Punto Blok.
- Quiera o no quiera, amigo, está usted hablando con él. ¿Y usted quién es, que se dirige a mí de manera tan brusca como extraña?
- Ivan Pavlyuchenko me llamo. Pego me puede llamarrr Pavlyuchenko a secas, que le gesultarrra más fácil.
- No crea, si lo difícil es lo del Pavlyuchenko; lo de Ivan me sale muy bien. Por su nombre me da que usted de Getafe no es, ¿verdad?
- No señorr, nacido en San Petesburgo y criado en Moscú. Soy un adinerrrado empresarrio ruso.
- Mire, si le parece vamos a hacer una cosa. Como a nuestros sufridos lectores ya les queda bien clarito que es usted ruso, deje de hablar así y pronuncie usted como Dios manda, que será más fácil y cómodo para todos.
- De acuerdo.
- Bien, pues dígame entonces, con esa vocecita de ruiseñor que se le ha quedado, qué es lo que desea de mí, adinerado empresario ruso.
- Comprar. Deseo comprar éste su blog, llamado Estilografic Punto Blog, como también usted se llama. ¿A quién me tengo que dirigir?
- ¿Comprar mi blog? Pues a los principales accionistas, tendría que dirigirse.
- ¿Sacyr Vallehermoso?, ¿La Caixa?... ¿quiénes son?
- No, no, no se complique señor ruso, si esto no es más que una empresita familiar.
- ¿Familiar quiere decir que su nombre me tiene que sonar de algo, es decir, resultarme familiar, o que pertenece a una familia?
- Más bien esto último, sí.
- ¿Y de qué adinerada familia o clan empresarial se trata?
- Pues de los Punto Blog de toda la vida. Al cincuenta por ciento.
- ¿Cómo que al cincuenta por ciento?
- Pues que el cincuenta por ciento es de los Punto y el cincuenta por ciento es de los Blog. La familia de mi padre y la de mi madre, respectivamente.
- ¿Y tendría que hablar con los dos?
- No, le vale con que hable conmigo, que soy su hijo.
- ¿Es usted mi hijo?
- No, no, el hijo del Sr. Punto y de la Sra. Blog. Cómo narices voy a ser su hijo, si yo no hablo ruso.
- Ya me parecía a mi, qué susto me ha dado.
- ¿Qué le sucede, que se le ha puesto ahora la voz temblona, de repente?
- Verá, le voy a contar algo. ¿Tiene usted tiempo?
- Si no se nos alarga mucho el post...
- Resulta que hace unos cuantos añitos, cuando yo era un mocetón fortachón capaz de dar cuenta de veinte chupitos de vodka en menos de una hora, y estando ya casado con mi actual señora, de nombre Yelizaveta, estuve destinado un tiempo en una muy turística localidad costera de España, no recuerdo cuál, en la que mantuve una acalorada y apasionada relación con una bella lugareña de quien nada he vuelto a saber, ya sabe, una canita al aire...
- Pillín, pillín... Así que mantuvo usted una doble relación, al cincuenta por ciento...
- En realidad fueron sólo una cuantas noches locas en las que corrieron el vodka y la sangría a partes iguales, es decir, por utilizar sus mismas palabras, al cincuenta por ciento. Y al final, dado mi permante estado etílico, no le puedo decir con toda seguridad, pero siempre cabe la posibilidad..., ya me entiende...
- Quiere decir usted que hay como mínimo un cincuenta por ciento de posibilidades de que una de esas noches locas ella quedara... ¿Y ello le tiene preocupado?
- Uf, desde entonces una noche sí y otra no, es decir, el cincuenta por ciento, sueño con que un día, tarde o temprano, sonará mi teléfono y una voz lejana con acento español pronunciará al otro lado de la línea la temida palabra...: ¿papá?
- Cosas de la vida, oiga, cosas de la vida. En fin, ¿y cuánto está dispuesto a pagar?
- ¿Por tu silencio, hijo mío?
