martes, noviembre 20, 2007

Ser feliz

Cuando se trata de los hijos, resulta fácil caer en esa enfermedad o defecto que consiste en ver siempre la paja en el ojo ajeno y ni notar la viga en el propio. Ayer tuvimos reunión con el profesor de mi hija la mayor, y es una cita a la que no nos gusta faltar precisamente por eso, por ver si tenemos una viga metida en to’l ojo y no nos estamos dando ni cuenta, que hay que ver cómo somos, los padres.

Los que tenemos hijos y, sobre todo, los que nos relacionamos con gente que los tiene, comprobamos día a día que resulta muy habitual que los padres tiendan a considerar que sus tiernos zagalillos son los mejores en casi todo. Qué casualidad. Precisamente en esa idea se basan algunas de las numerosas campañas para la prevención del consumo de drogas y alcohol entre los jóvenes, en las que los padres son siempre los últimos en darse cuenta de que el niño o la niña toma drogas o bebe más de lo normal: ¿mi hija?, ¡mi hija me extraña!, serían los que iban con ella, si ella es una santa...

Y no pasa sólo con las drogas, que quizás es lo más llamativo y lo que tiene consecuencias más inmediatas, sino en general con todo: nuestros hijos nunca son los que ensucian el ascensor, ¡qué va!, ni los que se portan mal en clase, ¡por Dios!, ni los que pegan a los vecinos, ¡habrase visto! Siempre son los otros, los hijos de los otros.

Por eso, lo de hablar con los profes de los hijos en privado de vez en cuando es un ejercicio muy pero que muy recomendable. Si todo va bien, estupendo, y si en cambio algo va mal, quizás haya forma de ponerle remedio antes de que sea demasiado tarde. Pues bien, lo cierto es que el hombre nos dejó muy satisfechos. Porque claro, como el resto de los padres nosotros pensamos que nuestra hija es la repera, que lo hace todo la mar de bien y que no hay niña que comparársele pueda, pero tratamos de ser lo más objetivos posible y siempre te queda la duda de la puñetera viga.

No, no me voy a tirar ahora el moco aquí con lo que el profe nos dijo de nuestra hija, que eso la verdad es que sólo nos importa a nosotros y a ella, pero sí que hay algo que nos destacó y que me gustaría resaltar, porque nos pareció mucho más importante que sus posibles progresos con la ortografía y la caligrafía, que todo lo que pueda estar aprendiendo en conocimiento del medio (asignatura más conocida como “cono”), que sus destrezas en “mates”, que su correcta pronunciación en inglés y que su habilidad para la gimnasia rítmica.

Se trata de otro asunto, y es que el profe nos dijo que a nuestra hija se le nota que es una niña feliz. A veces no nos damos cuenta, pero es que es muy importante lo de ser feliz, qué coño. Y perdóneme, profe, por lo feo de la expresión.

10 comentarios:

Belén dijo...

Que razón tienes!

Y encima tienes la mitad del camino hecho nene! habrase visto!

Mil besos

wen- dijo...

Pues si lo dice la profe.... Es que los niños felices transimiten mucha alegria, pocas cosas nos dan tan buen rollo y tan buena energía como un niño feliz... es que te contagian y todo.
Felicidades por vuestra princesita y felicidades a ella :)

Mariano Zurdo dijo...

Pues enhorabuena, porque la niña está sacando una matrícula de honor en una de las asignaturas más importantes. Póngame a los pies de su hija y del resto de la familia incluido usted, que algo tendrán que ver en lo de la felicidad, vamosdigoyo.
Besitos/azos.

estilografic.blog dijo...

Belén: eso que llevamos ganao, y que no se tuerza. Gracias y besos.

Wen: sí que la contagian, ya lo creo. Gracias y besos.

Mariano zurdo: digoyotambién. Gracias y besos.

Viguetana dijo...

Yo ya lo sabía. Vamos, que lo intuía. Con un padre como tú... ¿cómo no va a estar feliz la niña?
:-)

(Por cierto, mis padres siempre pensaban que la que se reía de todo, la que armaba follón y la que saltaba por las ventanas era yo. Y no se equivocaban. Pero también fui una niña muy feliz.)

Besos "huidizos" (es que me escapao de mi redil por unos minutitos)

Anónimo dijo...

Cuando mi mayor trajo su primer dibujo para casa, la profe nos enseño a leer en él. Era un dibujo de sí misma, y estaba muy completo para su edad, pero lo que más resaltaba era la luminosidad de los colores que empleó. Era un dibujo que transmitía una alegría desbordante. La profe nos dijo que ese dibu era el de una niña feliz, y tienes toda la razón, todo lo demás queda en segundo plano.
Sé como te sientes. Mi enhorabuena, y un montón de besos a repartir. Y nada de trampas eh!

estilografic.blog dijo...

Viguetana;: creo que se te nota también que fuiste una niña feliz.

Vitruvia: los padres entendemos fácilmente estas cosas, ¿verdad?. Y no hay nada comparable.

Besos a todos/as.

Isabel Burriel dijo...

Pues miedo me da preguntarme ¿Hay tantos niños infelices?
Un beso

Desesperada dijo...

je je, en galicia los padres llaman a esa asignatura coñe, de coñecemento do medio, je je je

mola que tu hija sea feliz. y mola que intentes ser objetivo. ojalá hubiese más padres así, yo a mis amigos con hijos siempre les digo cuando empiezan a presumir que si en este país hubiese tantos niños que se salen de las tablas deberíamos ser una superpotencia, je je je

Iván dijo...

Un mundo extraño el de los hijos. Tan pronto estabas de un lado como después del otro. Y parece que no nos acordemos de lo que nosotros hacíamos. Si íbamos con malas compañías, bebíamos o harmábamos follón, ¿por qué no harán nuestros hijos lo mismo?
Ejercicios de sinceridad como el tuyo son muy necesarios. Seamos felices (que bien iría el mundo entonces).
Un saludo!