Todos los años, cuando llega el mes de julio, me acuerdo de aquella conversación “íntima” que mantuvimos él y yo, solos, cara a cara.
Yo: ¿Por qué te paras aquí?, yo no te he hecho nada.
Él: Yo a ti tampoco
Yo: Entonces, ¿qué quieres?
Él: Lo mismo que tú. Seguir viviendo, que no es poco.
Yo: ¿Vas a matarme?
Él: Yo a ti no. ¿Y tú a mi?
Yo: ¿Quién, yo? ¡No!
Él: Pero otro como tú sí que lo hará, en pocas horas.
Yo. ¿Por qué estás tan seguro?
Él: Dicen que he nacido para eso. Para morir. Y tú, ¿para qué has nacido?
Yo: Pues no lo sé, la verdad.... Para pasármelo bien, ser feliz, conocer gente.... Para sentir, supongo que he nacido para sentir.
Él: ¿Para sentir dolor?
Yo: No, no.... Bueno, supongo que dolor también, pero no, pensaba en cosas más agradables...
Él: Yo en cambio sólo pienso es eso, en el dolor. No me lo quito de la cabeza. Oye, se te están mojando los pies. ¿Qué haces ahí metido, en el pilón de la fuente?
Yo: Tenia miedo.
Él: ¿De qué?
Yo. De ti.
Él : Ah, entiendo.
Yo. ¿Tú no tienes miedo? Vas a morir.
Él: No.
Yo: Eres muy valiente.
Él: Bueno, no es valentía. Es certeza. Sabes que va a pasar y punto. Tú tienes miedo porque dudas, no sabes lo que te va a pasar y eso te asusta. Yo sí que sé lo que me va a pasar. Eso te acaba quitando el miedo. La certeza.
Veintitantos años después....
- Mañana empiezan los encierros en el pueblo, Vendrás a correr, ¿no? - me dice un amigo.
- No, a mi no me gustan los encierros.
- ¿No me digas que estás cagao? Qué pasa, ¿que todavía te acuerdas de aquel año que te metiste en el pilón de la fuente y se te paró el toro a beber en tus mismas narices?
- No es cuestión de miedo, sino de certeza.
- ¿De cerveza?, entonces es que prefieres irte de cañas.
- He dicho certeza.
Ellos nunca lo entenderían.
Estilografic.art
Yo: ¿Por qué te paras aquí?, yo no te he hecho nada.
Él: Yo a ti tampoco
Yo: Entonces, ¿qué quieres?
Él: Lo mismo que tú. Seguir viviendo, que no es poco.
Yo: ¿Vas a matarme?
Él: Yo a ti no. ¿Y tú a mi?
Yo: ¿Quién, yo? ¡No!
Él: Pero otro como tú sí que lo hará, en pocas horas.
Yo. ¿Por qué estás tan seguro?
Él: Dicen que he nacido para eso. Para morir. Y tú, ¿para qué has nacido?
Yo: Pues no lo sé, la verdad.... Para pasármelo bien, ser feliz, conocer gente.... Para sentir, supongo que he nacido para sentir.
Él: ¿Para sentir dolor?
Yo: No, no.... Bueno, supongo que dolor también, pero no, pensaba en cosas más agradables...
Él: Yo en cambio sólo pienso es eso, en el dolor. No me lo quito de la cabeza. Oye, se te están mojando los pies. ¿Qué haces ahí metido, en el pilón de la fuente?
Yo: Tenia miedo.
Él: ¿De qué?
Yo. De ti.
Él : Ah, entiendo.
Yo. ¿Tú no tienes miedo? Vas a morir.
Él: No.
Yo: Eres muy valiente.
Él: Bueno, no es valentía. Es certeza. Sabes que va a pasar y punto. Tú tienes miedo porque dudas, no sabes lo que te va a pasar y eso te asusta. Yo sí que sé lo que me va a pasar. Eso te acaba quitando el miedo. La certeza.
Veintitantos años después....
- Mañana empiezan los encierros en el pueblo, Vendrás a correr, ¿no? - me dice un amigo.
- No, a mi no me gustan los encierros.
- ¿No me digas que estás cagao? Qué pasa, ¿que todavía te acuerdas de aquel año que te metiste en el pilón de la fuente y se te paró el toro a beber en tus mismas narices?
- No es cuestión de miedo, sino de certeza.
- ¿De cerveza?, entonces es que prefieres irte de cañas.
- He dicho certeza.
Ellos nunca lo entenderían.
Estilografic.art
6 comentarios:
La certeza a veces tranquiliza y a veces aburre. Yo vivo mejor en la incertidumbre, claro que nunca he sido toro, ni he hablado con uno ni he estado en un encierro ni ganas de estarlo.
Eso sí, cervezas me he tomado unas cuantas, de eso estoy seguro.
odio los encierros, jamás los entenderé. compartir fuente con un toro se me antoja aterrador. aterrador. aterrador. ainsss
madre mía, me has dejado temblando, y eso a golpe de lunes por la mañana!
no aplaudo, de nuevo siento que se queda corto.
He pensado, gracias por ello.
Solo un matiz, seguir sintiendo.
Entrada magistral, con certeza.
Salud!
Buenísimo! Lo he leído a toda velocidad porque necesitaba saber entre quien se producía ese diálogo! No te digo las alternativas que venían a mi mente, pero me ha encantado y sorprendido.
Hay cosas que no sirven de nada y los encierros son una de ellas. Una vez corrí y no le encuentro la gracia.
Saludos!
Es que enfrentarse a la certeza hace subir la adrenalina.
Curioso esto de la certeza, el riesgo cierto.
¿Hacen unas cañitas?
Lo del talento debe ser cosa de llamarse Mariano.
Empatía, my friend, empatía.
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