Desde su Blog de literazurda, nuestro admirado Mariano propone hoy que alguien escriba un final para su relato “Dos relojes para una misma hora”. Aquí queda mi propuesta. Pero leed antes el de Mariano, ¡hombrepordios!, que si no no hay forma de enterarse.
... y entonces ella, ¿dónde cojones está ella?
- A mí qué me dice, amigo, yo soy el vigilante del metro, no una agencia matrimonial.
- Pero había quedado a las 22:18, usted debe saber qué ha pasado aquí. Ella no puede fallar.
- Yo qué sé. El metro está lleno de gente rara. Cuídese amigo, que me voy a hacer mi trabajo. Y mejor vuelva a casa y déjese de aventuras de quinceañeros, que le estarán esperando su mujer y su hija.
Su mujer y su hija, su mujer y su hija... Aquellas palabras resonaban en el interior de su mente una y otro vez, y no le dejaban volver en sí.... Pero, ¡cómo sabe este tío que yo tengo una mujer y una hija!, reacciono al fin. Esos segundos de retraso fueron suficientes para que el vigilante diera media vuelta y comenzara a alejarse por el pasillo. Al levantar la cabeza y recuperar el sentido, lo vio alejarse dándole la espalda, y entonces se dio cuenta de que por debajo de la gorra del uniforme a aquel hombre le colgaba una coleta que delataba la larga melena que trataba de disimular. ¡Es él! – se dijo, - ¡el melenudo del metro! Salió disparado tras él justo cuando doblaba el pasillo en dirección al andén de la línea 9. Supero la esquina desesperado tras sus pasos y al enfrentarse al nuevo pasillo que se extendía ante sus ojos comprobó sorprendido que allí ya no había nadie, ni rastro del falso vigilante melenudo.
Desolado, anduvo cabizbajo por el pasillo sin percatarse de que, pese a tratarse de la hora punta, por allí no caminaba ni un alma. En efecto, estaba solo, y del techo salía un luz rojiza, muy diferente de la habitual en el metro. El ambiente resultaba irreal. Se detuvo y miró en un gesto intuitivo el reloj que le había dado el melenudo. Marcaba las 00:00 horas.
... y entonces ella, ¿dónde cojones está ella?
- A mí qué me dice, amigo, yo soy el vigilante del metro, no una agencia matrimonial.
- Pero había quedado a las 22:18, usted debe saber qué ha pasado aquí. Ella no puede fallar.
- Yo qué sé. El metro está lleno de gente rara. Cuídese amigo, que me voy a hacer mi trabajo. Y mejor vuelva a casa y déjese de aventuras de quinceañeros, que le estarán esperando su mujer y su hija.
Su mujer y su hija, su mujer y su hija... Aquellas palabras resonaban en el interior de su mente una y otro vez, y no le dejaban volver en sí.... Pero, ¡cómo sabe este tío que yo tengo una mujer y una hija!, reacciono al fin. Esos segundos de retraso fueron suficientes para que el vigilante diera media vuelta y comenzara a alejarse por el pasillo. Al levantar la cabeza y recuperar el sentido, lo vio alejarse dándole la espalda, y entonces se dio cuenta de que por debajo de la gorra del uniforme a aquel hombre le colgaba una coleta que delataba la larga melena que trataba de disimular. ¡Es él! – se dijo, - ¡el melenudo del metro! Salió disparado tras él justo cuando doblaba el pasillo en dirección al andén de la línea 9. Supero la esquina desesperado tras sus pasos y al enfrentarse al nuevo pasillo que se extendía ante sus ojos comprobó sorprendido que allí ya no había nadie, ni rastro del falso vigilante melenudo.
Desolado, anduvo cabizbajo por el pasillo sin percatarse de que, pese a tratarse de la hora punta, por allí no caminaba ni un alma. En efecto, estaba solo, y del techo salía un luz rojiza, muy diferente de la habitual en el metro. El ambiente resultaba irreal. Se detuvo y miró en un gesto intuitivo el reloj que le había dado el melenudo. Marcaba las 00:00 horas.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que aquel pasillo sólo podía conducir de vuelta a su hogar, junto a su mujer y su hija, y que el reloj de su vida, el único que llevaría a partir de entonces, se había puesto a cero, concediéndole una nueva oportunidad.