- Que no, qué manía, que yo no soy su hijo. Me refiero a que cuánto está dispuesto a pagar por el blog.
- Dígame usted cuánto pide.
- Pueeees, ¿su empresa es pública o privada?
- Al cincuenta por ciento, diría yo.
- Es que ya sabe qué ha dicho nuestro presidente Zapatero, que tratándose de un sector estratégico, como es el de los blogs, si es pública no hay nada que hacer y si es privada, pues depende de la privacidad, que ya sabe usted que en Rusia no es lo mismo que en España.
- Lo sé, lo sé. Conozco bien a los españoles..
- Sí, y a las españolas también, por lo que me cuenta... Verá, tratándose de un asunto tan delicado casi prefiero que hable usted con los principales accionistas, ¿sabe? Al cincuenta por ciento.
- ¿Y dónde puedo localizarles?
- Pues es que...
- ¿No me diga que están muy ocupados?
- No es eso, no. Es que a mi padre nunca lo llegue a conocer, y mi madre...
- ¿Y su madre?
- Mi madre es que no está en Madrid. Ella ha vivido siempre en Benidorm.
- ¡Hijo mío!
- Buenos días, querrrría hablarrr con Estilografic Punto Blok.
- Quiera o no quiera, amigo, está usted hablando con él. ¿Y usted quién es, que se dirige a mí de manera tan brusca como extraña?
- Ivan Pavlyuchenko me llamo. Pego me puede llamarrr Pavlyuchenko a secas, que le gesultarrra más fácil.
- No crea, si lo difícil es lo del Pavlyuchenko; lo de Ivan me sale muy bien. Por su nombre me da que usted de Getafe no es, ¿verdad?
- No señorr, nacido en San Petesburgo y criado en Moscú. Soy un adinerrrado empresarrio ruso.
- Mire, si le parece vamos a hacer una cosa. Como a nuestros sufridos lectores ya les queda bien clarito que es usted ruso, deje de hablar así y pronuncie usted como Dios manda, que será más fácil y cómodo para todos.
- De acuerdo.
- Bien, pues dígame entonces, con esa vocecita de ruiseñor que se le ha quedado, qué es lo que desea de mí, adinerado empresario ruso.
- Comprar. Deseo comprar éste su blog, llamado Estilografic Punto Blog, como también usted se llama. ¿A quién me tengo que dirigir?
- ¿Comprar mi blog? Pues a los principales accionistas, tendría que dirigirse.
- ¿Sacyr Vallehermoso?, ¿La Caixa?... ¿quiénes son?
- No, no, no se complique señor ruso, si esto no es más que una empresita familiar.
- ¿Familiar quiere decir que su nombre me tiene que sonar de algo, es decir, resultarme familiar, o que pertenece a una familia?
- Más bien esto último, sí.
- ¿Y de qué adinerada familia o clan empresarial se trata?
- Pues de los Punto Blog de toda la vida. Al cincuenta por ciento.
- ¿Cómo que al cincuenta por ciento?
- Pues que el cincuenta por ciento es de los Punto y el cincuenta por ciento es de los Blog. La familia de mi padre y la de mi madre, respectivamente.
- ¿Y tendría que hablar con los dos?
- No, le vale con que hable conmigo, que soy su hijo.
- ¿Es usted mi hijo?
- No, no, el hijo del Sr. Punto y de la Sra. Blog. Cómo narices voy a ser su hijo, si yo no hablo ruso.
- Ya me parecía a mi, qué susto me ha dado.
- ¿Qué le sucede, que se le ha puesto ahora la voz temblona, de repente?
- Verá, le voy a contar algo. ¿Tiene usted tiempo?
- Si no se nos alarga mucho el post...
- Resulta que hace unos cuantos añitos, cuando yo era un mocetón fortachón capaz de dar cuenta de veinte chupitos de vodka en menos de una hora, y estando ya casado con mi actual señora, de nombre Yelizaveta, estuve destinado un tiempo en una muy turística localidad costera de España, no recuerdo cuál, en la que mantuve una acalorada y apasionada relación con una bella lugareña de quien nada he vuelto a saber, ya sabe, una canita al aire...