ACTUALIZACIÓN: hay más finales en la blogosfera para la misma historia, como el de Javier en Cómo ser nadie, el de Vitruvia, en Xuntaletras, el de Escriptorum54 en Ad Libitum, el de Alfman en La Inopia, el de Iván, en El rincón del blogodependiente, el de Mayte en MGQEAOL, o el de Maite en No hay dolor.
17 comentarios:
Eres un romántico familiar Estili. jaaja.
Es que no está nada bien abandonar a la mujer y la hija por una aventurilla que va a durar un bluf.
Besotes
Hombre, Estili, ¿no le vas a dejar al pobre disfrutar ni un pelín de la canita al aire?
¡Ni que el peluco te lo hubiera mangado a ti!
Es que de los melenudos no hay que fiarse, jajajajaja.
¡¡Como se nota que se acerca la navidad.....¡¡¡Vuelveeeeee....a casa, vuelveee..... por navidad!!!!
(Por cierto, llegas a esperar 18 minutos para publicarlo y hubiese sido redondo, jajajaja)
Ya sabía yo que Mariano no me iba a fallar... ¡Impresionante!
Quedas enlazado. A ver si alguien te sigue, o mejor dicho, a ver si alguien más me sigue...
Gracias compañero.
Secundo a Inte..... Me ha gustado tu final, sí :)
(Recordadme que nunca vuelva a jugar a estas cosas, que me gustan más vuestros finales que mis principios y mi ego de escritorcillo se ahorcará con la melena, coño.)
No está nada bien, cierto Inte.
Javier: ahora me obligas a cambiar de opinión, le tenía que haber dejado echar la canita al aire al hombre.
Vitruvia: el espíritu navideño de El Corte Inglés, que no veas qué fuerza tiene.
Mariano zurdo: por ser tú, que si no no lo hago. A ver qué hago ahora con mi post que tenía preparado para hoy.
Wen: vuelvo a cambiar de opinión, no está nada bien.
Mariano zurdo: tu ego de escritorcillo puede dormir tranquilo, salvo por lo de los virus esos que te atacan.
A mí me gusta mucho este final. Es romántico, tierno. Y divertido.
Ahora me voy a casa de Llamazares y Vitru.
Un beso
Estoy intentando enlazaros a vosotros, pero me falla el blog, y la entrada aparece y desaparece, así como los comentarios de la entrada anterior. Intentaré arreglarlo, pero ya aviso que estoy que me subo por las paredes de la rabia que tengo, grrrrrr.
Escriptorum54: a mi también me ha gustado el tuyo, que a mi se me ha pasado el detalle de las nueces. Da recuerdos por esas casas de Dios,que yo ya he visitado. Te gustarán.
Vitru: ya me hago cargo. Tu blog me lleva vacilando toda la mañana. Será cosa de los bonos convertibles.
Divertido el experimento eh...
Muy chulo Estili, muy chulo. Me gusta eso de que se ponga el reloj a cero para darle una nueva oportunidad.
Me encanta ese final un poco a lo David Lynch, muy bueno si señor,... por cierto no se como lo haceis pero no doy a basto con tanto blog, joe que estrés... un abrazo
¡La que se ha liado!
Estáis todos locos...
Clandestino: esperamos el tuyo. Te pongo el reloj a cero.
Alfman: no había pensado yo en David Lynch, pero sí, tienes razón.
Hay que ver como eres, Mariano Zurdo,
nos has metido en un lío absurdo.
Anda, ahora nos dice que estams locos, ¡cómo si no lo supiéramos ya!
Si es que cuando digo yo que eres un chico entrañable... ay...
Besos, guapetón.
leídos todos, pues nada que estoy
encantada de pasar por aqui,
un saludo
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