- Pillín, pillín... Así que mantuvo usted una doble relación, al cincuenta por ciento...
- En realidad fueron sólo una cuantas noches locas en las que corrieron el vodka y la sangría a partes iguales, es decir, por utilizar sus mismas palabras, al cincuenta por ciento. Y al final, dado mi permante estado etílico, no le puedo decir con toda seguridad, pero siempre cabe la posibilidad..., ya me entiende...
- Quiere decir usted que hay como mínimo un cincuenta por ciento de posibilidades de que una de esas noches locas ella quedara... ¿Y ello le tiene preocupado?
- Uf, desde entonces una noche sí y otra no, es decir, el cincuenta por ciento, sueño con que un día, tarde o temprano, sonará mi teléfono y una voz lejana con acento español pronunciará al otro lado de la línea la temida palabra...: ¿papá?
- Cosas de la vida, oiga, cosas de la vida. En fin, ¿y cuánto está dispuesto a pagar?
- ¿Por tu silencio, hijo mío?
- Que no, qué manía, que yo no soy su hijo. Me refiero a que cuánto está dispuesto a pagar por el blog.
- Dígame usted cuánto pide.
- Pueeees, ¿su empresa es pública o privada?
- Al cincuenta por ciento, diría yo.
- Es que ya sabe qué ha dicho nuestro presidente Zapatero, que tratándose de un sector estratégico, como es el de los blogs, si es pública no hay nada que hacer y si es privada, pues depende de la privacidad, que ya sabe usted que en Rusia no es lo mismo que en España.
- Lo sé, lo sé. Conozco bien a los españoles..
- Sí, y a las españolas también, por lo que me cuenta... Verá, tratándose de un asunto tan delicado casi prefiero que hable usted con los principales accionistas, ¿sabe? Al cincuenta por ciento.
- ¿Y dónde puedo localizarles?
- Pues es que...
- ¿No me diga que están muy ocupados?
- No es eso, no. Es que a mi padre nunca lo llegue a conocer, y mi madre...
- ¿Y su madre?
- Mi madre es que no está en Madrid. Ella ha vivido siempre en Benidorm.
- ¡Hijo mío!
- ¡Papá!
- ¡Entonces el blog ya es mío!
- El cincuenta por ciento, papi, sólo el cincuenta por ciento.
7 comentarios:
Ostras!!!!!
YO no te veía de ruso, no... fíjate tu que cosas...
Y esto como que no lo llevas a tele cinco? porque oyes, acabas con la crisis familiar eh? ;)
Besicos
Jope, ¿y cómo tenemos que llamarte ahora?
¿"Estilografic.Pavlyuchenko.blog"?
Si eso, déjalo en "pavly", que suena más familiar.
:)
Hay que ver qué cosas tiene la vida, eh.
Me acabo de imaginar al señor o señora Lukoil llamándo a los/as señores/as Sacyr/yra y/o Repsol/ola y descubriendo que son padre/madre, hijo/a, hermanos y casi me descojoncio de la risa, tía felisa.
Besitos/azos.
Belén: a ver cuánto dinerito me saco de un par de subidas a “La Noria” contando lo de la aventura en Benidorm. ¿Me dará para hacerme con el cincuenta por ciento?
Irre: me gusta lo de “Pavly”, sí señora.
Mariano Zurdo: si es que al final a todos nos unen remotos lazos familiares, hasta a los que son del Atleti, fijatetú.
Ya sabía yo que esto estaba lleno de comunistas. Al final resultará que eres hermano de Arshavin,Putin, Strogoff o cualquier otro prohombre ruso.
Pavlyuchenko es un nombre de verdad? llevo un rato dándole vueltas, porque después del Mekoloko pensaba que significaba algo XD
Jove: y de Boris. De Boris Izaguirrenkov.
Géminis: pues sí, es de verdad. Y Mekoloko también, que yo lo he visto en el blog de Irre.
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